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Los Fitipaldis: Unamuno y después

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Por Ernesto Edwards / Filósofo y periodista @FILOROCKER

Tras siete años de silencio Fito Cabrales liderando los Fitipaldis publica “Cada Vez Cadáver”, placa que consolida su trayectoria 

Fito Cabrales es un bilbaíno a punto de cumplir 55 años, que ostenta el título de uno de los tres creadores más influyentes de la actualidad rockera española, junto a Robe Iniesta y Enrique Bunbury. Y lo es destacándose por la profundidad de sus letras, por su compromiso con Euskadi, y por su representatividad en el mundo del rock. Y que aunque parecería un fenómeno ibérico restringido sólo a su tierra, sin embargo también es reconocido en otros países de habla hispana, como el nuestro.

Se forjó como letrista, guitarrista y cantante de Platero y Tú, hasta que sobre el final de esa banda, crea la que lidera actualmente, Fito Fitipaldis. El primer grupo, ya de culto, de rock más crudo y duro, se transformó, con el segundo, en la plataforma masiva de canciones con melodías más elaboradas y letras más complejas y de un perfil que bordea el mundo del pensamiento. Ideológicamente emparentado con el anarquismo, sus proximidades filosóficas y literarias lo acercan a Unamuno, Sartre, Manolo Chinato, la metafísica heraclítea, y aquellos vinculados con sus musas, como Sócrates y Diótima. Aunque su modestia lo lleve a diluir sus influencias.

En la transición entre Platero y Tú y Fito & Fitipaldis, Cabrales comparte proyecto artístico con Robe Iniesta, musicalizando al poeta Manolo Chinato, grabando como Extrechinato y Tú, el atípico disco “Poesía Básica”. Ya instalado con los Fitipaldis, además de participar en gira y disco en vivo con Andrés Calamaro (2008), graba sucesivamente en estudio “A Puerta Cerrada” (1998), “Los Sueños Locos” (2001), “Lo Más Lejos a tu Lado” (2003), “Por la Boca Vive el Pez” (2006), “Antes de que Cuente Diez” en 2009 y “Huyendo Conmigo de Mí”, ya en 2014. Es decir con cinco años de paréntesis creativo entre los dos anteriores al actual. Sus discos en vivo, compilando hits y presentaciones, en este análisis no cuentan, pero los consignamos: “Vivo… para contarlo” (2005), “En directo desde el Teatro Arriaga” (2014) y el compilatorio “Fitografía” (2017).

Hoy, siete temporadas después de su anterior álbum, reaparece, demorado por la pandemia, con su nuevo registro, y un juego de palabras en su título, “Cada Vez Cadáver”, en el que podremos verificar que sus existenciarios siguen siendo los mismos: el amor y sus contradicciones, la vida y sus misterios, la muerte y su significado, la lucha por la libertad, y los grandes interrogantes acerca del sentido de la vida. Y todo en clave urbana de desanimado perdedor, casi como un rocker tanguero del País Vasco. Aclaremos algo: el paréntesis de siete años desde el anterior registro al nuevo, lo justifica afirmando que el silencio forma parte del proceso creativo. Y le creemos.

En esta columna ya hicimos una aproximación a la vida y obra del pensador Miguel de Unamuno, y a su veta inspiradora para el rock. Unamuno, también natural de Bilbao, buscando indagar sobre la condición humana publicó “Del sentimiento trágico de la vida”. Cabrales, para el mismo fin, publica discos. El libro de Filosofía transformado en registro musical, sin perder profundidad reflexiva. Por el contrario, ganando en masividad para el ejercicio del pensamiento.

En una primera ronda “Cada Vez Cadáver” puede parecer, si lo escuchamos superficialmente, que es más de lo mismo por parte de Fito Cabrales, y ello, en este caso, no conspira en su contra, sino que la coherencia de su obra es el secreto de su calidad, su éxito y el respeto que provoca.

