La difusión de la orden de registro por la que agentes del FBI entraron esta semana en la residencia de Donald Trump en Florida reveló detalles sobre la investigación que se sigue sobre el expresidente.
Un juez federal hizo pública este viernes la orden emitida por el Departamento de Justicia de EE.UU. que autorizó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) a registrar la mansión de Trump Mar-a-Lago, en el sur de Florida.
La orden de registro fue aprobada por un juez el 5 de agosto y ejecutada por el FBI el lunes 8.
Los agentes se llevaron varias cajas con documentos, algunos de ellos clasificados y catalogados como «alto secreto».
El documento explica que la Fiscalía General de EE.UU. investiga al exmandatario por presunta obstrucción a la justicia, una posible violación de la Ley de Espionaje y manejo criminal de documentos del gobierno.
La orden autorizó a los agentes del FBI a incautar todo tipo de evidencia que pudiera revelar esfuerzos por parte de Trump para retener de manera ilegal documentos que pudieran ayudar a adversarios de EE.UU., o para esconder o destruir documentos del gobierno estadounidense.
Trump niega haber cometido cualquier tipo de acto indebido. Dice que los documentos no estaban clasificados y estaban a salvo.
Lo que se llevó el FBI
El documento divulgado por el juez, que incluye la orden de allanamiento, tiene una longitud total de siete páginas y enumera los elementos que los agentes se llevaron de la casa del exmandatario.
El listado hace mención a una caja recubierta de cuero llena de documentos, un documento con el título «info re: President of France» (info sobre el presidente de Francia) y una solicitud de clemencia redactada a nombre del estratega político Roger Stone, un aliado de Trump de vieja data.
El listado también muestra que los agentes encontraron documentos marcados con las siglas «TS», es decir top secret o ultrasecreto, y «SCI», es decir información sensible compartimentalizada.
También se hace mención a «documentos secretos varios».
La orden incluye la firma de la abogada de Trump, Christina Bobb, quien estuvo presente durante el allanamiento.
¿Qué buscaban los agentes?
La orden explica que estaban en búsqueda de:
- Cualquier documento físico con las marcas de «clasificado«, al igual que cajas y contenedores.
- Detalles sobre el almacenamiento o transmisión de información relacionada con la defensa nacional o material clasificado.
- Cualquier registro gubernamental y/o presidencial del mandato de Trump.
- Cualquier evidencia que revelara alteración intencional, destrucción u ocultamiento de cualquier registro gubernamental y/o presidencial, o cualquier tipo de documento marcados clasificados.
La orden de registro muestra que los agentes del FBI buscaban posibles indicios de violaciones a la Ley de Espionaje, que prohíbe mantener o transmirir información de seguridad nacional potencialmente peligrosa.
La retirada de documentos o materiales clasificados está prohíbida por ley. De hecho, el propio Trump aumentó el castigo para este delito cuando estaba en la Casa Blanca y ahora se penaliza con hasta cinco años de cárcel.
La orden precisa que los lugares registrados en Mar-a-Lago incluían una zona llamada la «oficina 45» (Trump fue el presidente número 45 de EE.UU.) y salas de archivo, pero no habitaciones privadas usadas por Trump y su personal.
Un allanamiento «sin precedentes»
En un comunicado difundido en su red social Truth Social, Trump dijo que los documentos recuperados estaban «todos desclasificados» y guardados de forma segura.
El expresidente defendió que estaba dispuesto a entregarlos antes de que se produjera el registro.
«No necesitaban ‘incautar’ nada«, expresó. «Lo hubieran tenido cuando hubieran querido sin juegos políticos ni tener que entrar en Mar-a-Lago».
Su equipo emitió un comunicado el viernes en el que insistieron en la ausencia de delito.
«El poder de clasificar y desclasificar documentos reside únicamente en el presidente de EE.UU.», dijeron.
Analistas expertos en leyes sugieren que los hechos son más complejos que eso.
«Los presidentes pueden desclasificar información, pero tienen que seguir un procedimiento«, le dijo a la BBC Tom Dupree, un abogado que trabajó en el Departamento de Justicia.
«No pueden decir simplemente ‘estos documentos están desclasificados’. Tienen que seguir un proceso y no está claro que se siguiera en este caso».
Para el equipo de Trump, la realidad es otra. «La idea de que un burócrata de oficina necesita aprobar la desclasificación es absurda», alegó en su comunicado.
A su vez, un portavoz de Trump, Taylor Budowich, habló con la cadena estadounidense socia de la BBC, CBS News, y dijo: «El gobierno de Biden está claramente en modo ‘control de daños’ después del allanamiento fallido».
Y agregó: «Este allanamiento del hogar del presidente Trump no solo no tiene precedentes, sino que fue innecesario. Y ahora están filtrando mentiras e insinuaciones para intentar darle explicaciones al uso del gobierno contra su dominante oponente político. Esto es inaudito».
Fuente: BBC Mundo.