El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, destinó el viernes unos 100 millones de dólares (85 millones de euros) de un fondo de emergencia para cubrir las necesidades de la oleada de refugiados que está provocando la salida de las tropas norteamericanas de Afganistán, incluidas los solicitudes de visados especiales para intérpretes y otros colaboradores de las fuerzas armadas extranjeras en el país centroasiático.
A ese fondo de emergencia se le añaden unos 200 millones en material para cubrir las necesidades logísticas derivadas de esas peticiones de asilo. Estados Unidos se está preparando para comenzar a evacuar a miles de afganos que han solicitado visados especiales porque corren el riesgo de sufrir represalias de los insurgentes talibanes porque han trabajado en el pasado para el gobierno estadounidense. Se espera que el primer grupo de evacuados y sus familias, unas 2.500 personas, sean trasladados antes de fin de mes a una base militar en Virginia, donde aguardarán la autorización de sus solicitudes de visado.
El jueves, la Cámara de Representantes de EE.UU. inició los trámites de un proyecto de ley que ampliaría la cantidad de visados que podrían otorgarse a afganos en 8.000, lo que cubriría todas las solicitudes en trámite, que ascienden a 18.000. A medida que EE.UU. se va replegando, el caos engulle Afganistán, que se precipita, si nada lo remedia, a otra guerra civil.
El mes pasado, Biden recibió en la Casa Blanca al presidente legítimo afgano,Ashraf Ghani, y su eterno rival político, Abdulá Abdulá, que hoy ejerce el cargo de Alto Comisionado para la Reconciliación Nacional. El objetivo es la unidad nacional, pero ausente de ese diálogo tutelado por esta Casa Blanca está la insurgencia Talibán, que está ganando terreno a una rapidez vertiginosa. Tanto Ghani como Abdulá visitaron el Capitolio antes de verse con Biden y se reunieron con influyentes diputados y senadores.
La Casa Blanca considera el repliegue ya casi completado, ya que han acelerado los vuelos de regreso de los soldados a EE.UU. Ya ha sido evacuada la principal base en el país centroasiático, la de Bagram, al norte de Kabul, que durante años fue el centro logístico de las fuerzas armadas norteamericanas y sus aliados en la zona. «Fuimos a Afganistán a responder a los terroristas responsables del 11-S, a hacer justicia con Osama Bin Laden, a asegurarnos de que Afganistán no se emplearía como base para los ataques contra EE.UU.», dijo Biden el mes pasado, quien cree que esos objetivo se han cumplido. «No fuimos a Afganistán a construir instituciones. A los afganos les corresponde forjar el futuro de su país».
Fuente:abc.es