El intendente Javier Iguacel decidió bajar de 130 a 21 las tasas y administró su propia cuarentena durante la pandemia; la localidad sumó 300 familias y se habilitaron 100 nuevos emprendimientos.
La tasa municipal llamada “guía de hacienda” fue creada en la época de Juan Manuel de Rosas, como una contraprestación a las intendencias cuando trazaran y acompañaran el transporte a pie de animales. Para asegurar que los malones de indios y bandidos no intercepten el arreo y se hagan de las vacas o caballos, los municipios demandaban a los estancieros y chacareros un canon para proveerles la seguridad en el trayecto. Casi 200 años después, la tasa estaba vigente en Capitán Sarmiento y los vecinos la seguían pagando. Pero, desde 2020, ya no existe.
Este municipio de cerca de 20.000 habitantes, ubicado en el norte de la provincia de Buenos Aires a 145 kilómetros de la Capital Federal, vivió un inusual pico de fama el año pasado, cuando su intendente electo, Javier Iguacel, decidió eliminar “de un tachón” 109 tasas municipales que, en su opinión, eran “engorrosas, repetidas, en desuso, difíciles de aplicar o directamente incomprensibles”.
Otro ejemplo. En la última actualización de fines de 2018, a los comerciantes se les imponía un “derecho de publicidad y propaganda”, que iba de $150 a casi $8000 por metro cuadrado, dependiendo del tipo de comercio. Significaba que cuando colgaran una chapa en su propia casa para avisar a los vecinos que estaban cocinando pastafrola para vender, debían dirigirse a la ventanilla de la casa de gobierno a depositar una suma de dinero. También debían pagar si la comunicación era vía audio, usando un altoparlante. El importe era de $553 por día.
“Antes de que arranque la pandemia sucedió que vino un comerciante muy enojado diciendo que no iba a pagar la tasa anual de publicidad. Le pregunté dónde tenía la publicidad, pensando que era en una avenida, en la ruta. Me contestó que en su negocio. ‘No puede ser’ le dije”, comentó a LA NACIÓN Iguacel, quien fue ministro de Energía en 2018.
Fue entonces cuando el jefe distrital pidió una “Ordenanza Fiscal-Impositiva” para hacer un análisis de las tasas del municipio. Se encontró con 130, que generaban tres tipos de problemas para los sarmientenses. Por un lado, desde la nueva gestión consideraban que algunas eran “abusivas”, o no tenían una contraprestación vinculada (lo cual es obligatorio). En segundo lugar, los cálculos eran engorrosos y pequeños comerciantes debían contratar especialistas para sumar sus montos, o desistir y entrar en mora. Finalmente, la forma de pagar generaba inconvenientes y consumía mucho tiempo de los vecinos.
“Justas, simples y fáciles”. Según el intendente, las 109 tasas que no cumplían con esos criterios fueron anuladas, “tachadas”. Algunas de ellas tenían que ver con la “compra” de algunos documentos, como el boletín oficial. Es decir, que los residentes debían pagar para informarse sobre la ley municipal y conocer, por ejemplo, las tasas que debían abonar en el futuro.
Otras tasas incluso terminaban perjudicando las cuentas públicas. Es el caso de los servicios municipales para retirar los “residuos especiales”, como ramas de árboles podados, que tenían un costo cercano a $300 pesos por metro cúbico para los vecinos. Cansados de tener que acercarse al cajero municipal, se volvió costumbre tirarlas en terrenos baldíos. Así, el municipio no solo no recibía dinero, sino que terminaba gastando más, al tener que ir a buscar esos desperdicios más lejos y en mayor cantidad.
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El intendente Javier Iguacel decidió bajar de 130 a 21 las tasas y administró su propia cuarentena durante la pandemia; la localidad sumó 300 familias y se habilitaron 100 nuevos emprendimientos
29 de julio de 2021
08:00
Camila Dolabjian
PARA LA NACION
CAPITÁN SARMIENTO, Buenos Aires.- La tasa municipal llamada “guía de hacienda” fue creada en la época de Juan Manuel de Rosas, como una contraprestación a las intendencias cuando trazaran y acompañaran el transporte a pie de animales. Para asegurar que los malones de indios y bandidos no intercepten el arreo y se hagan de las vacas o caballos, los municipios demandaban a los estancieros y chacareros un canon para proveerles la seguridad en el trayecto. Casi 200 años después, la tasa estaba vigente en Capitán Sarmiento y los vecinos la seguían pagando. Pero, desde 2020, ya no existe.
“El aumento de la recaudación real fue de un 40% y se habilitaron 100 emprendimientos», asegura el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel
“El aumento de la recaudación real fue de un 40% y se habilitaron 100 emprendimientos», asegura el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel
Hernan Zenteno – La Nacion/Hernan Zenteno
Este municipio de cerca de 20.000 habitantes, ubicado en el norte de la provincia de Buenos Aires a 145 kilómetros de la Capital Federal, vivió un inusual pico de fama el año pasado, cuando su intendente electo, Javier Iguacel, decidió eliminar “de un tachón” 109 tasas municipales que, en su opinión, eran “engorrosas, repetidas, en desuso, difíciles de aplicar o directamente incomprensibles”.
