Francia decidió enviar de regreso a su embajador en Washington luego de que los mandatarios Joe Biden y Emmanuel Macron sostuvieran una conversación en la que acordaron una reunión presencial a finales de octubre para aclarar las decisiones que se tomaron sobre el pacto AUKUS, que terminó por romper un contrato de fabricación de submarinos entre Francia y Australia.
Las relaciones entre Estados Unidos y Francia siguen tensas y a la espera de resultados de la alta diplomacia.
El presidente Emmanuel Macron habló por teléfono este 22 de septiembre con su homólogo estadounidense Joe Biden sobre la crisis que se abrió entre ambas naciones luego de la creación de la alianza trilateral entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, llamada AUKUS.
El acuerdo, que generó fuertes tensiones entre los antiguos aliados y la protesta diplomática de Francia al considerar el movimiento como “una puñalada por la espalda”, supone entre otras cosas, el hundimiento de un jugoso contrato para la fabricación de submarinos entre París y Canberra.
La llamada entre ambos mandatarios dejó dos acciones concretas a pesar de la profunda crisis diplomática. Primero, el embajador francés Philippe Étienne regresará a Washington «la semana que viene» y trabajará «en estrecha colaboración con altos funcionarios estadounidenses». En una medida sin precedentes, Francia llamó a consultas a su representante diplomático luego de que Estados Unidos, Australia y Reino Unido anunciaran el acuerdo de defensa del Indo-Pacífico.
La segunda acción inmediata fue fijar una reunión presencial en Europa entre Macron y Biden para finales de octubre, dijo la Presidencia francesa, donde se espera que el presidente estadounidense participe en el G20 –en Roma– los días 30 y 31, y luego en la COP26 a principios de noviembre, en Glasgow.
Macron y Biden coincidieron durante la llamada de este miércoles en que «las consultas abiertas entre aliados (…) habrían permitido evitar esta situación”, por lo que anunciaron crear «un proceso de consultas a profundidad para crear las condiciones que garanticen la confianza».
Tras las tensiones, el apaciguamiento
Aunque quedó claro que todavía hay que trabajar para que se restablezca la confianza anterior de Francia hacía Estados Unidos, la esperada llamada entre los dos mandatarios, que duró una media hora, señaló un primer paso para la salida del grave conflicto diplomático entre ambas naciones.
El Elíseo recordó en su comunicado que esta conversación telefónica se dio «a petición del Presidente Joe Biden».
Macron por su parte esperaba «aclaraciones sobre la elección estadounidense de apartar a un aliado europeo de intercambios estructurales sobre la cooperación en el Indo-Pacífico». En su comunicado insistió que esperaba que “Estados Unidos reconozcan que las discusiones y las consultas que deberían haberse llevado a cabo no lo fueron y que esto plantea un cuestionamiento de la confianza” entre las dos naciones “cuyas consecuencias deben ser resueltas».
El conflicto más grave entre París y Washington en dos décadas
La disputa se desencadenó hace siete días y amenazaba con convertirse en el enfrentamiento más serio entre Francia y su aliado transatlántico desde el veto en 2003 del país europeo ante la ONU para impedir la invasión de Irak.
Estados Unidos, Reino Unido y Australia dieron a conocer su nueva alianza, AUKUS, el 15 de septiembre, afirmando que su objetivo es mejorar la estabilidad en la región del Indo-Pacífico.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, declaró entonces que su país anularía un acuerdo de 2016 para la compra de submarinos diseñados por la empresa francesa Naval Group, alegando que los submarinos convencionales del grupo se han vuelto «inadecuados» para las necesidades operativas de Australia.
Francia no tardó en denunciar el pacto trilateral y el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, calificó de «brutal, unilateral e imprevisible» la exclusión de París de las conversaciones.
El viernes 17 de septiembre, es decir dos días después del anuncio de la alianza estratégica, Francia decidió, en un gesto simbólico destinado a expresar su sentimiento de traición, llamar a consultas a sus embajadores en Washington y Canberra.
El valor estratégico regional que Francia otorgaba al acuerdo con Australia fue pasado por alto por sus aliados: Estados Unidos y Australia, que están centrados en su rivalidad con China y preocupados por la creciente influencia del gigante asiático en la región Indo-Pacífica, no entendieron la reacción de París y minimizaron su sentimiento de haber sido perjudicado.
Le Drian justificó sin embargo la «decisión excepcional» del país galo por la «excepcional gravedad» de los acontecimientos.
«El abandono del proyecto de submarinos entre Australia y Francia y el anuncio de una nueva asociación con Estados Unidos (…) sobre una cooperación futura en materia de submarinos de propulsión nuclear, constituyen un comportamiento inaceptable entre aliados y socios, cuyas consecuencias afectan a la concepción que tenemos de nuestras alianzas y de nuestras asociaciones», había dicho el ministro.
Las promesas de una alianza con bases más sólidas entre Francia y Estados Unidos
En el comunicado conjunto de la Casa Blanca y del Elíseo publicado este miércoles; además de reconocer la necesidad de un proceso de consultas más estrecho entre su país y Francia, el presidente estadounidense afirmó que era «necesario tener una defensa europea más fuerte y capaz» para contribuir a la seguridad transatlántica y complementar «el papel de la OTAN».
Estados Unidos además reafirmó “la importancia estratégica del compromiso de Francia y de la Unión Europea en la región Indo-Pacífica».
El país norteamericano se comprometió igualmente a «reforzar su apoyo a las operaciones antiterroristas dirigidas por el Estado europeo en la región del Sahel».
Por su parte y en referencia a las garantías de Washington, el jefe de Estado francés dijo esperar que «el compromiso (…) permita crear las condiciones para restablecer la confianza con hechos y medidas concretas y no sólo con palabras».
Las últimas crisis diplomáticas entre Francia y sus aliados
Desde que asumió la presidencia del país europeo, Macron exigió la retirada de embajadores franceses en dos ocasiones.
La una fue en febrero de 2019 cuando Francia denunció una “provocación inaceptable” por parte de Italia tras un encuentro entre representantes de los chalecos amarillos y el vicepresidente del Consejo italiano y líder político del Movimiento Cinco Estrellas, Luigi Di Maio, entonces aliado del ex Ministro de Interior de extrema derecha, Matteo Salvini.
La segunda crisis ocurrió en 2020 cuando la diplomacia francesa retiró a su embajador de Turquía tras denunciar los comentarios “inaceptables” del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quién había cuestionado la “salud mental” del mandatario francés por su “actitud hacía los musulmanes”.
AP, Reuters y medios locales
Fuente:france24