La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) informó hoy que un equipo de investigación perteneciente a la casa de altos estudios, trabaja junto a un consorcio de laboratorios públicos y centros de investigación, en el desarrollo de la SPINETTA-VAC, un nuevo candidato vacunal contra el coronavirus, cuyos ensayos se encuentran en etapa preclínica que demostró excelentes resultados en las pruebas con animales.
El proyecto obtuvo un financiamiento de 60 millones de pesos para completar la fase preclínica, otorgado por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), y tiene a la UNLP como institución beneficiaria.
Sobre el particular nombre de la nueva vacuna, los responsables del proyecto explicaron que SPINETTA-VAC es «un homenaje al mítico músico y compositor argentino Luis Alberto Spinetta, cuyo apellido comparte además las primeras letras con la proteína Spike».
Del proyecto también participan el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el CONICET, y el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA) de la Fundación Instituto Leloir. Este consorcio tiene como socios estratégicos a National Research Council de Canada y el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas «Dr. Julio I. Maiztegui», de Pergamino.
La doctora Daniela Hozbor ofreció detalles sobre el desarrollo y las características del nuevo candidato vacunal: “La plataforma sobre la que se desarrolla la vacuna es la proteína Spike entera trimérica glicosilada de distintas variantes del SARS-CoV-2 (vacuna proteica) expresadas en células de mamífero más un adyuvante comercial aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)”.
“Una vez inoculadas las variantes de proteína S viral y el adyuvante, el sistema inmune reacciona produciendo una robusta respuesta humoral específica (anticuerpos específicos y anticuerpos con actividad neutralizante), y también una respuesta celular”, agregó Hozbor.
La investigadora de la UNLP apuntó además que “este desarrollo incluye proteínas provenientes de las variantes de SARS-CoV-2 que hoy representan una amenaza y está diseñada para la aplicación de dos dosis”.
Además, la posible vacuna contra el coronavirus de bandera resalta por el bajo costo de producción, derivado de la plataforma que emplea, y la mayor estabilidad por tratarse de una vacuna de componentes proteicos. Además, otra de las grandes ventajas es que no requiere de sistemas de conservación dependientes de freezers o ultrafreezers, ya que se conserva a una temperatura de 2-8 ºC, lo que la hace de fácil distribución con logística simple en el territorio nacional.
Los investigadores e investigadoras se proponen superar con éxito uno de los obstáculos más difíciles de sortear en el desarrollo de vacunas, que es el paso de la etapa preclínica a los ensayos clínicos en humanos, y hacerlo en el marco de un proyecto soberano. Es que esta etapa, conocida en el campo de la vacunología como el “valle de la muerte” y requiere la producción de candidatos vacunales en escala piloto en condiciones GMP (good manufacturing practices).
Por esta etapa se buscará poner en valor dos plantas de bioprocesos de escalado a escala piloto emplazadas en el sector público: una en el INTI y otra en el INTA. Se prevé así que, esta actividad complementaria puede llenar el vacío de estas capacidades en el sector público, aumentando el nivel de madurez o TRL de los desarrollos biotecnológicos de cara a los ensayos clínicos en humanos. (Infocielo)