Sí existen las lesiones culposas, aunque los instructores del caso rechazaron esa posibilidad tras haber constatado que el bebé no padece daños físicos ni psicológicos. El expediente quedó caratulad como “X s/derecho a conocer el origen” y tramita en el fuero de familia, dondeinterviene el Asesor de menores e incapaces.
Por ser el primero que se conoce en la Argentina, el caso abre un debate legal inédito porque además se ve afectada la identidad genética del niño y su consecuente derecho a conocer de dónde viene, como sucede con todo bebé nacido de técnicas de reproducción asistidas con material genético de un tercero, ajeno a sus padres.
En el fuero civil, la familia que tuvo al bebé y los titulares del embrión podrían demandar a la clínica de fertilidad por daños y perjuicios.
Un caso que resonó en Estados Unidos: “Me robaron la posibilidad de llevar a mi propia hija”
En 2021, una pareja estadounidense, Daphna y Alexander Cardinale, denunció al Centro de Salud Reproductiva de California por implantarles un embrión equivocado. Dieron a luz y criaron durante tres meses a un bebé que no era genéticamente de ellos, hasta que las pruebas de ADN confirmaron sus sospechas.
“Me sentí abrumada por sentimientos de miedo, traición, ira y angustia”, afirmó Daphna durante una conferencia de prensa junto a su esposo. “Me robaron la posibilidad de llevar a mi propia hija. Nunca tuve la oportunidad de criarla y vincularme con ella durante el embarazo, de sentir sus patadas”, agregó.
Los Cardinale denunciaron al centro y a su propietario, Eliran Mor, por mala praxis, incumplimiento del contrato, negligencia y fraude.
La otra pareja afectada por este cruce de embriones prefirió permanecer en el anonimato, aunque también inició una demanda en un sentido similar.
Los dos bebés son nenas y nacieron con una semana de diferencia en septiembre de 2019.