El descarrilamiento de un tren cargado con peligrosas sustancias tóxicas obligó a evacuar a un pueblo en Ohio, Estados Unidos, en un hecho que dejó muchos interrogantes sobre la contaminación ambiental en el área y hasta el arresto de un periodista que investigaba el accidente.
El enorme tren de 150 vagones descarriló el 3 de este mes en un área entre Ohio y Pensilvania, cerca de East Palestine, un pueblo de unos 5000 habitantes cerca de Pittsburgh cuyas vidas cambiaron en forma radical desde entonces.
¿La causa? Todos debieron ser evacuados porque varios de esos vagones estaban colmados con cloruro de vinilo, un gas utilizado como precursor del plástico y altamente inflamable. Además, su exposición está vinculada con diferentes tipos de cáncer, en especial de hígado.
La evacuación incluyó a todos los residentes de la zona, a ambos lados de la frontera entre Ohio y Pensilvania
Una quema controlada y un regreso a casa entre mil preguntas
Las autoridades decidieron realizar una quema controlada del producto. Después de culminar con los trabajos, los habitantes de East Palestine volvieron a sus casas. Pero no contaban con convivir con una nube de humo procedente de la incineración de las sustancias tóxicas. El temor se palpa en las calles de la localidad.
Lynn Goldman, decana de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington, advirtió que las partículas invisibles de este gas que persisten en el ambiente son más peligrosas que los vapores resultantes de su quema.
“Hasta que no se haya realizado una evaluación exhaustiva, el hollín y cualquier otro material deben tratarse como contaminados con cloruro de vinilo y/o dioxinas u otros contaminantes hasta que se demuestre lo contrario”, alertó, citada por France 24.
Ambientalistas advierten sobre otros residuos tóxicos
Pero no solo esos 10 vagones eran peligrosos para la salud. Otros trasladaban líquidos combustibles, acrilato de butilo y residuos de benceno. Ambientalistas advirtieron sobre el riesgo de que estas sustancias se hayan filtrado hacia ríos y cursos de agua cercanos. Creen además que el riesgo no solo está en el agua, sino también en el aire y el suelo.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) declaró que los marcadores de contaminación no arrojaban niveles preocupantes, pero los habitantes dijeron que aún pueden sentir un olor fuerte en el aire. Incluso denunciaron las muertes de ranas y peces en lagos de la zona. Algunos residentes se quejan de dolores de cabeza y malestar.
El tren era operado por Norfolk Southern, una de las principales compañías ferroviarias de Estados Unidos. La compañía enfrenta una demanda federal de los vecinos del pueblo.
El arresto de un periodista generó todo tipo de versiones
Otro elemento que aumentó la preocupación de los residentes de East Palestine fue la breve detención de un periodista que investigaba el hecho.
Evan Lambert, corresponsal de NewsNastion, asistía a una rueda de prensa del gobernador de Ohio, Mike DeWine, en la escuela primaria del pueblo. En una acción sorpresiva fue esposado por la policía y retenido durante cinco horas el 8 de febrero.
Se lo acusa de conducta desordenada y allanamiento criminal.
La policía dijo que Lambert fue detenido porque se negaba a acatar la orden de la Guardia Nacional de Ohio de abandonar el lugar, aunque no detallaron los motivos de su desalojo.
Chernobyl químico y teorías conspirativas
Como siempre sucede con este tipo de episodios, las teorías conspirativas están a la orden del día en las redes sociales.
En Twitter ya se habla de un “Chernobyl químico” que estaría siendo ocultado por las autoridades.
Pero la militante de ultraderecha Georgia Marjorie Taylor Greene, fue más allá y tuiteó: “East Palestine, Ohio, está atravesando un desastre ecológico porque las autoridades hicieron estallar los vagones descarrilados del tren que transportaba productos químicos peligrosos y la prensa está siendo arrestada por tratar de contar la historia. ¿Qué está pasando?”, preguntó.
Uno de los evacuados, Ben Ratner, le dijo a CNN que él y algunos miembros de su familia habían sido extras en una adaptación cinematográfica de 2022 de la novela de Don DeLillo de 1985 “Ruido blanco”. En esa historia, un tren se descarrila y derrama productos químicos, lo que provoca un “evento tóxico en el aire” que obliga a la evacuación de una pequeña ciudad.
El guion de Hollywood parece haberse convertido en realidad.