Con la partida de los ingleses, las diferencias de credo derivaron en un genocidio religioso en 1947, que acabó con la vida de entre 500.000 hasta dos millones de indios-pakistaníes.
La India de mediados de siglo XX era el hogar de alrededor de 400 millones de personas, de las cuales un 75% eran hindúes. Es decir, pertenecientes al hinduismo, una antiquísima religión politeísta cuyo panteón de deidades lo conforman Brahman, Vishnu y Shiva. El 15% restante de la población era musulmán, religión monoteísta cuyos fieles le profesan devoción a un único dios, Alá. Con la partición de India y Pakistán, tanto hindúes como musulmanes sufrieron la mayor migración en masa de la que se tenga registro en la historia de la humanidad, con alrededor de 14 millones de personas cruzando de un territorio a otro, por cuenta de su religión.
Como antecedentes sabemos que desde el año 1900, cuando los británicos privilegiaron el hindi como la lengua oficial de la India, los musulmanes temieron que su cultura y religión se suprimiera. De manera que los fieles al islam consideraron que sus intereses sociales y políticos debían estar completamente separados de aquellos de los hindúes.
El pulso entre hindúes y musulmanes tras la independencia de los británicos
Durante la Segunda Guerra Mundial, el movimiento de independencia de la India que fue liderado por Mahatma Gandhi cobró gran relevancia, frente al desgastado imperio británico que luchaba contra los nazis. Unos años en que los musulmanes ganaron importante terreno en las elecciones provinciales, y cada vez más se consolidaba la idea de un Estado musulmán separado de un estado hindú. Quien representaba esta idea era el abogado y político Muhammad Ali Jinnah. Jinnah era el líder de la Liga Musulmana Pan India, quien con la resolución de Lahore de 1940 había dejado estipulado el afán de crear una nación enteramente musulmana: la nación de Pakistán.
En completa oposición, Gandhi y el líder del Congreso Nacional Indio, Jawaharlal Nehru, rechazaban la partición de la India y el movimiento nacionalista musulmán.
Pero los intereses indios de mantener una sola nación se truncaron cuando los propios ingleses, antes de abandonar el Raj o régimen colonial, le apostaron a las demandas musulmanes y ejecutaron la partición del país.
El polémico trazado de los ingleses para dividir la India en dos territorios
Durante cinco semanas, Cyril Radcliffe, un abogado escogido por las autoridades británicas, tuvo bajo su control el trazado de una de las fronteras más polémicas de la historia contemporánea. Fueron 2.900 kilómetros de separación entre el subcontinente indio y la región occidental del Punyab, que daría su nombre a Pakistán. De otra parte, Radcliffe también había diseccionado del territorio hindú una porción de tierra del estado de Bengala, también de mayoría musulmana y que quedaría bajo el control de Pakistán. Pero resultaba inoperante que los dos nuevos territorios musulmanes estuvieran separados uno del otro por más de 2.000 kilómetros, de manera que la partición fue masivamente criticada.
En todo caso, para Jinnah se había cumplido su sueño propuesto en la conferencia de la Liga en Lahore de 1940, de un estado musulmán separado del estado hindú.
De esta manera, el 14 de agosto de 1947, Pakistán nació como un nuevo Estado con Jinnah como su primer ministro. Un día después, el 15 de agosto, Nehru hizo lo propio y proclamó la independencia de la India.
La mayor migración masiva del mundo que dio lugar a un genocidio religioso
En este momento de la historia, miles de familias musulmanas que habían vivido por décadas en la India emprendieron un viaje para establecerse en Pakistán, al mismo tiempo que familias hindúes en territorio paquistaní cruzaron al nuevo y demarcado territorio indio. La cifra de migrantes se estableció entre 10 y 15 millones, de los cuales los más pobres, que eran la mayoría, viajaron a pie. Las clases medias lo hicieron en trenes y las clases acomodadas en avión.
El problema derivó en que las regiones fronterizas albergaban miles de soldados desmovilizados, enardecidos por los sentimientos nacionalistas de un lado y del otro.
De modo que se organizaron en milicias para atacar pueblos, trenes y centros de concentración de migrantes desde agosto hasta finales de 1947.
Con la independencia de ambos países también se detonó una guerra por el control de la región de Cachemira, conflicto que hasta hoy no se ha logrado resolver. Entristecido por las masacres, los trenes llenos de cadáveres y la muerte de entre 500.000 y dos millones de personas, Mahatma Gandhi también fue alcanzado por la violencia nacionalista, cuando en enero de 1948 fue asesinado por un extremista indio que rechazaba su política de tolerancia entre credos.
En 1971, Pakistán del este, en lo que antes era el estado de Bengala, se independizó de Pakistán y se formó como un nuevo país, Bangladesh. Por su parte, India y Pakistán nunca limaron asperezas y hasta hoy se mantiene un trauma de la tragedia humana que se vivió por la partición de dos naciones en el mismo momento de sus independencias.
Fuente:france24