Por Ernesto Edwards / Filósofo y periodista @FILOROCKER
Rock y cine siempre estuvieron vinculados de modos diversos. Veamos el aporte de los Guns N’ Roses
Las diferentes disciplinas artísticas a menudo colaboran entre sí, dialogando entre ellas. Como legítimos objetos culturales, son portadoras de mensajes que a veces requieren de cierta complementariedad que les dé un soporte determinado, con la idea de facilitar una interpretación, si es que ello formara parte de la intención original de algún autor. No siempre es así, claro.
La historia reciente del cine acredita que hubo compositores que se han especializado en componer música para películas, con un extenso listado de talentosos creadores que marcaron una huella, tales como Nino Rota, Ennio Morricone y Henry Mancini.
Ahora bien, quizás sorprenda saber que desde el universo del rock, en el nivel de los más encumbrados, emergieron bandas que no sólo fueron utilizadas para musicalizar algún momento fílmico con sus canciones más conocidas (o no tantas), sino que ocasionalmente se les encargó alguna para ser el fondo melódico, o la apertura, o el cierre de algún largometraje, e incluso, definiendo un contexto. En ocasiones, esos mismos grupos se encargaron de grabar una versión de otro autor, haciéndola propia con su estilo e impronta.
Los Guns N´Roses, justo cuando acaban de editar dos singles en momentos diferentes de la actual pandemia (“ABSURD” y “Hard Skool”), forman parte de ese grupo selecto de músicos, habiendo participado, de manera diversa, en filmes como “Entrevista con el vampiro”, “El fin de los días”, “Días de trueno”, “Terminator – Salvation”, “Capitán Fantástico”, “Cabo de fuego”, “Go, Baby, gone”, “El luchador”, “La era del rock” y “Megamente”. Listado extenso, sin dudas. Asimismo, deben destacarse la cuidada dirección y producción de la mayoría de sus clips oficiales como herramienta de difusión de sus más grandes éxitos discográficos. Pero ello es parte de otra historia.
Ya hemos señalado en esta misma Columna que a finales de los ’80, de la reunión entre Hollywood Rose y L. A. Guns, surge Guns N’ Roses, plataforma y tribuna de William Bailey (luego Axl Rose), poeta, apologista de la droga y filósofo nihilista del rock. Tras su consagración comercial, a partir de sus inspiradas creaciones, y de incomparables ejecuciones de Slash, y por la investigación de los más recurrentes existenciarios, pudo verse el regreso del rock callejero y obsceno que los jóvenes inconformistas esperaban, con tenebrosas declaraciones de amor, y que bajo la apariencia de un frenético festival salvaje se revelaba lentamente la profundidad de un mensaje intencionalmente superficial, descreído de trascendencia y absolutos, privados de toda esperanza para siempre, con crudas descripciones de la vida urbana, reflejando todas sus miserias. Y, en algún que otro caso, con letras que si no se tratara de ellos seguramente provocarían el rechazo por parte de quienes no toleran, con razón, la menor incitación a la violencia contra la mujer.
También es cierto que allá por sus primeros años de trabajo discográfico se especializaron no sólo en ejecutar creaciones propias sino en versionar notables éxitos de autores como Bob Dylan, Paul McCartney y los Rolling Stones. Y todo iba sucediendo en esa secuencia de álbumes que se sucedían y se convertían instantáneamente en éxitos arrasadores. “Appettite For Destruction” (1987), “G N´R Lies” (1988), “Use Your Illusion I” (1991), “Use Your Illusion II” (1991), y el registro de covers “The Spaghetti Incident?” (1993), hasta llegar al disco con preproducción y trabajo de grabación más extenso de la historia: “Chinese Democracy” (2008).
Recorramos algunos de las realizaciones mencionadas con musicalización de los GN´R. Todos recordamos el multipremiado filme “El Luchador” (2009), que marcó el regreso a los estelares de Mickey Rourke, acompañado por Marisa Tomei y Evan Rachel Wood, y dirigida por ese gran realizador que es Darren Aronofsky, para dar vida a un luchador que alcanzó la gloria en los lejanos 80s, para terminar en la más absoluta decadencia en cuadriláteros de cuarta categoría, hasta que un ataque cardíaco lo arrinconará y deberá tomar una decisión de fondo. “Sweet Child Of Mine”, una de las más bellas canciones de la primera etapa de los Guns, será la música que acompañe al púgil cada vez que sube a un ring a combatir.
En 2010 se estrena “Megamente”, un largometraje de DreamWorks aparentemente infantil, en el que seres extraterrestres se mezclarán con los humanos, conviviendo inicialmente con una familia, hasta que Megamind será desviado a una cárcel donde le enseñarán que lo bueno es malo y lo malo es bueno, introyectando una inmoral escala axiológica. En el filme se utiliza la archifamosa “Welcome To The Jungle”, justo cuando el protagonista, sobre el final de la historia, derrotará a Titán, su contracara. Y ese será el momento para que Axl Rose, entre alaridos, nos diga “Bienvenidos a la jungla”.
La rendidora franquicia de Terminator los tuvo como música principal en “El Juicio Final”, en la que brilló “You Could Be Mine”, mientras caían los créditos de cierre, pero también algunos fragmentos ya podían escucharse en las escenas de acción más destacadas.
“La Era del Rock” , de 2012, fue una comedia musical que en su soundtrack tuvo un verdadero seleccionado de estrellas del género, como Def Leppard, Joan Jett, Scorpions, Poison, Pat Benatar y Jon Bon Jovi. Entre ellos iba a destacarse “Paradise City”, de los Guns, para esta adaptación de un éxito de Broadway de Chris D´Arienzo.
Pero la que seguramente dejó un recuerdo imborrable en todos sus espectadores fue “Entrevista con el vampiro” (1994). Un elenco que hoy sería muy costoso de reunir: Tom Cruise, Brad Pitt, Antonio Banderas, Kirsten Dunst y Christian Slater para una película estructurada en torno a un reportaje que un periodista le realiza a un vampiro, quien durante dos siglos trató de sobreponerse a su condición, a pesar de que le consolaba saber que a sus víctimas les concedía la inmortalidad. “Interview…” cerraba su metraje con una logradísima versión de “Sympathy for the Devil”, de autoría de los Rolling Stones, redondeando una escena final inolvidable. La canción se vendía, por entonces, en un CD que incluía sólo este título, fue record de ventas, y marcó el final de la primera gran etapa de los Guns con la deserción de su violero estrella Slash.
Los Guns N´Roses no fueron los únicos representantes del rock que se consolidaron, en su momento, como figuras recurrentes a la hora de musicalizar películas. Pero sí, quizás, los más destacados.