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Cuerpos que hablan: modificaron su apariencia de forma extrema y conviven con las miradas ajenas

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Abril acomoda su pelo mientras un hombre en bicicleta pierde su horizonte para fijar su mirada en ella. Se detiene a los pocos metros con la excusa de un semáforo que aún permanece en verde. Primero observa su pelo y sus brazos tatuados. Luego enfoca su atención en el sinfín de piercings que resaltan en su rostro y se perderá en su sonrisa. Abril dirá, más tarde, que aquello la tiene acostumbrada.

La mujer de 29 años, modificadora de cuerpos ajenos, sabe mejor que nadie que su apariencia despierta dicha curiosidad. “Me siento así cuando voy por la vía pública, pero me gusta. La mirada del otro es algo con lo que crecí. No me molesta. Sí, obviamente cuando es de forma despectiva, eso no está bueno. Pero hay que seguir adelante”, expresó Abril a TN.

En el estudio Alto Escracho Tattoo de Palermo, la body piercer se convierte en la voz de aquellos que deciden modificar su cuerpo con intervenciones que, en la mayoría de los casos, no tienen vuelta atrás.

La mujer de 29 años reveló: "Me corté la lengua porque me encanta cómo se ve y me hace sentir cómoda" (Foto: TN).
La mujer de 29 años reveló: «Me corté la lengua porque me encanta cómo se ve y me hace sentir cómoda» (Foto: TN).

“Me corté la lengua porque me encanta cómo se ve y me hace sentir cómoda”, explicó. Y continuó: “La modificación corporal es una práctica para intervenir nuestro cuerpo en búsqueda de una identidad, poder sentir cómodos en él. El cuerpo es nuestro templo, lo que habitamos, y representa nuestros objetivos”.

Luego agregó: “Es importante llevarlo bien, con orgullo. Tengo muchos tatuajes, mis rastas, los ojos tatuados, la lengua bifída, un coinslot (se trata de remover un cartílago de la oreja) y varios piercings en el cuerpo”.

Cuerpos modificados y miradas ajenas

Abril, madre de una nena de 10 años, inmortaliza en otros aquello que antes experimentó en ella. “Me preguntaron si no tenía miedo de no poder conseguir un trabajo, de estudiar o hacer alguna carrera por estar así. Se me planteó esta incógnita, pero decidí seguir adelante y no esconderme. Celebrarlo con orgullo, porque es el derecho que cada uno tiene con su propio cuerpo”.

Abril es madre de una nena de 10 años y busca concientizar sobre las modificaciones corporales (Foto: Instagram @abrilbodyart).
Abril es madre de una nena de 10 años y busca concientizar sobre las modificaciones corporales (Foto: Instagram @abrilbodyart).

Emmy, una joven de 26 años, es una de las tantas personas que eligió a Abril para llevar a cabo distintas modificaciones en su cuerpo. “Tengo más de 65 tatuajes y tres modificaciones corporales, con una escarificación en el pecho que sobresale. Habremos estado una hora, una hora y media haciendo eso”, contó Emmy a TN.

“La escarificación es algo que, a través del diseño, representa algo que nos gusta. Es una forma de manifestar lo que la gente manifiesta: un dolor o una incomodad con una parte de su cuerpo. Se trata de ayudar y brindar un servicio para generar una nueva comodidad”, detalló Abril.

Se trata de una serie de incisiones superficiales (o de poca profundidad) que generan unas escaras. Cuando la herida se cura, se producen pequeñas costras que hacen al diseño en cuestión.

Emmy tiene 26 años y lleva tres modificaciones en su cuerpo (Foto: Instagram @abrilbodyart).
Emmy tiene 26 años y lleva tres modificaciones en su cuerpo (Foto: Instagram @abrilbodyart).

Emmy detalló: “Cada cosa que me hago representa algo de mi vida que va a cambiar. Y en ese momento pasó algo y me parecía importante marcarlo en mi cuerpo. Representa un momento de plenitud mía y haber tenido fortaleza en algo específico”.

Desde que tengo 11 años me empecé a ver diferente en varias cosas. Hoy si alguien me ve no me importa qué puede decir. Yo me veo como alguien en transformación, y lo llevaría más lejos aún, pero me siento conforme con lo que voy haciendo. Siento que me gustaría verme al espejo y decir: ‘Esto es lo que yo quería hacer’”, precisó.

En cuanto a las observaciones ajenas y a la repercusión familiar, Emmy sostuvo que con los primeros tatuajes visibles sintió las primeras presiones: “Me decían qué iban a pensar las personas, que no iba a conseguir trabajo… Yo tengo 26 años y sé desde los 12 que quiero que mi lengua sea bífida. Y lo logré a los 25″.

La mujer reveló que desde los 12 años desea tener la lengua bífida (Foto: TN).
La mujer reveló que desde los 12 años desea tener la lengua bífida (Foto: TN).

Carlos, de 24, es otro de los clientes de Abril que se animó a realizarse una asombrosa escarificación en su espalda: “Me hice un pez koi porque últimamente comenzó a gustarme el arte japonés”, indicó a este medio.

El joven, empleado en la Municipalidad de Morón, narró: “Actualmente, tengo 29 tatuajes, 11 piercings y esta escarificación en la espalda. La gente adulta no lo comprende, me dicen que estoy loco, lo ven como algo increíble”.

Carlos, de 24, trabaja en el municipio de Morón y se animó a una escarificación en su espalda (Foto: TN).
Carlos, de 24, trabaja en el municipio de Morón y se animó a una escarificación en su espalda (Foto: TN).

Abril manifestó: “Son muchos los significados para las personas que se modifican el cuerpo. Yo nunca sentí que pertenecía al mío, sentí que era diferente. Empezar a intervenirlo fue una manera de expresar lo que soy por dentro. Y no explicar todo el tiempo que soy diferente, o que me gustan otras cosas. Que se comprenda a través de la imagen, quien soy”.

Mientras trabaja y busca un nuevo alquiler en la Ciudad de Buenos Aires, la estudiante de Instrumentación Quirúrgica explicó: “Creo que los paradigmas están cambiando. Hay muchas intervenciones que se realizan en el cuerpo y no llaman tanto la atención. Por ejemplo, los implantes mamarios o las cirugías en el rostro. Esas están legitimadas”.

El pez koi que trabajó Abril en la espalda de Carlos (Foto: TN).
El pez koi que trabajó Abril en la espalda de Carlos (Foto: TN).

“La incomodidad tiene que ver con la demanda del cuerpo. Con los gustos, las ansias, el placer y el disfrute de lo que uno hace. Yo sentía que estudiando y capacitándome, de manera multidisciplinaria, iba a poder brindar un buen servicio. Y así brindar una experiencia acorde a sus necesidades. Lo más satisfactorio es eso: ayudar, resignificar una mala vivencia, transformarlo y transmitir un mensaje”, completó Abril.

Fuente: TN Noticias.

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