Por Ernesto Edwards / Filósofo y periodista @FILOROCKER
Ya está disponible “Music Of The Spheres”, nuevo y muy criticado álbum de Coldplay, que merece analizarse
Veintiún años y once discos (nueve de estudio) bastaron para que esta banda británica de rock alternativo en la que predomina el piano de Chris Martin se convirtiera en una de las de mayor influencia internacional del rock and pop. Es interesante destacar que el trío original (hoy cuarteto, más un sesionista habitual) formado por Martin, Jonny Buckland y Guy Berryman se conoció mientras estudiaban en la London University, como una constante que aquellos que se destacan en el mundo de la música, en los últimos años, han tenido alguna formación universitaria y han sido amigos desde muy jóvenes. Emparentados en sus inicios con Radiohead, REM, Blur y U2, hoy tienen una reconocible impronta propia.
Con “Parachutes”, en el 2000, “A rush of blood to the head”, en el 2002, “X & Y” en el 2005, “Viva la vida”en 2008, y su quinto disco de estudio, en 2010: el optimista, comercial y ecléctico “Mylo Xyloto”, más el melancólico “Ghost Stories” (2014), y los más recientes “A Head Full of Dreams” (2015), el “Live in Buenos Aires” (2018) y el inmediato anterior, el irregular “Everyday Life” (2019) conformaron una discografía que exhibe los distintos momentos creativos y evolutivos de Coldplay, con millones de copias vendidas -entre formatos físico y digital-, y una reconocida participación en favor de numerosas causas sociales y ecologistas, donando, por contrato, un porcentaje fijo de sus ganancias a movimientos caritativos, y al mismo tiempo negándose sistemáticamente a autorizar que sus temas se utilicen en publicidades, como así también la particularidad de que lo que cobran por cada gira se divide en partes iguales entre sus miembros, quienes también por contrato saben que serán expulsados de la banda si fueran descubiertos drogándose. Algo bastante inusual en el frenético y desmedido negocio del rock.
De Coldplay puede afirmarse que aunque su ideología es eminentemente rockera, su música se aproxima a un pop melódico que mezcla riff y distorsión, y que invita a reflexionar y a emocionarse, con temáticas oscuras y de corazones rotos, y alusiones permanentes a los principales existenciarios de la vida, como las dudas, los miedos, las culpas, el destino y la desesperación, y todo, cantado en un tono intimista y susurrante, con la particular voz de Martin, entre afinaciones y falsetes.
Recordemos que el disco más destacado de su última década, “Ghost stories” (“Historias de fantasmas”), nacía del desamor, del abandono, del deterioro vincular. De la separación de Chris Martin de Gwyneth Paltrow y su proceso de definitivo distanciamiento. Era un disco conceptual e introspectivo, que vertebraba su desarrollo en torno al efecto futuro que tienen las acciones del pasado. Es decir, las consecuencias de los propios fantasmas. Con un permanente monólogo interior, sin buscar respuestas (ni encontrarlas), Martin invocaba a pretendidas presencias que nunca aparecerán, como en una declaración de amor por alguien que ya no está. La base musical y los efectos de sonido, por momentos angustiantes, acompañaban (sin el brillo de otros discos) las imágenes de una historia que terminó, probablemente para siempre. Mucho teclado y toques electrónicos, con ritmos que iban demorándose, y que son la clásica marca de Coldplay. Por momentos, llamando la atención. Y en otros, sumiendo en el sopor del que quiere dormirse y no despertar. Ensoñándose con sus fantasmas.
Pero como siempre sucede en los procesos y evoluciones creativos de las bandas, el tiempo pasó y algunos pocos discos después acaba de publicarse “Music Of The Spheres”, y para intentar explicarlo deben hacerse algunas aclaraciones. Sobre todo respecto del título, que es toda una declaración de intenciones y que tiene una marcada referencia filosófica, que se remontan a la Grecia clásica y presocrática.
La teoría de Música (o armonía) de las Esferas se remonta a los tiempos de Pitágoras, y se sostiene en la creencia de que el cosmos está regido por proporciones numéricas armoniosas, y que los cuerpos celestes se movilizan según una representación geocéntrica del universo que implican las proporciones musicales, las cuales explicarían las distancias existentes entre los planetas conocidos por entonces. Obviamente es una concepción epistemológica que fue desactualizándose, pero que se mantiene como una referencia cosmológica. Pensemos también que cuando los antiguos hablaban de matemáticas no sólo pensaban en la pretensión de una ciencia exacta sino también en cierto nivel de esoterismo. Y que cuando aludían a la Música, su etimología remitía a la inspiración por parte de las Musas. Consideremos, también, que aunque fuera para contradecirla, toda esta idea de la Música de las Esferas se completó y perfeccionó con el aporte de Aristóteles.
Las buenas ideas no siempre terminan saliendo bien. Y cuando son pretenciosas pero no alcanzan el objetivo anunciado, pueden convertirse en un fracaso. Para entender mejor esto recordemos que Coldplay, de modos diversos, vino anunciando en sus anteriores trabajos cuál era el proyecto artístico que estaban elaborando, vinculado con la temática cósmica y la utilización de lenguas imaginarias, como en “Mylo Xiloto”. Al tomar distancia de la vena rockera, inclinándose hacia un pop comercial, básico y complaciente, sin grandes elaboraciones instrumentales y con letras superficiales, agregando sólo por la importancia del nombre participaciones como la de Selena, poco contribuye al fin para elevar la calidad artística del producto. Que antes de este reciente lanzamiento tuvo dos adelantos: “Higher Power” y “My Universe”, que hacían prever lo peor. Cabe señalar que a la hora de elaborar la lista para ser impresa, cinco de las canciones aparecen designadas, sin ton ni son, cada una con un emoji. Lo de “Biutyful” es incalificable: un hip hop con falsete. Y por si todo fuera poco, “Coloratura” es para el olvido.
Seguramente los fanáticos de la banda, que son muchísimos, no escucharán “Music Of The Spheres” con oído crítico. Y hasta puede encantarles. Pero es como cuando revolotean las moscas. Un paso en falso de Coldplay. Que de Música de las Esferas tuvo muy poco. Ya lo superarán.
FICHA TÉCNICA
“Music Of The Spheres”
Coldplay (Parlophone, 2021)
Género: Britpop – Duración: 42’
12 tracks – Calificación: Regular