Boris Johnson marcó un hito este jueves 21 de abril al convertirse en el primer jefe del Ejecutivo británico en ser investigado por supuestamente haber mentido al Parlamento.
La investigación fue solicitada por la oposición laborista, que duda que Johnson no haya tenido constancia de que las fiestas celebradas en sus oficinas durante el confinamiento impuesto por la pandemia de Covid-19 iban en contra de la ley. A este caso se le conoce como «Partygate» en el Reino Unido.
La pesquisa, que correrá a manos del comité de Privilegios de la cámara, fue autorizada sin votación. Esto, después de que la presidencia de los Comunes preguntó si alguien se oponía a que tenga lugar y nadie mostró su rechazo.
El silencio llegó a pedido expreso de Johnson, que decidió mantener su viaje a la India y no asistió a la sesión parlamentaria.
Sin embargo, la comisión parlamentaria no comenzará a trabajar hasta que la Policía haya concluido su propia investigación. Esto, porque el Gobierno constató que muchos diputados conservadores no secundaron la medida.
Además, Scotland Yard proporcionó que la policía no notificará nuevas multas por las fiestas en Downing Street durante el confinamiento, hasta que se celebren las elecciones locales del próximo 5 de mayo.
Si el comité determinase que Johnson engañó a sabiendas al Parlamento, podría exigir su renuncia por desacato.
Hace nueve días, Johnson hizo historia como el primer jefe del Ejecutivo británico en ser multado por infringir la ley. También fueron sancionados otros cincuenta funcionarios y empleados del Gobierno por su presunta implicación en el escándalo de las fiestas.
Algunos legisladores le dan la espalda a Johnson
La posición de Johnson se había visto reforzada recientemente por su apoyo a Ucrania tras la invasión rusa. Algunos de sus legisladores consideraban inoportuno cambiar de líder.
Sin embargo, en el debate parlamentario previo a la aprobación de la moción, Steve Baker, un influyente diputado «tory», retiró su apoyo al primer ministro y pidió su dimisión.
El parlamentario, que en el pasado apoyó firmemente a Johnson para que sacara a Reino Unido de la Unión Europea, aseguró que el primer ministro debería haber renunciado “hace tiempo”.
Por su parte, el conservador Bob Neill admitió estar “profundamente decepcionado con lo que ocurrió en el número 10 de Downing Street» durante la pandemia, pero no llegó a pedir su dimisión.
El líder de la oposición, Keir Starmer, fue más crítico en sus declaraciones. Boris Johnson es “incapaz de dirigir” y debe ser declarado en “desacato al Parlamento», dijo Stramer, quien rechaza el hecho de que el primer ministro haya engañado «repetida, deliberada y rutinariamente a esta Cámara sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante el cierre».
Esta semana, Mark Harper, otro destacado miembro del ala más radical del Partido Conservador, apuntó contra Boris Johnson.
Puntos a favor de Johnson de cara a la investigación
A pesar de todo, varios factores se confabulan en favor del inquilino de Downing Street.
El comité a cargo de la investigación estará formado por cuatro de sus correligionarios «tories», además de un laborista y un nacionalista escocés.
El presidente del comité, el laborista Chris Bryant, se ha recusado por haber criticado previamente la conducta de Johnson, lo que ampliará la mayoría conservadora.
Aunque nada le garantiza a Johnson su permanencia en el cargo, la responsabilidad recae en sus filas.
Su futuro se dará a conocer después de las elecciones del 5 de mayo.
Con EFE
Fuente.:france24