La plataforma estudia la posibilidad de abandonar las conversaciones colectivas de forma discreta
WhatsApp, esa aplicación odiada y amada a partes iguales, tiene en sus grupos el pecado y la penitencia. Por un lado, son tremendamente útiles para dinamizar las conversaciones entre amigos, familiares y hasta compañeros de trabajo, pero por otro, algunos de sus componentes los han convertido en un área de ocio sin considerar la disponibilidad de tiempo ajena. Chistes, vídeos y montajes que, por otra parte, es posible que los haya recibido varias veces en otros grupos, circulan sin control para desesperación de muchos. Hay que recordar que la comunicación en esta plataforma, pese a ser asíncrona, se basa en la inmediatez: uno espera respuesta a su mensaje en un tiempo prudencial (minutos, a lo sumo horas), transcurrido ese tiempo, se pueden generar malentendidos.
Y precisamente son los potenciales malentendidos los que hacen que no seamos capaces de abandonar un grupo de WhatsApp. Hasta la fecha, quien abandona un grupo es señalado para escarnio público por el sistema con un mensaje: “Fulanito salió del grupo”. Un trago demasiado amargo para muchos y que puede ser el detonante de un conflicto social de dimensiones no calculadas. “Nos da miedo dar una mala imagen de nosotros mismos a los demás”, explica Joan Salvador Vilallonga, psicólogo experto en habilidades sociales, en referencia a las reticencias a salirse de los grupos. “No queremos que piensen que somos ariscos o que nos caen mal los miembros del grupo”, añade, “también puede haber una cierta preocupación por si, al salir, empezamos a perdernos cosas interesantes y nos quedamos atrás”.
Así las cosas, una buena parte opta por quedarse en el grupo para evitar males mayores. Y si se ha descartado, por una cuestión social, abandonar el grupo, ¿cómo sobrevivir al mismo entonces? Vamos con una serie de consejos para lograr que sean más llevaderos.
Abandonar “por la puerta de atrás” el grupo
La mala noticia es que, todavía, no es posible; la buena, es que WhatsApp está ya trabajando en esta posibilidad, según informan. La firma perteneciente a Meta permitirá que se pueda abandonar el grupo sin que el resto de los componentes sean notificados (a excepción del administrador, que sí que será alertado). Esta nueva función permitirá efectuar una salida discreta de los grupos, ya que no habrá un mensaje que notifique al resto como sucedía hasta ahora. La única forma de saber si alguno de sus componentes lo ha abandonado será hacer un recuento uno a uno.
Esto es así, como hemos apuntado, salvo para los administradores, que serán notificados de cada salida; un mal menor que puede gestionarse individualmente, permitiendo que cada uno justifique su salida de manera discreta y a una sola persona. WhatsApp está haciendo pruebas de esta función en la versión web de la plataforma, pero cabe suponer que pronto llegue a las betas tanto de Android como de iPhone.
Silenciar el grupo
Hasta que esta codiciada función esté disponible, la forma más razonable de convivir con un grupo al que no se quiere pertenecer es ignorarlo y, por lo menos, evitar que nos interrumpan sus notificaciones. En este sentido, WhatsApp permite silenciar de manera individual los grupos que se desee; para ello, basta con pulsar sobre el nombre del grupo y, a continuación, sobre Silenciar. Al activar esta opción, el usuario dejará de recibir nuevas notificaciones con cada mensaje y tampoco verá el globo de mensajes no leídos en el icono. Pero tranquilos, porque si alguien hace una mención directa a un usuario (empleando la @ antes del nombre), el sistema enviará una notificación ignorando la activación del silencio. Habiendo silenciado el grupo, técnicamente es como si no existiera, pero si incluso así nos sigue molestando visualmente el icono de mensajes no leídos en la interfaz, se puede ir un paso más allá y archivarlo (pulsando de forma continuada sobre el chat del grupo sin entrar en él).
Evitar que nos agreguen a un grupo
Muerto el perro, se acabó la rabia. Algo así puede aplicarse asimismo con los grupos de WhatsApp: se puede configurar el sistema para que no se pueda añadir libremente un usuario a un grupo. Por defecto, cualquier persona que tenga nuestro número en su agenda de contactos (con independencia de que nosotros tengamos el suyo o no), podrá agregarnos a un grupo sin pedir permiso. Esta realidad ha permitido que cualquiera descubra de la noche a la mañana que se le ha añadido a un grupo en el que en realidad no desea estar. Como hemos concedido que es mejor ahorrarse el mal rato de salir, siempre será mejor filtrar quién puede y quién no añadirnos a un grupo. Para ello, en Ajustes/Cuenta/Privacidad/Grupos, se podrá limitar a nuestros contactos los que tengan el privilegio de añadirnos a un grupo sin pedir permiso. Lamentablemente, no se encuentra entre ellas la opción de ‘nadie’ para quienes no quieran saber absolutamente nada de los grupos.
Limitar los privilegios de publicación
Algunos grupos pueden ser realmente útiles para una comunicación fluida entre un grupo de personas, como sucede en una comunidad de vecinos o grupo de padres y madres del colegio. Sin embargo, en ambos casos, si no se limitan los privilegios de comunicación, se corre el riesgo de que un mensaje informativo (por ejemplo, en el primer caso, la revisión del ascensor), se convierta en un cruce de acusaciones sin control por cualquier otro motivo. Por fortuna, los administradores del grupo (quien lo haya creado y a quienes designe este) pueden eliminar el derecho a réplica y permitir que solo los administradores puedan publicar. Para ello, basta con pulsar sobre el nombre del grupo y acceder a Configuración del Grupo y otorgar los privilegios que se consideren oportunos. Adicionalmente, pueden crearse Listas de difusión, en las que uno puede enviar el mismo mensaje a un grupo de personas sin que estas vean al resto de componentes. El problema de este sistema es que las respuestas llegarán al remitente como un chat individual.