Por Ernesto Edwards / Filósofo y periodista @FILOROCKER
“CODA”, nominada al Oscar como Mejor Película, está atravesada por el rock y puede ser interpretada desde el enfoque de Gregory Bateson
Con el anuncio de las nominaciones de este año al Oscar de la Academia correspondiente a la producción cinematográfica de 2021, aparece en el listado de las que serán evaluadas para “Mejor Película” un filme que por sus especiales características da mucha tela para cortar, no sólo en el rubro estrictamente fílmico, sino también en lo concerniente a lo filosófico, lo psicológico, lo educativo, lo musical en general y lo rockero en particular. Se trata de “CODA”, y a partir de aquí comenzaremos a desandar ese camino. Para ello no sólo deberemos analizar este título desde la crítica cinematográfica sino también con el aporte de un notable autor como Gregory Bateson y su teoría del “Doble Vínculo”, que desarrollara en su célebre libro “Pasos hacia una Ecología de la Mente”.
Recordemos que hace un año, con el estreno de “El sonido del metal” decíamos en esta misma Columna de Opinión que nos permitía aproximarnos a los problemas auditivos y a reflexionar sobre la enseñanza, la identidad, la discriminación, la inclusión y la integración, a partir de lo que es, en algún sentido, una discapacidad. O una capacidad diferente, según sea el marco teórico en el que nos posicionemos. También se buscó dejar establecidas algunas cuestiones que son punto de partida desde lo epistemológico, desmontando el insostenible prejuicio acerca de que las personas sordas o hipoacúsicas tienen un déficit intelectual, cuando generalmente puede verificarse lo contrario.
Recorríamos, además, al cine como objeto cultural portador de mensajes que propician profundas reflexiones, y que diera filmes que abordaron el tema. Los más destacados fueron: “Te amaré en silencio” (o “Hijos de un dios menor”, 1986), con Marlee Matlin, actriz sorda que ganase el Oscar por encarnar a una joven alumna con el mismo problema auditivo, quien enamorará a un profesor de Educación Especial, interpretado por William Hurt. “Ana de los milagros” (o “El milagro de Anne Sullivan”, 1962), con la talentosa Anne Bancroft y Patty Duke, ambas ganadoras de sendos Óscares por sus roles, que basada en hechos reales contaba la historia de Helen Keller, ciega y sorda a sus siete años, quedando casi incomunicada del mundo hasta conocer a una joven maestra que recién recobrara la vista, guiándola en su aprendizaje del mundo a través del tacto. “Profesor Holland” (o “Mr Holland Opus” -o Querido Maestro-, 1995), con el aclamado Richard Dreyfuss. Y, desde ese entonces, quedó incluida “El sonido del Metal” (2020).
“CODA” es un juego de palabras. Por un lado, es un acrónimo: “Child Of Deaf Adult” (Hijo de Adultos Sordos). Y por otro, es el término musical que señala el período final de una obra, que generalmente consiste en la reiteración de uno de los mejores pasajes de la misma. Sobre estos dos ejes pivotea la película. Que, además, mostrará lo peor de lo peor que puede exhibir una madre en el contexto de una familia disfuncional.
Adquirida por Apple TV+ y luego ofrecida por Prime en su grilla, el núcleo argumental de este filme dramático exhibe a Ruby (convincente Emilia James), una adolescente de 17 que es hija oyente y hermana de adultos sordos, que conviven entre todos pero con la cultura y hábitos excluyentes de los discapacitados auditivos. Ambientada en Gloucester (Massachusetts), es una remake, mejor realizada, de una reciente producción francesa de 2014.
Ruby ayuda a sus padres y su hermano en el negocio familiar de la pesca en aguas abiertas. Ella es el único contacto confiable con el circundante mundo del sonido, de las voces, de las conversaciones. Sin ella no tendrían el permiso para navegar, algo que hacen a diario, mientras se ocupa de las comunicaciones por radio y de cantar mientras por el sistema de sonido de la embarcación se escucha rock a todo volumen.