Otro ejemplo. En la última actualización de fines de 2018, a los comerciantes se les imponía un “derecho de publicidad y propaganda”, que iba de $150 a casi $8000 por metro cuadrado, dependiendo del tipo de comercio. Significaba que cuando colgaran una chapa en su propia casa para avisar a los vecinos que estaban cocinando pastafrola para vender, debían dirigirse a la ventanilla de la casa de gobierno a depositar una suma de dinero. También debían pagar si la comunicación era vía audio, usando un altoparlante. El importe era de $553 por día.
Capitán Sarmiento: según la intendencia, durante la cuarentena se instalaron 300 familias en el municipio
Capitán Sarmiento: según la intendencia, durante la cuarentena se instalaron 300 familias en el municipio
Hernan Zenteno – La Nacion/Hernan Zenteno
“Antes de que arranque la pandemia sucedió que vino un comerciante muy enojado diciendo que no iba a pagar la tasa anual de publicidad. Le pregunté dónde tenía la publicidad, pensando que era en una avenida, en la ruta. Me contestó que en su negocio. ‘No puede ser’ le dije”, comentó a LA NACIÓN Iguacel, quien fue ministro de Energía en 2018.
Fue entonces cuando el jefe distrital pidió una “Ordenanza Fiscal-Impositiva” para hacer un análisis de las tasas del municipio. Se encontró con 130, que generaban tres tipos de problemas para los sarmientenses. Por un lado, desde la nueva gestión consideraban que algunas eran “abusivas”, o no tenían una contraprestación vinculada (lo cual es obligatorio). En segundo lugar, los cálculos eran engorrosos y pequeños comerciantes debían contratar especialistas para sumar sus montos, o desistir y entrar en mora. Finalmente, la forma de pagar generaba inconvenientes y consumía mucho tiempo de los vecinos.
“Justas, simples y fáciles”. Según el intendente, las 109 tasas que no cumplían con esos criterios fueron anuladas, “tachadas”. Algunas de ellas tenían que ver con la “compra” de algunos documentos, como el boletín oficial. Es decir, que los residentes debían pagar para informarse sobre la ley municipal y conocer, por ejemplo, las tasas que debían abonar en el futuro.
Otras tasas incluso terminaban perjudicando las cuentas públicas. Es el caso de los servicios municipales para retirar los “residuos especiales”, como ramas de árboles podados, que tenían un costo cercano a $300 pesos por metro cúbico para los vecinos. Cansados de tener que acercarse al cajero municipal, se volvió costumbre tirarlas en terrenos baldíos. Así, el municipio no solo no recibía dinero, sino que terminaba gastando más, al tener que ir a buscar esos desperdicios más lejos y en mayor cantidad.
“Sarmiento no paró nunca y el pueblo nunca se cerró. A la tercera semana estaba todo habilitado”, cuenta Iguacel sobre cómo transitaron la pandemia.
“Sarmiento no paró nunca y el pueblo nunca se cerró. A la tercera semana estaba todo habilitado”, cuenta Iguacel sobre cómo transitaron la pandemia.
Rodrigo Nespolo – LA NACION
Además, había 48 tasas vinculadas a “derechos de oficina”, como la “solicitud de cese de actividades de establecimientos industriales o comerciales donde se desarrollen actividades de carácter lucrativo”. En concreto, implicaba que un mecánico quebrado, para terminar de fundirse, tenía que pagar una tasa como certificado de que verdaderamente estaba fundido. Si no lo hacía, su negocio seguía acumulando deuda de otros impuestos.
No es necesario prestarle atención al resto de los conceptos por los que se cobraban cánones por solicitudes o habilitaciones. Por las dudas de que se hubieran olvidado de algún ítem para facturar, se incorporó una normativa que disponía gravar “cada permiso no especificado en esta Ordenanza”.
Menos tasas, más ingresos
Otro caso muestra que menos impuestos puede implicar mayor recaudación. Hasta 2019 había más de 25 tasas vinculadas a “Servicios Sanitarios”. El concepto tenía una cobrabilidad del 45,68%. Es decir, menos de la mitad de los ingresos previstos para ese ítem efectivamente entraban a las arcas. Este año solo queda un canon vigente y el municipio registró una cobrabilidad del 105,4% el segundo trimestre, porque algunos vecinos saldaron deudas.
De hecho, el municipio abrió una moratoria con planes de pago para saldar deudas que sumaban $80 millones. Con una adhesión del 65% del padrón moroso, se recaudaron $43 millones, es decir, $13 millones más que el déficit del municipio en 2019.
Ese rojo fiscal de hace dos años ($30 millones), que representaba un tercio de la recaudación anual, logró revertirse. El presupuesto 2020, actualizado a julio de ese año, era de $376 millones. La mayor parte de ese monto siempre fue cubierta por el gobierno provincial, pero, debido al crecimiento en la cobrabilidad, fuentes oficiales aseguraron que lograron pasar de un 70-30 a un 50-50 entre financiamiento de la provincia y del municipio.
Con todo, en la comparación interanual, el municipio pasó de recaudar $104 millones, en 2019, a $180 millones en 2020, un aumento de casi 75%, en un período en el que hubo 36,1% de inflación. “El aumento de la recaudación real [descontada la inflación] fue de un 40% y se habilitaron 100 emprendimientos nuevos, que para Capitán Sarmiento es un montón”, aseguró Iguacel. (https://www.lanacion.com.ar)