Gustavo Lima, el abuelo de las gemelas argentinas que se tiraron del tercer piso del edificio donde vivían con sus padres en Sallent, provincia de Barcelona, habló desde el aeropuerto de Ezeiza, antes de partir para España a reencontrarse con su hijo y aseguró que la nena que sobrevivió “”movió los párpados cuando escuchó la voz del padre”.
“Leila está luchando por su vida. La van a volver a dormir porque tiene la mandíbula quebrada. Es alentador pero todavía queda mucho por recorrer”, agregó.
“No la podían mover el día anterior porque tenían miedo, tenía muy tomado el pulmón. Ayer tuvo una mejoría y hoy van a tratar de despertarla para poder hacer las curaciones. Tiene la mandíbula quebrada y es lo primero que quieren curar”, explicó más temprano en comunicación conradio La red.
En tanto, en diálogo con La Nación, detalló que su nieta “está con asistencia mecánica respiratoria y que, después de las 72 horas posteriores al incidente, intentarían medir su reacción clínica a partir de primeras respuestas positivas en su salud”.
El trágico hecho ocurrió el martes pasado, cerca de las tres de la tarde, cuando las gemelas, Alana y Leila, de 12 años, decidieron saltar del tercer piso del edificio donde vivían con sus padres tras sufrir bullying por parte de sus compañeros por su acento argentino.
A su vez, se conoció que no solo las discriminaban por su nacionalidad, sino también por su orientación sexual. Cuando Alana empezó a pedir que la llamen Iván todo empeoró: “Ahí se desató todo más, porque se cortó el pelo y se vistió como varón. Ahora entiendo a los chicos LGTB+, antes ni se me cruzaba por la cabeza, hoy que lo estoy viviendo los entiendo”.
Además, confesó que ninguno de los padres sabía lo que estaban viviendo las chicas “si no otra hubiese sido el trato” y recordó que en su infancia él también sufrió bullying en el colegio y aseguró: “El chico al que le hacen bullying siempre trata de ocultar a sus padres porque tiene miedo”.
Sobre la relación entre las gemelas, Gustavo dijo a TN que “eran como dos corazones en uno, pero lamentablemente uno dejó de latir”.
Qué decían las cartas de despedida que dejaron
Al ser consultado por las cartas que habían dejado las nenas, Gustavo confesó que la de Alana pedía perdón y confesaba que “había tomado esa decisión porque no soportaba el bullying que sufría por su decisión de llamarse Iván y de ser transgénero. Decía que no soportaba más y que se quería ir de este mundo”.
“En lugar de decirle Iván la llamaban Ivana. No pudo superar el bullying. Ella quería ser feliz y sintió que si no podía ser feliz de chiquita tampoco iba a poder de grande”, dijo a TN.
En cambio, la de Leila aseguraba que no quería morirse, pero que acompañaba a su hermana en la drástica decisión para no dejarla sola.
Los padres de las gemelas están recibiendo atención psicológica tras el horror que les toca vivir, según explicó Lima y aseguró que “son una familia de semilla muy fuerte” por lo que necesitan estar juntos en este momento. “Por más de que la contención que tienen allá es muy buena, ellos no tienen un familiar. Somos muy unidos. Cuando vivían acá nos juntábamos todos los domingos”, agregó.
También explicó que “se fueron por lo que pasa en la Argentina hace años, por la inseguridad, que está en todos lados, todos los días”, y añadió que “buscaban una mayor estabilidad y que las niñas tengan estudios para un buen porvenir”.
Una compañera de las gemelas aseguró que en la escuela “se reían de su acento argentino”
En diálogo con ABC Cataluña, una compañera de las gemelas aseguró: “Era un grupo numeroso el que las acosaba, instigado sobre todo por tres chavales, que las llamaban ‘las argentinas’, se reían de ellas por el acento y la identidad sexual de Alana”.
Kevin, un primo de las nenas habló con el sitio Regió 7 y dijo que ambas sufrían bullying en la escuela “por el simple hecho de ser argentinas”. Destacó que estaban por empezar el psicólogo y que “eran muy buenas y no se metían con nadie”.