En la escuela se sentirá atraída por un compañero y decidirá inscribirse en el coro para estar cerca de él. Su profesor descubrirá un talento innato y la animará a audicionar para una beca en la prestigiosa Escuela de Música Berklee de Boston. Mientras forma un dúo con su enamorado, comprenderá que deberá elegir entre seguir una vocación que la apasiona y continuar viviendo con una familia que le demanda y exige que se quede con la excusa de que sin su presencia quedarían desvalidos y sin posibilidad de llevar adelante un nuevo emprendimiento pesquero.
Los que somos padres sabemos que por nuestros hijos haríamos los sacrificios más extremos, incluso eso que parecía una exageración cuando en “John Q.” el protagonista quiere obligar a que una institución médica le extraiga su corazón sano para que se lo transplanten a su hijo moribundo. Por el contrario, en “CODA”, vemos una madre (Marlee Matlin) que encarna lo peor y más miserable, mentiroso y egoísta de una progenitora, sólo preocupada por ella misma. Junto a una familia que no acompaña, en el momento en que inesperadamente se revelan los resentimientos.
Lo que sucede en esa trama relacional lo podremos entender a la luz del acierto de los estudios de Gregory Bateson, cuando explica el “doble vínculo”, algo que requiere: dos o más personas, de las que una será la “víctima”. La “victimaria” es la madre, ya sea sola o acompañada por el padre y/o hermanos. También que sea una conducta repetida. No es una situación traumática única, sino una experiencia de la que se espera su reiteración. Además, un “mandato primario negativo”, del estilo “no lo hagas porque te castigaré”, o “si no lo hacés te castigaré”. El castigo, terrible para un niño, puede consistir en el enojo o dejar de ser amado por su madre. Asimismo, se requiere un mandato secundario, comunicado por medios no verbales, en conflicto con el primero, y que ambos, se cumpla con el que se cumpla, será motivo de castigo. Aunque lo perverso del doble vínculo se expresa con mensajes contradictorios y paradojales del estilo “no lo consideres un castigo” o “no dudes de mi amor”. Por si todo fuera poco, el Doble Vínculo necesita de un mandato negativo terciario que prohíbe a la víctima escaparse. Finalmente, cuando la víctima está tan acostumbrada al sometimiento del doble vínculo no necesitará percibir la totalidad de ingredientes. Con la aparición de un solo elemento será suficiente para padecerlo.
Esta escena de patología vincular generalmente se ejemplifica de la siguiente manera: un niño chiquito que muy tarde en la noche sigue jugando entorpeciendo la distracción nocturna de su intolerante madre. Esta le dirá que se vaya a dormir porque está muy cansado y tiene mucho sueño. Su pequeño hijo terminará accediendo porque teme perder el amor de su madre, y porque creerá, repentinamente, que está a punto de quedarse dormido, lo que supone una distorsión de su percepción interna. A tal extremo llega con tal de no convencerse de que su madre no le quiere. O por lo menos no tanto como le asegura. Y, lo más grave, el niño podrá quedar marcado mental y emocionalmente de por vida, ya que allí puede encontrarse una génesis de la esquizofrenia. Por si no quedó claro: en el doble vínculo, hagas lo que hagas, terminarás siempre perdiendo.
Volviendo al filme, en la musicalización predomina el rock. Ruby se identifica con The Shaggs, una banda femenina de finales de los ´60, que grabara un único ábum, de culto: “Filosofía del Mundo”, alabado por los rockers más encumbrados. También desfilarán los punks de The Clash con “I Fought The Law”, el dúo de Marvin Gaye y Tammi Terrell entonando “You’re All I Need to Get By”, Etta James con “Something’s Got a Hold On Me”, el gran David Bowie con su clásico “Starman”, y cerrando, “Both Sides” maravillosamente interpretada por su autora, Joni Mitchell. La misma que fuera el fondo del epílogo de la elogiable serie “After Life”.
No conviene spoilear el final de “CODA”. Es muy buena película como para perderse la emoción de sorprenderse. Y de anoticiarse de que siempre puede haber un tiempo para la redención.
Respecto de los hijos, “Todas las hojas son del viento”, decía el Flaco Spinetta. Siempre tenía razón.
FICHA TÉCNICA
“CODA” (EE. UU., 2021)
De Sion Heder – Disponible en Amazon Prime
Con Emilia Jones, Marlee Matlin, Troy Kotsur y Eugenio Derbez
Género: drama – duración: 111´- Calificación: muy buena