Durante una visita a la segunda ciudad de Francia, Macron llamó a las redes de tráfico de drogas «parásitos de la ciudad» y dijo que los traficantes ahora serían «acosados» con más policías en las calles y mejor tecnología.
Algunas partes de Marsella son famosas por sus calles deterioradas y sus urbanizaciones desoladas, pero a la ciudad también se le reconoce un encanto “áspero” y un orgullo feroz.
Sus distritos del norte son algunas de las áreas urbanas más desfavorecidas de Francia y son el epicentro del tráfico de narcóticos de la ciudad.
Macron dijo que se colocarían 500 cámaras de vigilancia adicionales en los vecindarios más peligrosos, que se desplegarían 200 policías extras el próximo año y que el despliegue temporal de dos contingentes de la policía antidisturbios se extenderá indefinidamente.
También dijo que se invertirán más de ocho millones de euros (unos 9,5 millones de dólares) en automóviles de policía y otros equipos. La policía de la ciudad también tendrá una nueva sede.
«Vivir en paz es un derecho, incluso para las mujeres, los hombres y las familias que viven en estos vecindarios», dijo.
La falta de infraestructura pública es otro problema grave. Los casi 900.000 habitantes de Marsella se distribuyen en una ciudad que duplica el tamaño de París. Pero, en contraste con la vasta red de metro que da servicio a la capital, la urbe mediterránea solo tiene dos líneas de metro.
Y, sin embargo, la financiación ha sido un desafío persistente. El ayuntamiento tiene actualmente una deuda de 1.540 millones de euros (unos 1.829,9 millones de dólares), con un presupuesto de 1.560 millones de euros (unos 1853,7 millones de dólares).
En total, el plan de Marsella de Macron asciende a 1.500 millones de euros (unos 1782,4 millones de dólares).
Macron, con las elecciones del próximo año en la mira
El presidente francés reconoció que Marsella se ha enfrentado a muchos desafíos, desde el cambio climático y la migración hasta la pobreza.
Dijo que ahora era «el deber de la nación» ayudar y que mejorar las condiciones en la ciudad sería «bueno para todo el país». Macron prometió que los bloques de 10.000 residentes serían renovadas durante los próximos 15 años.
Los niveles de criminalidad en Marsella son más bajos que en períodos particularmente violentos durante la década de 1980, pero un aumento en los tiroteos mortales ha puesto los problemas sociales de larga data de la ciudad en la agenda en el período previo a las elecciones presidenciales del próximo abril.
Se espera que la principal rival de Macron, la líder de extrema derecha Marine Le Pen, haga campaña en la ciudad bajo el discurso de “ley y orden”.
Dos personas murieron en el norte de Marsella el fin de semana pasado en un tiroteo realizado desde un vehículo, mientras que la semana antes un niño de 14 años fue asesinado a tiros cerca de uno de los muchos puntos de venta de drogas. Durante el mismo período, otro hombre fue montado a la fuerza a un automóvil y quemado hasta morir.
12 personas han muerto en los últimos dos meses en lo que parece ser una guerra territorial contra las drogas, dice la policía.
Macron también prometió más dinero del Gobierno para la renovación de refugios para mujeres, escuelas y hospitales, así como planes de capacitación para jóvenes y producción local de cine y televisión.
La visita de Macron se ve en gran medida a través del lente de las elecciones presidenciales de la próxima primavera, con la primera ronda programada para abril. Porque esta no es una visita presidencial cualquiera: ocho miembros del gabinete de Macron, incluidos los ministros de Interior, Medio Ambiente y Educación, lo acompañan en su visita oficial más larga a una ciudad francesa desde que ingresó al Palacio del Elíseo en 2017.
En consecuencia, el objetivo de Macron es ambicioso: abordar algunos de los problemas profundamente arraigados que durante mucho tiempo han preocupado a Marsella y convertirla en una verdadera «capital del Mediterráneo».
Con AFP
Fuente:france24