Harrison Ford cautivó durante décadas a un público devoto con personajes legendarios como Han Solo en la saga de Star Wars o en la franquicia de Indiana Jones, otra marca indeleble en el cine de aventuras. Aun así no escapó, como la mayoría de los actores, a la penuria de los comienzos, cuando apenas conseguía pequeños papeles que no aparecían en los créditos y sus modestos honorarios no le alcanzaban para vivir.
Pero él siempre fue una persona activa. En el colegio secundario no se había destacado por sus notas -al contrario- pero participó en toda clase de asociaciones: presidente del club de ciencias sociales, delegado de la clase y de conductor en la radio del colegio.
Tampoco le fue bien en la universidad, donde estudió literatura inglesa y filosofía. En tercer año pensó que podía mejorar sus notas con los cursos de arte dramático y fue ahí que descubrió la que sería su profesión en adelante.
Ya casado y con dos hijos, y como no le iba bien en el cine y la televisión, decidió dedicarse a otra cosa y se hizo carpintero. Aprendió el oficio a través de los libros que tomó prestados en la biblioteca local, pero curiosamente esa misma tarea lo llevó de vuelta al espectáculo.
Su primer trabajo fue en el estudio de grabación del compositor Sérgio Mendes y más tarde recibió otro encargo para los estudios Goldwyn. Fue ahí donde conoció a un realizador todavía desconocido, George Lucas, un encuentro crucial para él.
Más adelante hizo un trabajo para Francis Ford Coppola, quien le ofreció un papel en la notable película La conversación, protagonizada por Gene Hackman. Hizo algunos papeles en varias películas y series de televisión, siempre ganando poco dinero, aunque su nombre comenzó a circular en Hollywood.
En 1976, mientras hacía un trabajo en casa de George Lucas, el director le pidió ayuda en la escritura del guion de lo que iba a convertirse en la saga de Star Wars y finalmente le dio el papel de Han Solo.
Mientras tanto, su amigo Steven Spielberg convenció a Lucas de que Harrison Ford era el actor perfecto para encarnar a Indiana Jones. Así comenzó para él una nueva era de éxitos y suculentas recaudaciones, aunque se lastimó mucho en las filmaciones porque quiso hacer personalmente todas las escenas de riesgo. Tuvo hernias, costillas rotas y serios hematomas, pero nada lo detenía.
Harrison Ford hizo películas con Peter Weir, Sydney Pollack, Robert Aldrich y muchos otros realizadores. Fue interesante lo que ocurrió con Blade Runner, de Ridley Scott, sobre la novela de Philip K. Dick: de entrada fue un fracaso de taquilla pero con el tiempo se convirtió en una película de culto.
Fue Jack Ryan, el personaje de Tom Clancy; fue Richard Kimble, el fugitivo, y ahora, a los 80 años, lejos de retirarse, se integró al Universo cinematográfico de Marvel para encarnar al general Thaddeus Ross.