La «mafia de los celulares manchados con sangre» se cobró una vida cada nueve días en los últimos 100 días con un promedio de 7 aparatos robados por minuto para contabilizar más de 10 mil equipos en 24 horas, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
La alarmante estadística surge de un nuevo Informe de Inseguridad y Violencia desarrollado por la ONG Defendamos Buenos Aires, con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados.
«Hace apenas unas horas, un ciudadano venezolano fue asesinado en la calle Aráoz al 1400 en el barrio porteño de Palermo, en momentos en que el ladrón quería robarle el teléfono móvil. Se trata de Juan Francisco Hernández Acosta, de 27 años que recibió un disparo a quemarropa en la cabeza. Ante la gravedad de la herida, dejó de existir en pocos minutos en el Hospital Fernández, donde había sido derivado de urgencia. Sin embargo este terrible caso, no es el único pues en el mismo lapso de los últimos 100 días, hubo 10 homicidios más, repartidos entre la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires», dijo Javier Miglino, abogado experto en Seguridad y Director de Defendamos Buenos Aires.
El relevamiento se basa en datos brindados por la justicia Nacional de Instrucción con jurisdicción en toda la Capital Federal más la información de los tribunales de Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, Morón y San Martín, junto con los miles de hechos que se registran y la gente prefiere no denunciarlos en la justicia «pero quedan reflejados en nuestro correo electrónico».
A su vez, Miglino indicó que «tanto la embajada de los Estados Unidos de América como la de Inglaterra, alertan a sus nacionales que si visitan la Ciudad de Buenos Aires por ánimo turístico o en plan de negocios o estudios, no utilicen el teléfono celular en la vía pública. Los robos se multiplican y la violencia de los miembros de la mafia de los celulares manchados con sangre, primero ataca y luego pregunta».
La «mafia de los celulares manchados con sangre» actúa sin distinción para robar teléfonos con ataques en la vía pública, en colectivos, subtes y trenes o a bordo de motos y luego de hacerse con el botín «salen disparados para las cuevas. Los desactivan y vuelven y venderlos. En ese momento, la bestia que roba y mata por un celular, vuelve a salir a robar en un bucle que nunca termina», detalló Miglino. (https://www.diariopopular.com.ar)