Cuando tenía 15 años, Jazmín González Viola pasó por uno de los momentos más difíciles de su carrera como bailarina de ballet. Audicionó para ingresar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, pero no fue aceptada. A pesar de que en su joven carrera ya había sido becada por otras reconocidas escuelas del mundo, la decepción fue muy grande. Pero no se dejó vencer por ese sentimiento y decidió seguir intentando.
Un año más tarde, optó por probar suerte en Italia y buscó la mejor escuela allí: la academia del Teatro Alla Scala en Milán, dónde audicionó e ingresó. Ahora, la joven que nació y vivió su infancia en Barracas, es una de las 10 estudiantes que cursa el séptimo año en la escuela italiana. Es el penúltimo curso antes de la graduación y la obtención de su título.
Su aventura comenzó con una caída de la que se supo levantar rápido y ágilmente. Tras audicionar en el Colón y no quedar, sintió que debía seguir su camino fuera de Argentina. “Allá las opciones son un poco limitadas, pero acá (Europa) hay más puertas abiertas para los bailarines clásicos”, contó desde su habilitación en una casa de familia en Milán. “Cuando no ingresé al Colón me sentí muy mal, yo lo idealizaba, lo tenía muy arriba”, confesó. Pero aseguró que siempre buscó más, no porque el Colón no fuera suficiente, sino porque no quería detener su carrera con la primera puerta que se le cerrara.
Jazmín ya había audicionado e ingresado durante tres años seguidos a los cursos de verano de la Escuela de la Ópera de París. Entonces pensó que si en Argentina no podía continuar su carrera, tal vez sí era posible en otro país. “Como Francia mucho no me convencía, por la gente, decidí venir a Italia”, explicó. Su decisión de intentar entrar a la Academia del Teatro Alla Scala se basó en que para ella, es la mejor del país.
Tras la pandemia y una gran dedicación con ensayos todos los días desde su casa, viajó a Milán en agosto de 2021 para demostrar todo lo que sabía hacer. La acompañaron su madre y otros familiares. “Quise probar con una audición presencial, porque todas las que había hecho hasta el momento en algunas escuelas de otros países, habían sido por video”, describió. Esta vez, la argentina logró ingresar a la academia. Fue ella, entre 50 aspirantes, la única que ingresó a sexto año.
Una vez que le confirmaron la buena noticia, volvió a Argentina, hizo todos los trámites de la visa de estudio y en octubre de ese mismo año regresó a Milán, esta vez sola. Sin saber el idioma y lejos de toda su familia, fue tras su sueño. “Extraño todos los días, sobre todo porque tengo una familia muy numerosa, de dos hermanas y tres hermanos más que somos muy unidos”, contó. “Pero nos vemos bastante seguido, cada tres meses”, aclaró y remarcó que siempre piensa en positivo y cuenta el tiempo que le falta para verlos.
La nueva vida de Jazmín en Italia
La escuela del Teatro Alla Scala no tiene internado, por lo que con tan solo 16 años Jazmín debió buscar un lugar para vivir en un país completamente ajeno. “Desde la academia nos recomendaron esta casa, donde estoy ahora”, contó. Se trata de la vivienda de la familia de una de las principales bailarinas de la compañía del Alla Scala. “Está buenísimo porque no solo comparto con compañeros, sino que los padres de ella a veces nos cuentan cosas de la compañía o de la vida de las bailarinas”, relató. “Además nos cocinan, nos lavan la ropa, nos ayudan con todo lo que necesitamos”, agregó.
Jazmín asegura que no es una persona a la que le cueste hacer amigos, así que se lleva muy bien con sus compañeras. En su curso, son todas bailarinas mujeres. “Hay bailarinas de Ucrania, de Rusia y muchas italianas, la mayoría”, enumeró. Pero ella es la única sudamericana en el séptimo año. “Todos los días me sorprendo, el nivel de todas mis compañeras es altísimo”, destacó.
Durante el primer año, todo el financiamiento para estar en Italia se lo dio su familia. A partir de su segundo año, obtuvo una beca que le cubre más de la mitad de los gastos necesarios. La joven aseguró que si hay bailarines que necesiten trabajar, el tiempo alcanza para hacerlo. Sin embargo, ella por el momento puede mantenerse sin hacerlo y prefiere finalizar sus estudios. “Siempre soñé con tener mi título y poder buscar un espacio en alguna de las grandes compañías tal vez de acá o de Alemania por ejemplo”, indicó. Por eso, ahora planea terminar este año y el próximo, para ser graduada de una de las mejores academias del mundo.
Un sueño impensado
Cuando Jazmín ingresó a la escuela del teatro Alla Scala no lo podía creer. Había estado en la escuela de verano de la Opera de París durante tres años y con una edad muy corta -2017, 2018 y 2019-, pero igual le sorprendió su ingreso a la escuela de Milán.
Baila desde los 3 años y toda su vida se basó en eso. Nunca se imaginó haciendo otra cosa porque siempre se visualizó bailando. A los 8 años, quien fue su profesora, Carla Baldini, le propuso comenzar a entrenar de una forma casi profesional. Desde entonces, las clases se volvieron más intensas y su carrera comenzó a tomar forma.
“No sé cuándo fue el momento en que dije que quería hacer esto para toda la vida, porque en realidad fue algo que supe desde siempre”, expresó. “Y mi familia también lo vio así y me apoyó”, aclaró. La joven que en unos pocos días cumple la mayoría de edad, recuerda constantemente a aquella niña que miraba Barbie y las 12 princesas bailarinas de Disney y soñaba con vivir esa vida, la de una bailarina que lo único que hacía era eso, vivir su sueño: “La danza es mi pasión, no me veo haciendo otra cosa en la vida, es la forma más certera que encuentro para conectarme conmigo misma”.