Los agentes aduaneros no podían creer lo que veían. Un auto de siete plazas se detuvo en el puesto de control fronterizo entre Suiza y Alemania para una revisión de rutina cuando la sorpresa invadió a todos.
Desde afuera se veía que el auto estaba colmado, pero nadie imaginaba cuánto. El agente ordenó que todos los pasajeros descendieran en orden. Lo que sucedió fue algo inesperado. Parecía una escena de circo en la que numerosos payasos salían, uno tras otro, de un minúsculo vehículo abarrotado de pasajeros.
Pero no era una rutina circense. Se trataba de una “familia extendida”.
Cómo fue la inspección de un vehículo en el que viajaban 23 personas
El hecho ocurrió el lunes en el puesto fronterizo de Weil am Rhein, en el suroeste de Alemania.
El auto Seat Alhambra viajaba de Polonia a Berna, la capital suiza. El chofer estacionó el vehículo y las puertas comenzaron a abrirse lentamente. Los agentes aguardaron que el auto se vaciara.
La cuenta de pasajeros no terminaba nunca. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… Una cifra interminable de niños y adultos empezaron a descender ante la mirada atónica de los agentes aduaneros. Estaban unos encima de otros, en distintas posiciones, incómodos, todos en el mismo vehículo.
La cuenta terminó en 23 personas en total. Catorce menores de edad y 9 adultos bajaron del auto, según informó este martes la policía alemana. “Veintitrés personas salieron del coche”, comunicó la fuerza.
El conductor del vehículo, que reside en Suiza, fue multado por transportar a los pasajeros “sin ninguna garantía de seguridad”. Pero una vez completados los trámites administrativos, se permitió a la tribu entrar en Suiza, “pero no todos en la Seat Alhambra”, precisó la policía.