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Lennon, la Ética Docente y el rock

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Por Ernesto Edwards/Filósofo y periodista @FILOROCKER

“Vivir es fácil con los ojos cerrados” nos recuerda cómo ser buenos docentes y personas ejemplares, al compás de The Beatles

En la Argentina cada septiembre recordamos al maestro, al profesor, al preceptor y al estudiante (incluidas sus respectivas representantes del género femenino). Es decir, transitamos un mes en el que se reconocen diversas actividades educativas. O de enseñanza – aprendizaje. Porque, digamos todo, de la parte principal del proceso educativo de nuestros infantes la responsable fundamental debería ser la familia. De ella aprendemos todos los valores que necesitaremos para la vida. El sistema educativo, en todos sus niveles, será el que provea, oriente, acompañe y estimule nuestros saberes y perfeccionamientos para la vida laboral. Y no esperemos mucho más. Porque, también, la escuela como institución, y la excepcionalidad de algunos malos docentes, pueden arruinarnos.

Además de los recordatorios señalados, aunque con escasísima difusión, cada 24 de septiembre debería evocarse un hecho que nunca tuvo gran repercusión más allá de la propia persona a la que le sucedió un encuentro inolvidable. Se trata del profesor español Juan Carrión al momento de conocer, en Almería en 1966, al mismísimo John Lennon, ocasión en la que a solas y a lo largo de media hora le transmitió al beatle su interés por que le ayudara a traducir al idioma de Cervantes las letras de sus canciones.

Esta circunstancia, pequeña anécdota quizás, fue el disparador para que el prestigioso cineasta español David Trueba rodara la multipremiada “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, estelarizada por el reconocido y polifacético actor Javier Cámara, uno de los preferidos de Pedro Almodóvar y Paolo Sorrentino, entre otros talentosos realizadores. “Vivir es fácil…” ganó, merecidamente, en 2014 seis premios Goya, entre ellos a mejor película, mejor director, mejor actor, mejor actriz y mejor guión. 

Llama la atención una obra fílmica que, en apariencia, la cuestión educativa apenas roza el comienzo del metraje, sin embargo gire en torno a un docente que en plena represión cultural franquista (a mitad de los 60´) se haya iluminado encontrando una metodología didáctica que permitiera aprender Inglés a través de las canciones de The Beatles. Y no sólo eso, y lo que es de fondo: Antonio (un magistral Javier Cámara) es un modelo de Ética Docente que deberíamos tratar de imitar todos, siempre. Y por si algo faltaba, el filme es una entrañable road movie exquisitamente musicalizada por Pat Methany.

La historia parece simple: un profesor de un conservador colegio religioso para varones que enseña Inglés a preadolescentes apelando a las canciones de los Fab Four que él mismo esforzadamente traduceescuchándolas por la radio, en un sombrío momento de la historia contemporánea española -cuando la cultura estaba empobrecida y la libertad censurada-, se enterará de que el por entonces líder de The Beatles, John Lennon, estará en Almería para rodar una película. Será anoticiarse y bandonar todo, en Cartagena, para dirigirse allí donde podría conocer a su máximo ídolo e inspirador. Y en ese recorrido hacia lo incierto levantará por el camino a Juanjo, un melenudo adolescente de 16, fan de The Beatles y escapado de su casa y de su violento padre policía, y a Belén, una señorita de 20 que parece ocultar algo grande, tanto como un embarazo de tres meses siendo soltera y sin novio. Ambos, en plena fuga personal y con alguna coincidencia transgresora en el gusto por los rockeros ingleses. En esas interacciones entre los tres sucederán cosas que merecerán contarse. Por lo pequeñas y cotidianas, y a la vez modélicas y paradigmáticas. Y que en el caso de Antonio también son generosas, discretas y sutiles. Y por tanto, emocionan. 

Al final -y no es spoiler-, nuestro profesor no sólo se entrevistará con Lennon, sino que en su viaje iniciático ayudará a sus desorientados acompañantes, y a él mismo, a encontrarse con lo que son pero que todavía no sabían que eran. Algo con lo que altruistamente deberíamos colaborar siempre con nuestros alumnos, con las debidas distancias y cuidados del caso. Con atención y respeto, las condiciones con las que Antonio se vincula con sus, finalmente, amigos. Las mismas que han estado siempre presentes en su relación pedagógica enseñando Inglés.

La historia real registra que dicho año, 1966, John Lennon atravesaba una de sus primeras crisis existenciales y creativas, fantaseando con abandonar el grupo que, según sus propias palabras, lo hiciera más popular que Jesucristo, y convertirse en actor. Será así que de la mano de su amigo el director Richard Lester llegará a España para rodar, en un rol menor, “Cómo gané la guerra”, una producción antibelicista que pasará por los cines sin pena ni gloria. 

“Vivir es fácil con los ojos cerrados” no es un biopic ni un docudrama. Integra en su edición imágenes de archivo de The Beatles como así también de pasajes de la filmación de Lennon en Almería. Quizás por ello comience en blanco y negro, y finalice del mismo modo (escuchando una reconocible musiquita desde un casete), mientras en el medio la historia se llene de colores brillantes. En algún momento del filme nos enteraremos de que el título que lleva es un fragmento de quizás la más nostálgica y muy psicodélica canción de Lennon ambientada en la Liverpool de su infancia, mientras se cruzaba a diario con un orfanato del Ejército de Salvación inmortalizado en “Strowberry Fields Forever”, por el que los que hemos peregrinado varias veces por dicha ciudad no hemos dejado de visitar. Investigando, descubriremos que Lennon alguna vez declaró que ese temita lo compuso en… ¡Almería, claro!

Para tres personas que casualmente se encontrarán en una ruta del sureste español, John Lennon simbolizaba libertad y rebeldía. Y la búsqueda de los sueños que alguna vez tuvimos todos. Aquello que una dictadura que duraría cuatro décadas les estaba escamoteando. 

Un cartelón final, antes de los títulos, advertirá: «Tras la visita de Lennon a España en 1966, todos los discos de los Beatles incluyeron las letras de las canciones». Y no sólo eso: nuestro profesor seguirá en contacto epistolar con Lennon, quien le seguirá enviando, hasta su asesinato, cada nuevo disco recién publicado, y The Beatles reeditarán los anteriores, esta vez con el sobre interno conteniendo todos los textos. Y, por supuesto, el original y admirable docente seguirá enseñando su disciplina hasta pasados los 90 años, ya en su propia academia, y a través de las maravillosas creaciones de los músicos británicos.

Antonio, el protagonista, nos muestra un claro y transparente Manual de Ética Docente que deberíamos seguir todos. Los ingredientes del filme hacen que sea imperdible. Y según a qué te dediques, de visión imprescindible. En “Strowberry Fields…” Lennon cantaba «Vivir es fácil con los ojos cerrados, entendiendo mal todo lo que se ve…». Y, como tantas otras veces, tenía razón. Una metáfora que, justo para estos tiempos que vivimos, nos invita a estar más despiertos que nunca.

FICHA TÉCNICA

“Vivir es fácil con los ojos cerrados”

(España, 2013) – de David Trueba

Con Javier Cámara, Natalia de Molina,

Francesc Colomer y Ariadna Gil.

Género: drama – duración: 108´

Calificación: excelente

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