La guerra amenaza con alterar la educación de cientos de miles de niños ucranianos que han huido de su ciudad o del país. En Lviv, cerca de la frontera con Polonia, algunos niños desplazados han vuelto a clase, aunque con nuevos compañeros y profesores… algunos de ellos agradecen el cambio.
Pasha Bychkov, desplazado interno de Járkov, señala: «Los profesores de aquí son más amables. Los de Járkov eran más malos».
Pasha no tiene dudas cuando se le pregunta si quiere volver a Járkov:_ «La verdad es que no. Porque es poco probable que nuestro hogar siga allí. No queremos volver, nuestro padre quiere quedarse con nuestra madre y ellos prefieren estar aquí. Y yo prefiero estar aquí de todos modos. Aunque Járkov también es bonito»._
Otros estudiantes son más conscientes de los posibles perjuicios para su educación. «No puedo prepararme para la universidad de la misma manera que hace un mes. Ahora me resulta difícil concentrarme en las clases», señalaAnna Borschevska.
En Polonia, donde ya hay más de 1,8 millones de refugiados, el cuidado de los más pequeños se realiza a nivel local, como aquí en Przemysl. Algunos ya se han integrado en las escuelas polacas y piensan en su futuro.
«Creo que encontraré un tutor con el que pueda quedarme aquí, buscaré el permiso educativo de Ucrania para continuar mi educación aquí «, apunta otro estudiante que prefiere el anonimato.
Esta escuela de Przemysl ha acogido a 61 refugiados en el pabellón deportivo y el auditorio. Tiene una pequeña guardería para los más pequeños y un comedor. Además, les dan clases distancia.
Fuente.:euronews