Un sector del kirchnerismo tomó el «bastón de mariscal» y salió a reclamar por la candidatura de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, para las elecciones de este año. Pese a que ella misma señaló que no va a poner su nombre en ninguna boleta, luego sostuvo que no se trató de un «renunciamiento», sino de una «proscripción» por parte de la Justicia que la condenó a seis años de prisión y la inhabilitó a ejercer cargos públicos.
Dirigentes K ya habían salido a pregonar su nombre para 2023, aunque ahora se hizo más fuerte y, casi en masa, salieron a ponerlo en claro: «Con Cristina proscripta, no es posible construir una propuesta».
Uno de los que lo dijo de manera contundente en estos días fue el jefe de Gabinete de Axel Kicillof y dirigente del PJ bonaerense, Martín insaurralde: “El peronismo no puede pensar en candidaturas hasta no romper la proscripción a Cristina”, aseveró.
Otra de las expresiones llegó de parte del dirigente de La Cámpora y presidente del bloque de Diputados del Frente de Todos, César Valicenti, quien en diálogo con Infocielo aseguró que «poner una alternativa a Cristina sería ceder, ser funcionales a la proscripción».
«No tenemos que ceder a una mafia que opera a cielo abierto. Hay que poner el tema en agenda porque la proscripción es un condicionamiento de la democracia y tenemos que exigir una democracia real», resaltó el legislador.
«Tenemos una democracia tutelada por el Poder Judicial, quien debiese garantizar el Estado de Derecho es quien está permanentemente vulnerándolo. Para que las decisiones se vuelvan a tomar en la Casa Rosada hace falta dar peleas y discusiones de fondo», disparó el senador de La Cámpora y hombre cercano a Máximo Kirchner, Emmanuel González Santalla.
En los últimos días se difundió una encuesta realizada por CB Consultora en la Provincia de Buenos Aires que marca con claridad dos escenarios electorales, uno con Cristina Kirchner en la boleta y otro sin ella, con resultados muy diferentes.
Así, si la vicepresidenta se presentara a una PASO para la elección nacional, el Frente de Todos alcanzaría el 30,7 por ciento, mientras que los candidatos de Juntos por el Cambio quedarían en 27,2 por ciento y perderían a «la madre de todas las batallas», porque en Buenos Aires no hay balotaje.
Caso contrario, sin la vicepresidenta, Juntos quedaría como primera fuerza, mientras que el actual oficialismo perdería más de 4 puntos y cosecharía un 26,2 por ciento. Esto alarma al peronismo bonaerense. Carlos Germano, consultor y analista político señaló a Infocielo que el dato de que Cristina Kirchner no sea candidata «es significativo para el peronismo, en especial el de la Provincia de Buenos Aires porque no tiene ningún liderazgo consolidado y tampoco dirigentes con el volumen suficiente para enfrentar un proceso electoral complicado».
Para la politóloga de Consultora Origen, Bárbara Ruiz, «sin Cristina, el escenario va a ser muy difícil para el Frente de Todos porque es la única que logra unir a las corrientes dentro de la coalición», al tiempo que, por el momento, es «ella quien puede hacer cumplir la premisa del peronismo de ser orgánicos y si no está, es difícil la unidad, algo que se vio en la última elección cuando le dio un respiro a los gobernadores por el arrastre en la boleta».
Desde el peronismo bonaerense ya prevén que si la vicepresidenta no se postula será difícil ganar en el 2023 y buscarán que dé marcha atrás a fuerza de militancia. Por eso, siguiendo la orden de Cristina Kirchner, preparan una masiva movilización para el 24 de marzo, una fecha de suma relevancia política y social. «No tengan dudas de que Cristina es la que tiene el poder electoral. Vamos a movilizarnos el 24 de marzo para romper la proscripción», dijo el intendente ultra k y uno de los hombres de confianza de la vicepresidenta, Mario Secco. (https://infocielo.com/)