La ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly” Olmos, negó que el Gobierno esté analizando una reforma laboral, luego de que el flamante jefe de asesores de la presidencia, Antonio Aracre, se mostrara abierto a avanzar junto a la oposición en un proyecto de modernización del mercado laboral.
“Como imposición general no y ya el propio Aracre reconoció que era una idea personal de él y que el Presidente de la Nación y su Gobierno, dentro del cual yo me incluyo, no tiene esa iniciativa en carpeta para nada”, subrayó Olmos respecto de la posibilidad de que el Ejecutivo impulse una reforma que habilite a nivel general nuevas modalidades de contratación.
Sin embargo, aclaró: “Lo que tampoco negamos, porque de hecho sucede y con algunas pautas virtuosas, es una permanente incorporación de convenios colectivos con novedades que tienen que ver con la evolución, novedades tecnológicas. En el caso de la paritaria estatal modificamos el convenio colectivo para incorporar el protocolo 190 contra todo tipo de violencia en el ámbito laboral”.
La aclaración de la ministra llegó luego de que Aracre blanqueó en declaraciones periodísticas la posibilidad de plantearle a Alberto Fernández, en su rol de asesor, una reforma de la legislación que “modernice y flexibilice” los procesos de contratación laboral. No obstante, el propio ex CEO de Syngenta aclaró que su intención “fue proponer un debate pensando en que los muchos millones de argentinos que hoy tienen un trabajo informal y precario puedan acceder a uno que les garantice una obra social, jubilación y paritarias sin que se modifiquen los derechos adquiridos del resto”.
En este contexto, Olmos explicó a radio AM 750: “Siempre que haya acuerdo entre los trabajadores y los empresarios es posible incluir una revisión. Nunca hemos pensado, en este Gobierno, en una ley de carácter general que está asociada a las categorías que usa nuestra oposición como un eufemismo para derogar derechos”.
Suba de salarios
Por otro lado, la ministra de Trabajo confirmó que el Gobierno nacional buscará que los aumentos salariales no superen el 60% este año. “Sería converger hacia el nivel pautado de inflación más algún punto de recuperación, sumando a eso que la reducción de la inflación también implica mejora de la capacidad adquisitiva de los salarios”, resaltó.
“El objetivo es converger hacia el nivel pautado de inflación, más algún punto de recuperación, sumando a eso que la reducción de la inflación también implica mejora de la capacidad adquisitiva de los salarios”, dijo y destacó que el acuerdo se basa en una “política de Gobierno” que se implementa desde el año pasado y que se basa en “la necesidad de ir convergiendo hacia una desaceleración de la nominalidad y la inflación y recuperación de capacidad adquisitiva alienado con la política que el gobierno está llevando adelante en el nivel económico”.
El principio de acuerdo salarial incluye a gremios de la talla de la UTA, Bancarios, UPCN, Smata, Comercio y Sanidad, incluirá una cláusula de revisión programada para junio. El entendimiento fue producto de conversaciones del ministro de Economía, Sergio Massa, con sindicalistas como Héctor Daer y Sergio Palazzo.
Consultada sobre si el sector el gremial en general vio con buenos ojos las negociaciones, Olmos explicó: “En general la CGT apoya esto porque hay una mayor conciencia, sobre todo de los sectores gremiales. Muchas veces, los empresarios por su capacidad de concentración, acceden a aumentar la nominalidad y después se dan vuelta y lo vuelcan a precios. Los trabajadores saben que la inflación va en contra de eso. Y cuando uno alcanza en una paritaria un nivel muy alto, si la inflación no quiebra esa alta nominalidad es solo una ilusión”. (DIB)