Ocho noches y nueves días a bordo de un crucero sexual. Un paquete turístico que arranca en los 1100 dólares por persona y ofrece la oportunidad de embarcarse en un viaje que reúne el lujo, la posibilidad de conocer tres países -Argentina, Brasil y Argentina- y la práctica swinger durante nueve días.
El Azamara Pursuit, el buque de la compañía noruego-estadounidense que arribó al Puerto de Buenos Aires el 6 de enero y se fue un día después rumbo a Río de Janeiro, cobijó a 564 personas que disfrutaron de unas exclusivas vacaciones en un espacio y contexto que propicia el intercambio de parejas.
Adriana, una argentina que junto a su pareja esperó a dos alemanes fuera de la terminal Quinquela Martín, explicó cómo funciona la dinámica del crucero que revolucionó Buenos Aires.
“El intercambio sucede tanto dentro como fuera del barco. Muchas parejas se contactan previamente con otras que viven en el país que visitan. Entonces cuando llegan, como hicimos nosotros, se encuentran y por unas horas comparten un momento muy íntimo”, destacó.
”Todo lo que sucede en el crucero queda en el crucero”, aseguró Adriana, aunque, según explican, la experiencia no varía en relación a la de los cruceros tradicionales. Los lugares comunes y los espacios públicos se respetan a rajatabla. “Lo último que busca una pareja swinger es generar un clima de incomodidad”, explicó Adriana.
La mujer expresó: “Hay mucho morbo, pero adentro es todo con respeto. Ser swinger es todo lo contrario a faltar el respeto. Se cuida la intimidad y privacidad del otro”. Para ello, el primer contacto debe ser cálido y sutil. “El inicio del vínculo es fundamental, primero hay que conocerse bien”, destacó.
“Eso de que pueden tener sexo al aire libre o en cualquier lado es imposible. Para eso están las habitaciones. Se invitan a cenar, a tomar algo, a bailar. Lo otro no sucede para nada”, aclaró Adriana.
A los pasajeros que adquirieron el paquete, a quienes se les detalló previamente que es un crucero de parejas swinger, se les aseguró que explorarían “costas exóticas, echarán un vistazo a las celebraciones locales y disfrutarán de las comidas festivas”.
En tanto, Adriana mencionó una cuestión que no es menor: “Una persona puede subir sola, pero sabés que la temática es esta y es más complicado lograr algo. Las reglas están establecidas para las parejas swinger”.
Los detalles del barco que llegó a la Argentina
El barco fue contratado en forma de chárter por la empresa estadounidense SDC (Seek, Discover y Connect) que se encargó de toda la logística del viaje. El paquete turístico que ofrece está dedicado a parejas que buscan hacer intercambio con otras.
Un miembro de prensa de la Administración General de Puertos explicó: “La empresa que alquiló este barco también se encarga de organizar viajes de egresados, cruceros para solos y solas, cruceros para parejas gay, entre otros viajes. Es un crucero de lujo que tiene poca capacidad, por eso es caro”.
Desde la página de SDC, definen al “swinging” como un comportamiento y una identidad (o ambos). “Desde el punto de vista del comportamiento, significa que estás en una pareja, o sos una persona soltera, que vive una vida con múltiples parejas ocasionales”, explicaron.
Quienes organizaron este viaje ofrecieron un Meet & Greet para ayudar a romper el hielo y conocer nuevas parejas. También seminarios que “educan y permiten explorar nuevas áreas del estilo de vida”.