Vamos por partes. Son diez canciones. Las nueve primeras, de los esforzados puño y letra de Fito. El décimo, con el que cierra, repitiendo el clásico de sus discos de hacer un cover, en este caso homenajeando a Jorge Drexler.

Arranca con la canción que da título al disco. Y parece derrotado: “Nunca fui lo que no pude ser. Y pudiera ser que sólo soy lo que he podido. Soy el halcón que ya no quiere ver. Y aprendió a ponerse la capucha él solito”. Y anuncia su rendición.

Sigue “Cielo Hermético”, que en tiempos de cuarentena dura fue el anticipo de Cabrales en versión acústica, para volver a hablar del tiempo: “La vida se nos va tan rápido. No hay tiempo de sentir el vértigo. A veces duele más que un látigo. Vivimos bajo un cielo hermético”.

“Fantasmas” no se queda atrás. Y te cuenta sus dificultades para escribir. Y otras cosas más. “Quiero ser feliz, sólo porque hoy es hoy. Por todo lo que fui. Por todo lo que ya no soy. Por un final feliz. También por lo que se rompió”. Y “A Quemarropa” es una canción de amor. “Si a quemarropa me disparan, me resbalarán las balas. Siempre me salvas tú”.

“Las Palabras Arden”, y otra vez la rendición: “La lluvia se filtró. Y el frío se metió dentro del alma”. “Si Me Ves Así” es la incertidumbre entre distancias y reencuentros. “Quiero Gritar” es su retorno a las cuestiones éticas, a la preocupación por el valor de la verdad, y a sus lógicos reproches a los políticos: “Alguien provoca una guerra. Luego se pone a rezar. Hay sinvergüenzas con una estricta moral”. Y agrega: “Sólo quiero gritar. Quiero gritar una vez. Arrancarme el bozal”. Y nos representa a todos. “¿Quién necesita un rey, teniendo aquí un bufón?”, se pregunta. Y aunque parece que habla sobre él, sin embargo pensaremos que el sayo le cabe a cualquiera.

“En El Barro” es su balance provisional y también la expresión de algunas de sus últimas voluntades. Y nos deja una enseñanza: “A veces sólo el hambre puede quitarte el miedo”. Cierra su repertorio propio con el blusazo de “A Morir Cantando”. Y lo confiesa todo: “Va llegando el temporal, y las ola van rompiendo. Sólo tratan de decir que están muriendo”. La versión de “Transporte” en clave de ranchera sólo es un artículo de forma.

“Soy un tipo extraordinario, de lo más común”, nos anticipa. Y queda claro que las inseguridades no desaparecieron con los años. Se incrementaron. A los 55, a no dudarlo, se nos llena el alma de preguntas. Que serán las más profundas y quizás definitivas. Y la experiencia de vida no nos hizo inmunes a la angustia y el vacío existencial. Aunque si no cometimos demasiados errores veremos que ya no quedan tantos mañanas. Pero sí varios todavías. Y eso será posible porque, como confiesa Fito, aprendió a esquivar las balas. Aunque las tentaciones sobrevivan, y la pelea sea desigual cuando se trata de los propios demonios. Esos que nos recuerdan a diario que el tiempo apura, y  que el epílogo puede quedar a la vuelta, impaciente.

“Cada Vez Cadáver” tendrá gira de presentación por toda España a partir de marzo próximo. El autor de esta nota ya ha cruzado el Atlántico para verlo. La última fue en Madrid, cuando presentó “Huyendo Conmigo de Mí”. Hoy no podría confirmar volver a hacerlo, vacunas mediante. Nadie quiere eso que cantan los Fitipaldis: “Pero al salir, casualidad, ya no quedaba ni una flor”. Porque, claro, el tiempo no espera.

FICHA TÉCNICA

“Cada Vez Cadáver” (Warner España, 2021)

Fito & Fitipaldis – Género: rock and roll

10 tracks – Duración: 44´

Calificación: muy bueno

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