Un estudio asegura que se multiplicaron los robos violentos a comercios. El «ranking» tiene en la cima los robos con armas; después los escruches, es decir rotura de vidrios y paredes para robar; y en tercer término los hurtos y apropiaciones de mercadería en el modo ‘mecheras’, es decir bandas de mujeres que ingresan al local, se esconden todo tipo de elementos entre las ropas y salen como si nada. En promedio se produjeron 8.000 robos cada día, en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense.
El dato surge de una nueva Encuesta Mensual de Inseguridad (E.M.I.), desarrollada por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, con información desde febrero de 2021 a febrero de 2022. «En el mismo lapso se produjo un aumento del 40 por ciento en la criminalidad apuntada: hoy se registran unos 8.000 robos cada 24 horas, mientras que en el período de 12 meses, entre enero de 2020 y enero de 2021, fueron 6.000», se indicó.
Comerciantes que dijeron ‘no va más’. «Atilio tiene casi 60 años y desde hace más de 20, es el personaje del barrio en la avenida Congreso y Vuelta de Obligado, en el barrio porteño de Nuñez. Atilio en conversación con Defendamos Buenos Aires, contó que desde la década del ‘90 tenía un taller de reparación de calzados en un pequeño local a la calle, sobre avenida Congreso. Con la llegada de la cabecera del subte línea D, Estación Congreso de Tucumán, en las lejanas épocas del jefe de gobierno Aníbal Ibarra, el negocio no hizo más que florecer. «Siempre resulta más barato cambiar la media suela y la tapa del taco que comprar un zapato nuevo», nos decía. Su rutina era desayunar en la Farola de Cabildo, a solo 40 metros y después dedicarse de lleno a su negocio. Sin embargo desde el año 2017, los robos no hicieron más que aumentar. Le rompieron la vidriera, le robaron a mano armada y la última vez, dos motochorros lo golpearon exigiéndole dólares. Atilio está seguro de que tenían mal el dato, sin embargo la golpiza y el susto de muerte se los llevó igual. Por eso, el 31 de enero decidió poner punto final, llevar el taller a su casa y dejar a los clientes una dirección de correo electrónico y un teléfono para seguir trabajando», dijo Javier Miglino, abogado Especialista en Seguridad y Director de Defendamos Buenos Aires.
Florencia y el adiós al local propio. «Florencia tiene 27 años, es diseñadora de indumentaria de la Universidad de Buenos Aires y desde hace dos años tenía un local en la calle Humboldt en Palermo Hollywood. Vendía indumentaria deportiva para mujer, diseñada por ella misma y confeccionada por dos amigas que tienen su propio taller de costura. Sin embargo, la buena noticia del local super barato por la pandemia de 2020/2021 no resultó barato. Le rompieron dos veces el vidrio del auto para robarle. La mafia de los trapitos, instalada en la zona hace años, le cobraba todos los días en forma cuasi religiosa por estacionar y cuando le rompieron la vidriera la banda de menores de edad, chicos de 8 a 13 años que roban y producen desmanes en el barrio, decidió bajar la persiana. ‘Voy a poner un showroom en mi casa. Sigo vendiendo lo mismo pero no tengo que tener el corazón en la boca y el miedo a que maten con solo 27 años’, nos confiaba Florencia», dijo Miglino.
La gente tiene miedo de denunciar. «En general los comerciantes luego de ser robados, dan por perdido el dinero, la mercadería y los teléfonos celulares que se llevaron los delincuentes. Miran para adelante e intentan olvidar el episodio. Saben que la denuncia les llevará medio día de trabajo, que servirá para poco y que incluso puede acarrearle mala fama al local. De este modo los delincuentes ganan por partida doble. Roban fácil y rápido y nunca son perseguidos, con lo que la espiral de criminalidad continúa creciendo», concluyó Miglino. (Diario Popular)