El embajador argentino en Brasil se niega a aceptar el pedido de gran parte del peronismo para que se acuerde una lista de unidad y cree que el postulante presidencial del Frente de Todos debe ser legitimado en las urnas
El comunicado que los gobernadores del PJ emitieron en la tarde del miércoles pidiendo que haya un candidato único alteró la vida interna del peronismo, en la que un sector de la dirigencia pelea por mantener a flote las PASO como sistema para dirimir candidaturas y otro empuja la idea de que haya un solo nombre para la candidatura presidencial que esté avalado por toda la estructura.
“Nos congregamos con el objeto de hacer oír nuestra voz en la construcción de un país más justo, federal y democrático y exigimos la construcción de una lista de unidad con integración de carácter federal”, indicaron 13 mandatarios oficialistas luego de mantener una reunión en el CFI por casi 3 horas. Fue un mensaje contundente que buscó mover el escenario electoral del peronismo.
Los mandatarios provinciales le pedirán una reunión a Alberto Fernández en las próximas horas para plantearle la postura que acordaron en el CFI. La solicitud aún no llegó a Balcarce 50, donde estiman que el encuentro se terminará concretando la semana que viene. Presionarán para que haya un candidato de unidad y tanto Daniel Scioli como Agustín Rossi den de baja sus candidaturas.
Frente a esa presión, Scioli resiste. No está dispuesto a bajar su candidatura. Sabe que no es el candidato único que tanto piden los gobernadores, pero tampoco ve que haya alguien que encarne ese rol. Rossi está en la misma posición. Cree que no hay ningún candidato que mida 20 puntos y pueda convertirse en el nombre propio de la unidad. Los dos van a resistir hasta el límite del cierre de listas. Harán todo lo que puedan para tolerar la presión
El ex motonauta sigue en campaña y deja trascender que no bajará su candidatura pese a la presión de los gobernadores, Sergio Massa y el Frente Renovador, que reclaman la unidad del espacio político detrás de un candidato y quieren dejar sin efecto la competencia en las PASO. Los intendentes bonaerenses tampoco están de acuerdo con esa metodología a nivel nacional. La postura empieza a juntar consenso con el paso de los días.
“Daniel sigue para adelante. Sigue armando en la provincia de Buenos Aires y en todas las provincias”, resaltó un dirigente político que forma parte del armado sciolista. Quienes lo frecuentan lo ven convencido de jugar hasta el final. La duda la siembra el kirchnerismo, que deja trascender que el ex gobernador se alineará en el momento que Cristina Kirchner llame a su teléfono.
Después de la reunión de gobernadores en el CFI, el mandatario riojano Ricardo Quintela se encontró con Scioli para explicarle el sentido del documento. El ex gobernador habló con algunos de sus dirigentes cercanos y desestimó la posibilidad de bajar la candidatura por pedido de los mandatarios.
“¿Si me piden que me bajen es para poner a quién? Si a mi me va bien en las encuestas”, le dijo a uno de sus allegados. Además, le resaltó: “Si ellos tienen PASO en las provincias, por qué yo no puedo ir a las PASO. El ganador es el candidato y el resto acompaña”.
En las últimas horas desde el massismo le apuntaron con dureza a Scioli. Fue la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, la que lo cuestionó. “Me alarma que funcionarios, sobre todo el embajador en Brasil, no se estén ocupando de conseguir inversiones en medio de una situación económica complicada para el país. Me parece irresponsable que en lugar de generar acciones de gobierno estén discutiendo candidaturas”, sostuvo.
Moreau es una dirigente de íntima relación con Massa. Por eso su mensaje fue decodificado en el sciolismo como un ataque del ministro de Economía, aunque decidieron no responder. “Scioli es embajador en Brasil y tiene que tomar una decisión si va a ser candidato o sigue como funcionario en el exterior, pero esta situación no corresponde mientras hace campaña y no consigue créditos ni vías de desarrollo para Argentina”, lo cruzó Moreau.
El embajador está armando en las ocho secciones electorales de la provincia de Buenos Aires, donde tiene el mayor caudal de votos. Los dirigentes que le responden le arman plenarios y él pasa junto a Victoria Tolosa Paz, la precandidata a gobernadora que lo acompaña, para saludar y bajar la línea de trabajo que está implementando en su camino electoral.
En paralelo, los armadores bonaerenses están juntando avales y tratando de cerrar candidaturas en las distintas categorías. Intendentes, concejales, consejeros escolares. Scioli está armando sus listas y, en ese ejercicio, está dando una señal clara de que mantendrá su candidatura. Si lo hará o no hasta el final es una incógnita que solo se dilucidará en los primeros minutos del domingo 25 de junio, el día después al cierre de listas.
En una de las últimas reuniones políticas que tuvo, luego del encuentro de gobernadores, fue muy claro con su interlocutor. “Esto no es en contra de nadie. El pueblo peronista quiere una PASO porque entiende que esa es la manera de ampliar y contener a todas las expresiones”, le explicó.
Scioli está convencido que las elecciones primarias son necesarias para expandir las representaciones de los candidatos y contener la mayor cantidad de votos. Entiende que hay que generar un gran debate que permita que las diferentes miradas del oficialismo disputen la representación del espacio con los votos arriba de la mesa.
“La unidad tiene que ser el resultado de lo que la gente elija”, dijo Scioli este jueves en una entrevista radial. Fue una respuesta a los gobernadores. Para el embajador la candidatura final debe ser legitimada por los votos y no por el dedo. “La unidad está garantizada después de las PASO”, asegura.
Esta mañana el ex gobernador compartió con Alberto Fernández y el canciller, Santiago Cafiero, que promociona su candidatura presidencial, un acto en Pilar por la primera exportación a Brasil de la planta de electrodomésticos Whirlpool. El Presidente no apoyará a ningún candidato en público pero, por una cuestión de empatía, está más cerca de Scioli y Rossi.
El ex motonauta no quiere ser el candidato de nadie. Ni de Alberto Fernández ni de Cristina Kirchner. Juega a fondo en un momento donde la situación interna es extremadamente tensa y la incertidumbre es muy alta. Hay especulaciones de todo tipo y las proyecciones cambian día a día. El peronismo está hundido en un mar de dudas y acusaciones que lo desgasta. Sobre ese mar intenta navegar Scioli, que sabe que está elección es su última oportunidad para llegar a la Casa Rosada.
Por Joaquin Mujica Diaz
Fuente:infobae