Cuando se conocieron, Myriam tenía 19 años e Ignacio, 21. Ambos comenzaron a tomar clases de teatro y se descubrieron. Ella tenía una “relación platónica” y él se había flechado de esa chica de inmediato. Salieron durante un año, tuvieron varias idas y vueltas, y se terminaron separando. Sin embargo, después de mucho tiempo, la vida los volvió a encontrar. A partir de allí, decidieron apostar al amor y coronaron con un casamiento su historia de novela.
Myriam Azerrad recuerda que “Nacho” Rossetti le gustaba, pero le comentó de esa “relación platónica” que llevaba con alguien que no conocía. Sin importarle, una tarde se le declaró “a la vieja usanza” en la Plaza del Congreso y empezaron a salir. Aunque él no entendía bien su situación, disfrutaba pasar tiempo con ella. “Éramos una pareja hermosa”, dicen en diálogo con TN. Pese al dolor, un año después, prefirieron separarse.
Para superar la tristeza, Nacho se refugió en su profesión: “Fue muy doloroso, estaba totalmente enamorado. Fue mi primer amor. Estuve mucho tiempo muy triste. Lo único que me contentaba era poder hacer teatro, me daba energías. Para mí, estar con ella era felicidad”, expresó.
Durante el primer tiempo, tuvieron reencuentros fugaces. Se veían y salían, hasta que pusieron punto final. “Volvimos a separarnos definitivamente porque ella se enganchó con un compañero”, contó el hombre, que es actor y hoy tiene 65 años. Myriam completó: “Teníamos muchos amigos que estudiaban teatro. En ese momento, a algunos los seguí viendo aparte y otros siguieron viéndolo a Nacho, pero no nos cruzábamos entre nosotros”.
La mujer, que es doula, bailarina y actriz, se casó y tuvo tres hijas. Después de 10 años enviudó y volvió a formar pareja tiempo más tarde. Con ese hombre tuvo otra hija y volvió a quedar viuda. En 2002 se mudó a Capilla del Monte con las cuatro chicas y su mamá.
El mail que encaminó su reencuentro
Un día se reunió con una amiga que tenían en común con su ex. Ella le contó que había estado tomando mate con él y ofició, de alguna manera, de celestina. “Cuando me dijo eso, le pedí que me pasara su correo electrónico para escribirle. Yo realmente no sabía cuál sería su respuesta, si quizás me decía ‘no me escribas nunca más’ o qué”, detalló.
Al recibir el mail, Nacho estaba tranquilo, pero admitió que “tenía muchas ganas de verla”. Él había tenido parejas pasajeras, aunque no había formado familia y, en ese momento, estaba soltero. Tras intercambiar algunos mensajes, Myriam puso fecha y viajó a visitarlo a su departamento en Palermo.
“El día que nos reencontramos fue hermoso. Nos reímos, hablamos un montón. Fue muy lindo, ese entendimiento estaba ahí aún sin vernos por tanto tiempo. El momento en el que me abrió la puerta… tenía miedo porque me preguntaba cómo estaría físicamente. Podíamos estar amargados, deprimidos, más oscuros. Sin embargo, cuando abrió nos gustamos así, desde ese primer encuentro”, describió la mujer y agregó: “Fuimos dos adolescentes en ese reencuentro, fue como estar de novios de nuevo”.
Había venido a Buenos Aires por tres días y se volvió a Córdoba. Un mes después lo visitó nuevamente y después fue él quien viajó a pasar las fiestas y conocer a las hijas de Myriam: “Nos llevamos bárbaro desde el principio. No tuve que hacer ni esfuerzo”, dijo Rossetti.
En febrero volvieron a verse y dos meses después se fueron a vivir juntos. Ella vino de Capilla del Monte y Nacho dejó el departamento en Palermo que alquiló durante 20 años: “Fue muy osado. Nos vinimos a vivir al Conurbano, a Temperley”.Play Video
El emotivo video que hicieron para invitar a sus amigos y familias al casamiento. (Video: Myriam Azerrad)
“Nadie daba dos mangos por esta relación. Decían que, al pasar tanto tiempo, que no íbamos a encajar. Nuestros amigos se sorprendieron al principio, muchos pensaban en cuánto íbamos a tardar en volver cada uno a su casa”, relataron.
En esa línea, Nacho agregó: “Esto llegó en un momento justo. Por la edad, teníamos ganas de estar en una casa de barrio y se dio todo. Aposté por la familia que no había tenido hasta ese momento. Los amigos lo comprendieron y vinieron a nuestra casa a festejar”.
El famoso reencuentro pasó hace 17 años, pero en este último tiempo pensaron que era una buena idea darle un broche de oro a su historia de amor y planearon una boda. Por civil, los dos de blanco y rodeados de familia; después celebraron en su casa con alegría, música y muchos amigos: “Fue muy hermoso y la culminación de muchas historias”.
“Yo sabía, no sé por qué, tenía la certeza de que todo iba a ser así. No estaba en mis planes buscarlo, pero la vida tiene esas cosas. Creo mucho en eso y somos muy felices, estamos destinados”, cerró Myriam.
Fuente: TN Noticias.