Como no tenía plata, una familia de Moreno organizó una increíble travesía en bici para conocer el mar

Hernán Ibarra, de Moreno, no sabe explicar cómo un viaje familiar se convirtió en noticia. Él solo quería cumplir el sueño de sus hijos de conocer Mar del Plata, una nueva experiencia que los uniría aún más.

Esta anécdota, sin quererlo, sí es extraordinaria, ya que él, su esposa Leidy y sus hijos Rut (14), Karen (12), David (10), Aarón (9) y Abraham (6) pedalearon 1.120 kilómetros (en total).

El padre de familia relató su travesía ya desde su casa, en Moreno. Rut, la hija mayor, no pudo hacer su viaje de egresados en 2020. Cuando llegó el turno de Karen, sus padres decidieron que tampoco iría, pero le prometieron que harían un viaje juntos si ella y sus hermanos sacaban buenas notas al final de la cursada. “Hacemos todo en familia, remarcó vía telefónica en diálogo con TN.

Los chicos cumplieron, y Hernán comenzó a ensamblar las bicicletas el 25 de mayo. “Las fui armando como pude, con tutoriales de Youtube, preguntando y viendo a los que arreglan bicicletas”. También comenzaron los entrenamientos, sobre todo por los pequeños.

Tandil, un festejo inesperado

Los siete integrantes de la familia Ibarra salieron de Moreno el 28 de diciembre en la noche para evitar el peligro del tráfico. Después, viajaban solo de día. Descansaban en campings y también les ofrecieron hospedaje, como la abuela Celi, una mujer, que los recibió en el pueblo de Miranda, en Rauch.

Siete días después, llegaron a la primera parada, Tandil. Allá conocieron a un hombre apodado “Tati” que les convidó un asado y les regaló unos cuchillos. “Se había enterado por los medios. Nos llevó a pasear”, contó Hernán y dio una exclusiva: celebró por primera vez su cumpleaños gracias a Tati.

“Después de 42 años, el hombre me festejó el cumpleaños. Me guardé esa anécdota para que él lo vea en algún medio”, confirmó. Hernán creció en una familia humilde, su mamá los crio sola a él y sus seis hermanos, por lo que nunca hubo presupuesto para fiestas.

Partieron rumbo a Balcarce cuatro días después, siempre por caminos rurales, por la seguridad de los menores. Al llegar a la segunda ciudad del trayecto, fueron recibidos por el Ministerio de Turismo y les regalaron el hospedaje en un camping polideportivo.

La noticia sobre su viaje los precedía, todos les tendían una mano. “La gente es una hermosura, nos veían y se maravillaban. No tuvimos accidentes ni robos, la gente quería cuidarnos y nos ofrecía hospedaje”, recordó Hernán.

“No tuvimos ninguna dificultad con las bicicletas hasta Balcarce: pinchamos cinco veces, se rompió el eje de una bicicleta, el pedal de otra y la masa de otra bicicleta. Todo, en esos 68 kilómetros hasta Mar del Plata”, detalló.

Mar del Plata, un sueño mundial

“Llegamos medio desarmados, pero llegamos”. Alcanzaron el punto de destino el 12 de enero y se tomaron las fotos obligatorias: en la entrada de la ciudad, frente al lobo marino de Rambla Casino y frente a la gigantografía del Dibu Martínez.

El plan incluía el retorno en tren, pero eligieron volver en bici y quedarse dos semanas en la ciudad. El segundo recorrido incluyó Maipú, donde Esther y Ángel los hospedaron la noche que la fuerte tormenta con granizo. También pasaron por Chascomús y Castelli.Play Video

Llegaron a Moreno el 29 de enero. Los recibieron 78 chicos de una agrupación de ciclistas que los acompañaron desde el centro de Moreno hasta su casa. El domingo, la misma agrupación los agasajó y les entregó diplomas.

Hernán Ibarra aseguró que este viaje fue fácil de hacer porque tienen una buena dinámica de familia. “Nuestro secreto: cuando uno tiene a Jesús en su vida, la familia se fortalece y eso es lo que nos mantiene unidos”.

El próximo viaje en bici tendrá como meta Paraguay, para que los chicos conozcan a su abuelo paterno. Esperan tener mejores bicicletas y mejor entrenamiento para comenzar a pedalear.