Por Ernesto Edwards / Filósofo y periodista @FILOROCKER
La miniserie “Pam & Tommy”, un drama de amor y de rock, muestra ángulos desconocidos de un escandaloso video sexual de los ´90
La primera sensación de extrañeza sobreviene cuando nos enteramos de que la joven y exquisita actriz británica Lily James (“Downton Abbey”, “Cenicienta”, “Mamma Mía, otra vez”, “Yesterday” y “La hora oscura”), una talentosa intérprete de método, llevó adelante el protagónico de la serie. Alguien que, además, por su fisonomía (una bella morochita de ojos negros) y acento inglés poco o nada parecía tener que ver con la rubia canadiense Pamela Anderson (Ladysmith, 1967), alguien que por diferentes prejuicios generalizados siempre fue catalogada como una chica artificial, superficial y tonta. Esa joven que aún adolescente es descubierta en un evento deportivo, lanzada como modelo, invitada para fotografiarse desnuda en una docena de ediciones en Playboy, sometida a sucesivas operaciones para agrandarse los pechos, y que de atender los pedidos en un fast food se convertirá en una estrellita bonita codiciada por hombres de todas las edades, a partir de integrar el elenco de “Baywatch”, una pasatista serie playera en la que interpretaba a C. J., una guardavidas cuyo lucimiento era más físico que actoral.
Y, sin embargo, pese a la primera impresión negativa sobre el casting para esta muy buena serie, a la luz de los resultados, la elección de Lily James fue un notable acierto. No siempre es fácil encarnar un personaje que parece no tener grandes matices, aunque ello vaya cambiando capítulo a capítulo. Consideremos que la historia gira en torno a todo lo que se desata a partir de la grabación de un video sexual y su difusión masiva a través de diferentes medios, con escenas de corte explícito, que imponen desnudez absoluta, y que nuestra actriz para nada tiene la voluptuosidad de la canadiense. Pero, atención, que hay un pequeño engaño al espectador, afortunadamente. Todo lo que se vea desmesuradamente en pantalla no es consecuencia de cirugías ni de extraños maquillajes. Es producto de prótesis externas y una detallista digitalización de las imágenes.
Repasemos lo siguiente. La estadounidense banda metalera Mötley Crüe surge en 1981, en Los Ángeles. Rápidamente serían considerados como de los más destacados del Glam Metal. Su baterista original, hasta 1999 -y luego con esporádicos retornos-, fue Tommy Lee (Atenas, 1962), y su rol se destacaba tanto, y su atractivo personal parecía ser tan fascinante para sus seguidoras, que prontamente terminó comprándose el manual de la estrella de rock, el que incluía exigencias cuasi delirantes y sumergirse en excesos de todo tipo. Un dato de color será un detalle que no pasará inadvertido cada vez que alguien mire el video (según lo calificaban): el desproporcionado tamaño de su órgano genital.
Fue así que en el pico de popularidad de ambos, una noche se conocieron en un club nocturno. El flechazo será instantáneo y mutuo, y aunque ella parecerá querer poner distancia el reencuentro será inmediato, y desde ese momento, serán inseparables, con fulminante casamiento incluido (el 19/02/95). Comprarán una fastuosa mansión californiana, a la que reformarán con sus peculiares gustos personales, especialmente en lo concerniente al diseño del dormitorio principal. En esas circunstancias, Dick Gautier, un mediocre y desconocido exactor porno devenido en improvisado carpintero y electricista, será despedido por el músico -disconforme con los arreglos-, sin indemnización alguna, con un arma apuntándole a la cabeza y sin la devolución de sus herramientas. Ello desatará la búsqueda de venganza y reparación del trabajador, quien convencido de que le está robando a Tommy una caja fuerte con joyas y dinero en realidad se llevará un casete con la secuencia sexual que desencadenará un desproporcionado escándalo, el interés de numerosísimos voyeurs desesperados por ver a famosos en su más privada intimidad, y el peor de los infiernos para sus protagonistas que, quedará demostrado, nunca tuvieron la menor intención de que esa cinta se hiciera pública. Que para que ello sucediera debió transitar un largo camino, entre que era de circulación restringida, hasta pasar a viralizarse en sitios web. Coincide ello con el momento del auge del consumo de pornografía, primero alquilando o adquiriendo cajas de VHS, y luego a través de la flamante internet. Pero para saber cómo, conviene ver la serie.
Luego de su ruptura, la prensa de entonces se encargó de contabilizar la nutrida y numerosa lista de los novios, amantes, parejas y vínculos sexuales de Pamela Anderson, como si con ello se justificaran todos los padecimientos que debió soportar por el sólo hecho de ser del género femenino y famosa. Dejando en claro, además, que eran los tiempos de las mujeres reducidas a objeto sexual y sometidas a una cultura patriarcal y machista que las culpaba de todo lo que despertaban en sus ávidos consumidores.
Su ya legendario video de 54 minutos de duración (con apenas 8 de sexo explícito -pero más que suficiente-) en modo alguno debería considerarse pornografía. Se grabó con la única intención de retratar un momento de felicidad e intimidad de una pareja de enamorados en plena luna de miel, y sólo para uso privado. De todos modos, el mismo modificó sustancialmente el negocio de la comercialización de estos contenidos, dando origen incluso a algunos subgéneros propios que el tiempo fue instalando, como el de los “videos caseros”, aún sin serlos realmente.
Poco después se conocería otro video de Pamela Anderson, esta vez con Bret Michaels, el líder de Poison. Y aunque Pam y Tommy siempre insistieron con que se seguían amando (y así los mostró la serie a todo lo largo de la misma), la pareja ya era historia, luego de haber tenido dos hijos, denuncias de violencia familiar y hasta una breve temporada del batero en prisión, en 1998, por una agresión física a su esposa. Una década después tendrían un fugaz reencuentro, pero sería sólo eso.
Durante los ocho capítulos, el soundtrack de la serie es un acertado recorrido de la música de su época. Desfilarán, en momentos en los que convenía que lo hicieran, “Kozmic Blues” (Janis Joplin), “What´s Up?” (4 Non Blondes), “The Court Of The Crimson King” (King Crimson), “Moving On Up” (Primal Scream), “Hurdy Gurdy Man” (Donovan), “Real Wild Child” (Iggy Pop), “American Woman” y “Are You Gonna Go My Way” (Lenny Kravitz), “White Wedding” (Billy Idol), “Walk This Way” (Aerosmith), “I Was made For Lovin´ You” (Kiss), “Total Eclipse of the Heart” (Bonnie Tyler) y, obviamente, parte de lo mejor de la discografía de Mötley Crüe: “Girls, Girls, Girls”, “Home Sweet Home”, “Dr. Feelgood” y “Kickstart My Heart”.
Mención aparte de esta musicalización tendrá “You Get What You Give”, de los New Radicals, cuya letra, a modo de mensaje y advertencia, nos hará pensar que, aunque no crean en el karma, efectivamente, en la vida, “Como lo mandás, vuelve”.
FICHA TÉCNICA
“Pam & Tommy” (Hulu, 2022)
Plataforma virtual: Star+
Con Lily James y Sebastian Stan
8 capítulos de 40´ – Género: drama
Calificación: muy buena