Una obra inédita de Frida Kahlo, el dibujo en un violín y la dedicatoria al dorso del instrumento musical al que fuera su amante, León Trotsky, una de las figuras más relevantes de la revolución comunista rusa, podría valer 50 millones de euros en una próxima subasta, según expertos españoles.
Según el peritaje realizado en Madrid, el violín es una “obra inédita” de la artista latinoamericana más cotizada del mundo y figura icónica del siglo XX. Kahlo pintó 143 obras, de las cuales 55 son autorretratos. Cuando salga a subasta esta pieza “excepcional y única desde el punto de vista histórico y artístico”, destaca el medio español El Mundo, puede superar los 34 millones que alcanzó la pintura “Diego y yo” (1949).
En noviembre de 2021 la casa de subastas Sotheby’s de Nueva York vendió el autorretrato de pequeño formato “Diego y yo” (1949) en 34.883.000 millones de dólares, marcando un nuevo récord latinoamericano, cuadro que fue adquirido por el argentino Eduardo Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Sin dudas este récord despertó el interés del poseedor del violín.
La obra inédita es un violín policromado pintado a mano y dedicado por la artista al revolucionario ruso, que estuvo exiliado en México junto a su esposa en 1937 y que fue asesinado en 1940 por el español Ramón Mercader, enviado por el dictador comunista Josif Stalin.
Lev Davídovich Bronstein (1879-1940), mucho más conocido como León Trotsky, fue uno de los estrategas de la revolución rusa de octubre de 1917, organizador del Ejército Rojo y como “comisario del Pueblo” autor de numerosas represiones, la peor de ellas contra el soviet de Kronstadt, en la por entonces Petrogrado, en 1921. Lenin fue opositor a Stalin tras la muerte de Lenin (1924) y debió exiliarse para salvar su vida.
Llegado a México, por casi dos años se hospedó en la casa de Rivera y Kahlo, pertenecientes al Partido Comunista en Coyoacán, conocida como La Casa Azul. Fue un tiempo en que Kahlo y Trotsky mantuvieron una estrecha relación y fueron amantes, tal vez, como una venganza por parte de Frida al descubrir la aventura amorosa de Rivera con su hermana menor.
Frida insinúa un rostro en el cuerpo del instrumento musical -con ojos y boca- y escribe en la dedicatoria del violín que regala a Trotsky: “Prochilas: un hombre sin Patria es como un viejo violín sin cuerdas, espero que muy pronto recupere su Patria, su hogar, su ideal y su lucha y vuelva a ser el director de la Historia mundial. Atentamente Frida Kahlo’’; mientras que en la otra cara están dibujadas dos mariposas y entre ambas un sol con el símbolo de la hoz y el martillo. No parece la dedicatoria de una amante, sino de una amiga.
Nacida en 1907, Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón fue una pintora mexicana cuya obra es mayormente autobiográfica. Se casó con el gran pintor y muralista Diego Rivera en 1929 y en 1940, para volver a separarse de manera definitiva.
A los 19 años (en 1925) tuvo un accidente en autobús por el que tuvieron que intervenirla quirúrgicamente en más de 30 ocasiones a lo largo de su vida, con gran padecimiento físico. Su obra alcanzó fama después de su muerte, a partir de 1970, y continúa proyectándose hasta el presente.
El peritaje del violín estuvo a cargo del estudio de abogados Gallego y Sánchez Rollón que coordinaron el equipo de peritos y técnicos que atestiguan que se trata de una obra de Kahlo. La autenticidad caligráfica estuvo certificada por Guillermo Pastor Vázquez, presidente de la Asociación de peritos calígrafos de España y una empresa de ese país confirmó en un estudio de pigmentos que fue pintado en la década de 1930 y que algunos de los colores empleados solo se utilizaban en América Central.
“Hay que tener en cuenta que Kahlo no fue una artista muy prolífica; apenas pintó 143 obras, de las que 55 son autorretratos”, explica Javier Gallego, experto en arte y peritajes. “Diego y yo se vendió por 34 millones de dólares. Es un lienzo muy pequeño, de 15 cm. por 15 cm. Así que un violín pintado a mano, y que además esconde una relación tan apasionante, puede hacer historia”.
Nadie sabe por cuántas manos debió pasar el instrumento hasta llegar a su actual propietario, que al sospechar que podía tratarse de una pieza auténtica, contactó en Madrid con Gallego para que certificase que tanto los dibujos como la dedicatoria eran obra de Frida. “La aparición de este violín se ha llevado con muchísima discreción, pero en cuanto se conozca su existencia le van a salir muchas novias. Entre ellas, el gobierno mexicano, que puede reclamar por qué ha salido del país, cómo llegó a manos de quien ha llegado… El actual dueño tiene los títulos de propiedad en su poder, pero habrá polémica, eso seguro”, anticipó Gallego.
Fuente: La Capital.
