Mar del Plata es una de las ciudades más bellas de la Costa Atlántica argentina y a lo largo de su historia ha estado muy relacionada con el deporte motor. En su momento, supo tener a uno de los circuitos callejeros más emocionantes de Sudamérica. Le decían «el Mónaco Argentino« y allí corrió la Fórmula 2 Codasur en las temporadas 1984 y 1985.
Como antecedente, en 1983 el Club Argentino de Pilotos había realizado una carrera en un trazado similar que luego fue mejorado, teniendo en cuenta que la F2 Codasur era una categoría estrella a nivel continental y precisaba mejores condiciones de seguridad.
Así era el circuito:
El trazado era el siguiente: se largaba en el Paseo Aldao de Playa Grande, sobre la actual avenida Guardavidas Guillermo Volpe, y luego se giraba violentamente hacia la izquierda en la subida que está entre las calles Primera Junta y Rodríguez Peña, para agarrar el Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos, pasando frente al Hotel Costa Galana y tomando la “Rotonda del Golf”. Luego se volvía a bajar por Peralta Ramos hasta la Escollera Norte y ahí se retomaba Guillermo Volpe para completar la recta principal.
Era un circuito muy veloz de 2.180 metros de recorrido y los monopostos de F2 Codasur registraban una velocidad promedio de 130 km/h. El tiempo para dar una vuelta completa en las pruebas clasificatorias era de aproximadamente un minuto.
La primera competencia de F2 Codasur en el callejero de Mar del Plata tuvo lugar el 16 de diciembre de 1984: se impuso Guillermo Maldonado con un Berta-Volkswagen y completaron el podio Guillermo Kissling (Berta-Renault) y Alberto Scarazzini (Berta- Volkswagen). En esa temporada, «Yoyo» se consagró campeón en forma indiscutida, sumando 63 puntos y superando ampliamente al subcampeón Miguel Ángel Guerra (38).
La segunda vez que la categoría pisó la Ciudad Feliz fue el 15 de diciembre de 1985 y ya llegaba con más pergaminos en el lomo: unas 20 mil personas se acercaron a ver la carera en un circuito emocionante y en el que se registraron choques, si se tiene en cuenta los ángulos tan cerrados de sus curvas.
En esa prueba de 1985 se impuso Néstor Gurini (Berta-Renault), Maldonado fue segundo con su Berta-Volkswagen y finalizó tercero Guerra (Berta-Renault). Ese año el piloto de 9 de Julio se consagró nuevamente campeón y de hecho a nivel histórico se quedó con los cuatro títulos de la F2 Codasur que se disputaron entre 1983 y 1986.
Luego de esas dos competencias iniciales el callejero marplatense se dejó de utilizar y la categoría se mudó al Autódromo Ciudad de Mar del Plata, aunque solamente por una temporada porque luego fue disuelta y se creó la Fórmula 3 Sudamericana.
La base de este trazado sirvió de «inspiración» para el proyecto fallido de retorno de la Fórmula 1 a la Argentina: en 2012, la por entonces presidenta Cristina Kirchner, aseguró que la Máxima volvería a correr en el país e incluso desde la intendencia de Mar del Plata dieron a conocer cuál sería el circuito, que básicamente tomaba el utilizado por la F2 Codasur y le agregaba un mayor recorrido por la Av. Peralta Ramos en la zona del Puerto y sumaba dos rectas largas sobre la Escollera Norte.
Los «restos» del circuito
Este año se cumplirán 37 años de la última carrera de la Fórmula 2 Codasur en Mar del Plata y todavía pueden apreciarse «restos» de lo que fue uno de los circuitos más emocionantes que ha tenido el automovilismo argentino y sudamericano.
Uno de los puntos íconicos del trazado ha sido la curva hacia la derecha de Formosa y el Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos, que los monopostos tomaban para luego agarrar la bajada hacia la Escollera Norte del Puerto marplatense.
Allí puede apreciarse, imperecedero, el pianito de piedra que había sido colocado en el circuito, obviamente ya despintado y bastante dañado pero de pie al fin. Otro de los puntos en los que se notan «rastros» del trazado está en la curva hacia la izquierda de la Escollera Norte, en la que solían producirse los sobrepasos por el lado de la cuerda.
En la zona del Paseo Aldao, de Playa Grande, se encontraba la recta principal, en la que estaba colocada una gran tribuna, y que desembocaba en la temeria curva a la izquierda de Rodríguez Peña, en la que se han sucedido muchos toques de carrera: allí también resiste al paso del tiempo uno de los pianitos.