Por Ernesto Edwards/Filósofo y periodista @FILOROCKER
Karl Marx no sólo influyó en lo ideológico, filosófico, económico y político en general sino que también fue referencia tácita o explícita en el rock
El 14 de este mes se estará cumpliendo el 140 aniversario de la desaparición física del filósofo y economista alemán Karl Marx (1818 – 1883), y el pasado febrero 175 años de la publicación del “Manifiesto Comunista”, escrito en coautoría con Friedrich Engels.
Es innegable la influencia de Marx, desde hace casi dos siglos, en todo el pensamiento occidental. Tanto para admirarlo y seguir sus interpretaciones como para confrontarlo y buscar desacreditarlo. Nadie en el ambiente filosófico y académico ha sido indiferente a su obra. Y, por tanto, ha despertado emociones y pasiones. Hasta tal punto que su rigor filosófico llegó a estar cuestionado por la aplicación que se hizo de su análisis de la realidad en la praxis política, especialmente en el siglo XX.
La intención de esta Columna es hacer un abordaje despojado de subjetividades, casi como si fuera una “reducción fenomenológica» como la que proponía Edmund Husserl, suspendiendo el juicio y poniendo el fenómeno entre paréntesis. Aun sabiendo que es un tema que no puede agotarse en una sola nota. No menos importante es recordar que para algunos analistas el pensamiento marxista fue desvirtuado por ciertos protagonistas de la historia soviética, tales como Lenin y Stalin, y hasta por el propio Engels. Y que, a lo largo de la contemporaneidad, varios países occidentales, usando la bandera del marxismo, llevaron sus políticas al totalitarismo y al fracaso. Y a la inevitable debacle.
Digamos todo: Marx estaba convencido de que la filosofía hegeliana era la más lograda expresión y acabado desarrollo del pensamiento, coincidiendo con Hegel en que la realidad histórico – social tiene una estructura dialéctica. Y eso mismo sería la diferencia de fondo entre ambos. Porque para uno la filosofía ya estaba en su máxima evolución, y para el otro la dialéctica como tal debía ser abierta y revolucionaria. Aunque ambos coincidían en el aspecto de las contradicciones.
Vayamos a los postulados filosóficos principales de Karl Marx, de acuerdo a lo más difundido de su pensamiento. 1- Marx creía que la lucha de clases era el motor principal de la historia humana, y que la confrontación entre los trabajadores (proletarios) y los capitalistas (burgueses) era la fuerza fundamental detrás de los cambios sociales y económicos. 2- También pensaba que los trabajadores son explotados por los capitalistas, quienes obtienen beneficios de lo que los mismos producen, sin compensarlos adecuadamente. 3- Los capitalistas obtienen beneficios de la explotación de los trabajadores al exigirles más tiempo de dedicación que el necesario para equiparar el valor del salario que reciben. Esa diferencia se la conoce como plusvalía. 4- El hombre es histórico y su esencia depende de las condiciones concretas del trabajo en cada circunstancia histórica. 5- El hombre está alienado, ajeno a sí mismo, desconociendo su propia esencia, lo que tiene lugar en todos los planos de la existencia. Por último, una consideración propia: el Materialismo Histórico es una Filosofía de la Historia, es una interpretación de su contexto, y no una ciencia.
El marxismo ha sido un prisma que ofreció al rock una visión determinada. En dicho vasto y diverso universo cultural podemos encontrar lo que se denomina Rock Proletario. Originado en Gran Bretaña en los 70s como derivación del punk y el ska, formado por redskins y caracterizados por un marcado contenido conceptual de corte marxista, desarrolló un mensaje acerca de la clase obrera, las bondades del comunismo y glorificando el período soviético, a la par de apuntar contra todo tipo de fascismo y racismo. Con el comienzo del nuevo milenio el Rock Proletario tuvo nuevo impulso en países de habla hispana, como Chile, Argentina, Perú y España, entre otros, aunque los grupos surgidos bajo este influjo nunca alcanzaron gran popularidad y difusión.
