Babagana Zulum, gobernador del estado de Borno, donde se encuentra la localidad de Chibok, anunció el sábado que la niña y un hombre con quien tuvo que casarse durante su cautiverio se entregaron al ejército nigeriano hace 10 días.
Zulum agregó que reunir a la niña con sus familiares generó esperanzas de que se puedan encontrar a otras chicas y mujeres que aún están en cautiverio. El oficial señaló que la menor recibirá atención médica y psicológica como parte de un programa de rehabilitación promovido por el Gobierno.
Un secuestro que conmocionó al mundo entero
El secuestro de Chibok impactó al mundo el 14 de abril de 2014, cuando el grupo islamista Boko Haram raptó a 276 niñas de un colegio femenino para luego esclavizarlas.
Después de los hechos, la protesta internacional y una campaña viral en las redes sociales con el hashtag #BringBackOurGirls (traigan a nuestras chicas de vuelta) se prolongaron durante semanas.
En octubre de 2016, más de dos años después de los acontecimientos, 21 de las chicas fueron liberadas, además de otra niña en noviembre del mismo año.
Otras 82 menores de edad fueron liberadas en 2017 después de una mediación con el grupo armado. Pero para el 14 de abril de 2019, aún se desconocía el paradero de 112 de las 276 secuestradas. Y la incógnita se mantiene hasta hoy.
Los secuestros masivos, una práctica que se ha generalizado en el norte de Nigeria
El grupo radical Boko Haram fue el primero en llevar a cabo secuestros masivos, atacando a escuelas en el norte de Nigeria.
Sin embargo, sus tácticas fueron adoptadas por otras bandas armadas que vieron en estos raptos, una manera de chantajear a los familiares de las personas capturadas, pidiendo lucrativos rescates.
Estos dos últimos años, sucedieron múltiples ataques de este tipo contra niños y adolescentes. El último rapto ocurrió el mes pasado cuando bandidos secuestraron a más de 1.000 estudiantes de un internado en el estado de Kaduna, en el norte de Nigeria. Este fue el décimo secuestro masivo en una escuela desde diciembre de 2020 en esa zona del país.
Grupos de derechos humanos denuncian la injerencia de las autoridades nigerianas
En el 2021, siete años después del secuestro de Chibok, las autoridades todavía no han logrado encontrar una estrategia para proteger a los estudiantes y su derecho a la educación.
Esta fue la conclusión de un informe publicado en abril por el grupo de defensa de derechos humanos, Amnistía Internacional. Ni una sola persona ha sido arrestada o procesada por el secuestro masivo en Chibok, lo que contribuye a la impunidad y a una escalada de ataques a escuelas y su cierre subsecuente, según denunció la ONG.
El informe subrayó una serie de asaltos contra estudiantes en instituciones educativas; ataques que provocaron el cierre de más de 600 escuelas, con “consecuencias desastrosas” para los jóvenes de las regiones norte del país africano.
Desde fines del año pasado, cientos de estudiantes han sido capturados por bandas criminales en al menos cinco ataques separados.
En diciembre de 2020, en el estado noroccidental de Katsina, hombres armados secuestraron a unos 300 estudiantes que estuvieron en cautiverio durante seis noches.
Tras ello, los gobiernos estatales de Katsina, Kano, Kaduna, Zamfara y Jigawa ordenaron la clausura de escuelas, lo que contribuyó al aumento del número de niños que abandonan sus estudios en todo el país, según Amnistía Internacional.
“Las autoridades de Nigeria no han protegido al alumnado frente a los recientes ataques a escuelas, lo cual demuestra claramente que no han aprendido nada de la tragedia de Chibok», lamentó Osai Ojigho, directora de Amnistía Internacional Nigeria.
«La única respuesta de las autoridades para proteger a la población escolar, amenazada por insurgentes y hombres armados es cerrar las escuelas, poniendo cada vez más en peligro el derecho a la educación”.
El grupo de defensa de derechos humanos deplora que además de las consecuencias sobre la educación de los niños y su asistencia a las escuelas, esta situación provocó un aumento del matrimonio infantil y del embarazo de las adolescentes y niñas.
Amnistía Internacional citó el ejemplo de una alumna de 16 años quien declaró: “Como muchas de mis amigas fueron secuestradas en la escuela, mis padres decidieron darme en matrimonio por mi seguridad.”
“Millones de niños y niñas están pagando el precio de la incapacidad del gobierno de proteger a la ciudadanía frente a la violencia», concluyó Ojigho, añadiendo que «las autoridades nigerianas deben restablecer la seguridad en las escuelas de Nigeria y proporcionar apoyo psicosocial a las víctimas de secuestros y sus familias para permitirles recuperarse del trauma y reintegrarse a la sociedad. Debe elaborarse un plan para garantizar que niños y niñas puedan volver con seguridad a las aulas”.
Con Reuters