Tras la muerte de al menos 27 personas migrantes en un naufragio frente a las costas de Calais el miércoles 24 de noviembre, unos 300 activistas comunitarios y residentes se reunieron el día siguiente para rendirles homenaje.
«Esto no debe volver a ocurrir. Hago un llamamiento al presidente: ¡deténgase, deténgase!”. Ante el micrófono, una activista de Calais que vive cerca del puerto describió el «barrido incesante de coches fúnebres» que presenció hasta altas horas de la noche del miércoles 24 de noviembre, durante la cual los servicios de rescate sacaron 27 cuerpos de personas migrantes muertas en el mar tras el naufragio de su embarcación.
Frente a ella, en silencio, alrededor de 300 personas, calesianos, activistas y migrantes se reunieron el jueves 25 de noviembre frente a un parque de la ciudad portuaria para celebrar una vigilia en homenaje a los fallecidos el día anterior.
«Los llamamos ‘círculos de silencio’. Normalmente hay entre 30 y 50 personas. Esta noche hay mucha gente, porque ha habido muchos muertos», explica Pascal Lefèvre, militante de La France Insoumise (Francia Insumisa, en español) en Calais.
«Nunca hubo tantos muertos en una sola vez. Es el naufragio de migrantes más dramático que hemos conocido», lamenta Nathanaël Caillaux, director de proyectos del Secours Catholique (Socorro católico, en español), que también estaba presente. «Estamos sorprendidos y enfadados», continuó.
En el suelo, una larga pancarta despliega los nombres de más de 300 personas migrantes que han muerto intentando cruzar la frontera entre Francia e Inglaterra desde 1999. «Electrocutados por una catenaria del Eurotúnel, ahogados en el Canal de la Mancha, muertos por falta de asistencia médica…», enumera una activista las circunstancias de sus muertes. «Una consecuencia de la creciente militarización de la frontera y de la lucha contra la presencia de exiliados», según ella.
L’Auberge des migrants (El Albergue de los migrantes, en español), el Secours Catholique, Utopia 56… En el micrófono, una asociación tras otra pidió a Francia y a Reino Unido que reaccionaran creando un «paso seguro» para las personas migrantes que quisieran pedir asilo al otro lado del Canal. También pidieron no olvidar a los vivos y que se diera a los supervivientes apoyo moral y ayuda económica para la repatriación de los cuerpos.
«Acabamos de enterrar a alguien ayer por la mañana”
Para Mariam Guerey, miembro del personal permanente del Secours Catholique de Calais, este naufragio no tiene precedentes. «Colgamos un velo negro en la entrada de nuestro centro de día en Calais», dice la mujer que lleva casi 20 años ayudando a las personas migrantes. «Velatorios y funerales. Eso es todo lo que hemos hecho desde septiembre. Cada dos semanas», explica. «Acabamos de enterrar a alguien ayer por la mañana: un joven sudanés que murió hace quince días. El entierro no pudo realizarse antes porque tuvimos dificultades para identificar su cuerpo», detalla.
Esta vez espera que la identificación sea más rápida, pero sobre todo que sea posible, ya que no siempre es así: «Sus familias deben tener derecho a saber lo que les ocurrió. Me pongo en la piel de las madres que esperan noticias de sus hijos. No debería terminar así».
Entre las víctimas del hundimiento del miércoles había 17 hombres, siete mujeres, entre ellas una embarazada, y tres jóvenes. Sus cuerpos han sido repatriados al Instituto Forense de Lille para su autopsia e identificación.
Las circunstancias de sus muertes aún no están claras. El miércoles salieron de Dunkerque para cruzar el Canal de la Mancha, pero su barco, un ‘long boat’ (embarcaciones largas, en inglés), una frágil embarcación hinchable con fondo blando, ¿fue golpeado por un buque portacontenedores? ¿Se desinfló el bote neumático?
Utilizadas cada vez más por los contrabandistas, estos ‘long boats’, que pueden tener hasta 10 metros de largo, no soportan ni la sobrecarga ni el mar agitado. Las condiciones meteorológicas, a menudo difíciles, del Canal de la Mancha hacen que la navegación sea complicada, sobre todo porque es una de las zonas marítimas más transitadas del mundo, con el paso de unos 600 barcos al día, según advierten los socorristas marítimos desde varios años.
«No tengo miedo, lo volveré a intentar»
«Hace dos años que el camino por las vías marítimas se utiliza de forma masiva, esperábamos un drama», explica Nathanaël Caillaux. El número de intentos de cruzar el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones se ha duplicado en los últimos tres meses, según la prefectura. Hasta el 20 de noviembre, 31.500 personas migrantes habían abandonado la costa desde principios de año y 7.800 habían sido rescatados.
Acompañado por su pareja francesa, Amir, un afgano de 30 años, viajó a Calais para mostrar su apoyo a los refugiados. Recuerda su paso a Reino Unido en camión hace 16 años. «Me fui a Inglaterra, donde recibí una mala acogida. Finalmente decidí volver a Francia», cuenta este residente de una ciudad cercana a Calais. «En aquel momento, nadie se echó al mar, pero la situación ha empeorado para los refugiados, en sus propios países -en Irán, en Afganistán- y aquí. Verás, esta noche hace mucho frío, se acerca el invierno y no tienen más opción que intentar la travesía», remarca.
La sucesión de tragedias desanima a algunos. Fayçal, un sudanés que llegó a Calais hace quince días, ha decidido renunciar a cruzar para Inglaterra. «Voy a pedir asilo en Francia», cuenta el treintañero. «Hay demasiados muertos, demasiadas historias tristes. No conocía a los que murieron, pero eran como nosotros. Estaban durmiendo fuera». Junto a él, un amigo más joven intentó una travesía el miércoles. «Era mi segunda vez. El motor se rompió y la policía nos atrapó. No tengo miedo y lo volveré a intentar. Intentaré cueste lo que cueste», asegura el joven de 22 años, que prefiere permanecer en el anonimato.
No es el único. Anoche, unas 70 personas migrantes intentaron la travesía antes de ser rescatados. Algunos de ellos fueron encontrados pasando frío en la estación de tren de Calais, luego fueron llevados a un refugio de emergencia.
Artículo adaptado de su original en francés
Fuente:france24