El disco “London Calling” (1979), de los maoístas británicos de The Clash, ensambló punk rock con rhythm and blues, ska y reggae. El contexto histórico marcó el sesgo del grupo, que desde lo ideológico enfrentaría a Margareth Thatcher y la concomitancia de la Guerra Fría, la Crisis del Petróleo, el desempleo y la amenaza nuclear. Sumado a ciertas consecuencias derivadas de su política en la juventud, como el consumo de alcohol y drogas, entre marginados e inmigrantes perseguidos por el establishment. Fueron los autores de la canción “Revolution Rock” y del disco doble “Sandinista!”. Nada menos.
En Argentina esta temática filosófica también tuvo eco en el rock local. Moris en “Treinta Minutos de Vida”, su disco debut de 1970, incluye “Pato Trabaja en una Carnicería”, exponiendo las miserias del ser humano: “Hemos crecido y visto el mundo en los diarios. El comunismo resultó complicado. Lo tuyo es mío y lo mío es mío nos han llevado a la indiferencia”.
Los Redonditos de Ricota, liderados por Carlos Solari, editarían “Oktubre” (1986), en clara alusión a la Revolución Bolchevique de 1917. Con una tracklist que incluía “Preso en Mi Ciudad”, “Divina Tv Führer” y el superclásico “Ji Ji Ji”, los Redondos hablan de explotación y alienación. Y de revolución.
Federico Moura, liderando Virus, en el disco “Superficies de Placer” (1987) incluye “Polvos de una Relación”, para parafrasear a Marx: “Todo lo sólido se esfuma”, mientras exhibe al vínculo sexual como un gasto o una inversión: “Cuando la noche nos estafa las caricias sufren inflación”.
León Gieco en “Mensajes del alma” (1992) incluye “Los Salieris de Charly”, contextualizando, en clave de ironía, el momento histórico: “¿Qué nos dirán por no pensar lo mismo? Ahora que no existe el comunismo”.
“Vórtice Marxista”, fue el primer álbum de lados B de Babasónicos, cuyo título era toda una definición para la banda liderada por Adrián Dárgelos, quien siempre expuso su encuadramiento ideológico en tal dirección.
El cancionero del amplio catálogo rockero internacional incluye «Red Army Blues» (The Waterboys), «Solidarity Forever», «We Shall Overcome» y «Which Side Are You On?» (las tres de Pete Seeger), «Workers of the World Unite!» (The Last Internationale) «Fight the Power» (Public Enemy), «The Internationale» y “The Red Flag (ambas de Billy Bragg), «A Change Is Gonna Come» (Sam Cooke), «Bread and Roses» (Judy Collins) y «Biko» (Peter Gabriel).
Pero seguramente los cuatro autores siguientes, por su resonancia y prestigio, son de mayor impacto en cuanto a su contenido. “Héroe de la Clase Obrera” y “El Poder para el Pueblo”, de John Lennon. «The Times They Are A-Changin'», del Premio Nobel Bob Dylan. Los Rolling Stones con “A Rock and a Hard Place”. Y Roger Waters, en concordancia con el neo-marxista Louis Althusser, quien en “Another Brick in the Wall” afirmaba: “No necesitamos educación. No necesitamos ningún control de pensamiento”.
Como cierre y para reflexionar, dos frases famosas de Karl Marx, que se rozan con parte del ideario rockero: “La religión es el opio del pueblo”, señalándola como herramienta de las clases dominantes para el sometimiento popular a través de falsas esperanzas, una dicha ilusoria y la promesa incomprobable de una vida eterna. Marx también pensaba que “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Habrá que decidir si esta actividad es efectivamente la específica y propia de aquellos que intentamos pensar y analizar. Y que transformar la realidad es el trabajo que con honestidad y control público deberían realizar los políticos y dirigentes elegidos para tal fin, a partir de las conclusiones a las que arribamos los que sí podamos demostrar que pensamos. La praxis, sin reflexión previa, es mero impulso irracional.