Texto Daniel Avellaneda
Tras la derrota con Gimnasia, el vicepresidente fue duro con los futbolistas. ¿Lograrán sus palabras hacer reaccionar al equipo?
La gente ya se había ido, pero la Doce continuaba con su percusión en la tribuna. No obstante, el mayor ruido se produjo abajo, donde los jugadores de Boca, que ya estaban bañados, cambiados y arriba del micro, empezaron a bajar rumbo a los vestuarios. No se habían olvidado ninguna pertenencia. El que les pidió que dejaran el ómnibus porque tenía que hablarles fue Juan Román Riquelme.
El vicepresidente ídolo estaba muy enojado. De remera negra y jean, bastaba con ver su rostro circunspecto, el mismo gesto que se había advertido desde el palco, cuando no se explicaba tan mal desempeño del equipo. Sobre todo, en el primer tiempo.
Según pudo averiguar Clarín, Román fue duro con los futbolistas. Y bajó un mensaje fuerte porque se viene la semifinal de la Copa Argentina, el miércoles en Mendoza ante Argentinos Juniors, y quiere una reacción. ¿En qué lugar quedó Sebastián Battaglia? ¿Entiende el vicepresidente que no alcanza con la arenga del entrenador interino?
Aquellos que caminan el predio de Ezeiza, sede del Consejo de Fútbol, tienen claro que Riquelme no es un vicepresidente inactivo. Opina de fútbol. ¿Y condiciona? ¿Los técnicos tienen la última palabra? Su deseo es llevar a los chicos de a poco («confío en la experiencia de los más grandes», le dijo en un momento de la charla mano a mano a Carlos Izquierdoz, el capitán) pero por lo visto en el ciclo de Miguel Russo y Battaglia, juegan más por necesidad que por convicción.
En ese sentido, ya trabajan en el mercado de pases para 2022. Por eso el ingreso a la Libertadores es fundamental.
La charla duró 10 minutos. Los jugadores volvieron a subirse al micro y antes de que encendiera los motores, Román salió con cara de pocos amigos, acompañado por dos de sus más íntimos laderos. Saludó a algunos hinchas que le gritaban agitando la mano y se fue de la Bombonera. Con bronca por la derrota, pero la sensación de queno se guardó nada.
Fuente:clarin.com