Por Ernesto Edwards/Filósofo y periodista @FILOROCKER
El undécimo disco de estudio de Foo Fighters, de corte conceptual, exorciza el dolor por la muerte de su baterista
Quizás no haya cuestiones más filosóficas para tratar en cualquier ámbito que sea que las de la vida y de la muerte. Son aquellos misterios que nos llevan a recorrer conceptualmente el camino del origen de la existencia rumbo a la incertidumbre de la muerte, esa situación límite que nos iguala a todos.
Muerte, angustia, dolor: orígenes reconocidos de la Filosofía. “But Here We Are” (Pero Aquí Estamos) es el nuevo disco de Foo Fighters que revela y expone las emociones y pensamientos del grupo tras el impacto por la muerte de Taylor Hawkins, baterista e íntimo amigo de Dave Grohl, sucedida hace un año, en el medio de una gira en 2022, como así también la de su madre, en agosto pasado.
Posiblemente coincidamos en que con veintinueve años de trayectoria de Foo Fighters no hace falta explicar a esta altura lo del nombre, con el que se designaba a la observación del fenómeno OVNI por parte de los aviadores aliados en la Segunda Guerra. Dave Grohl, quien fuera el baterista del legendario Nirvana, tras la muerte de Kurt Cobain, a modo de ritual superador edita en 1995 canciones propias que habían quedado descartadas del último disco de la banda ya disuelta, y con varias composiciones más, grabaría “This is a Call”, haciéndose cargo de todos los instrumentos y del liderazgo vocal. Recién con el disco en la calle y sonando insistentemente en las radios invitaría a otros músicos para darle vida a los Foo Fighters, donde ya no sería más el batero, iniciando así una prolongada carrera pletórica de éxitos, con diez placas con numerosos hits.
Pero, a decir verdad, ya lo explicamos sobradamente, el rock no se define por compases musicales. Es actitud, contracultura y rebeldía. Y Dave Grohl (Warren, Ohio, 1969), baterista devenido en cantante y violero, tiene su propia historia, que en gran parte explica su búsqueda artística, su contenido conceptual y su mensaje. Recordemos que si tuviéramos que etiquetar a Grohl, su fundador en 1994 y líder excluyente, giraríamos en torno al posgrunge y al hard rock.
Su padre era redactor de discursos de políticos republicanos. Su madre, maestra de escuela primaria y fiel votante de los demócratas. Y Dave, quien siempre quiso tomar distancia de la política, sin embargo se sintió obligado a involucrarse cuando George W. Bush usaba su canción “Times Like These” como cortina en los actos de campaña. Grohl, que a la hora de votar se inclinó por su mamá, se consideró tan agredido por Bush que comenzó a tocarlo en vivo en los actos del candidato demócrata John Kerry. Un rebelde, aunque se le considere un tipo amable y simpático, algo absolutamente extraño en el imaginario rockero. Recordemos también que Dave Grohl fue diagnosticado tempranamente con Desorden de Déficit de Atención (DDA), siendo un alumno con dificultades para focalizar pero absolutamente creativo a la hora de imaginar mundos e historias para contar.
No es casual que tocara con grandes figuras como Prince, Joan Jett, Bowie, Ringo Starr, Freddy Mercuri, Mick Jagger, Paul McCartney, Bruce Springsteen, Jimmy Page y Miley Cyrus, entre tantos otros. Ecléctico, si los hay. Efectivo y eficaz productor discográfico. Hábil con todos los instrumentos. Y un frontman carismático.
En su génesis Foo Fighter nació de una tragedia: del suicidio de Kurt Cobain despedazando Nirvana. Y el nuevo disco es consecuencia de un nuevo duelo personal por pérdidas irreparables. Taylor Hawkings partió. Su madre también. Y la respuesta tiene nombre: “But Here We Are” (Pero Aquí Estamos), como una manera de fijar posición y resistir, dando pelea. Un disco oscuro, atravesado por la crisis, y pleno de interrogantes, muertes, melancolía y dolor. Oscilando entre un tono introvertido y un aferrarse a la vida. Con catarsis y con ruido. Con intensos y desgarradores solos de guitarra. Y con un interlocutor definitivamente ausente. Justo después del anterior registro de canciones propias, “Medicine At Midnight”, un álbum que dividió a crítica y seguidores, entre la comodidad de lo conocido y el miedo a experimentar con rumbos nuevos.
Por momentos desordenado y caótico, y en otros terapéutico y sincero, “But Here We Are” es un recordatorio de la muerte, ese horizonte heideggeriano que le da sentido a la vida. Y de la necesidad de curarse a través del arte, que es justamente lo que puede salvarte del dolor y la locura, tal como afirmaba Enrique Pichón Rivière.
El nuevo registro viene con títulos de canciones que lo dicen todo: “Rescued”, “Under You”, “Hearing Voices”, “But Here We Are”, “The Glass”, “Nothing At All”, “Show Me How”, “Beyond Me”, “The Teacher” y “Rest”. Agentes contextualizadores que anticipan su contenido. Una lista que es un viaje que requiere garra y rock and roll, mientras va lamiendo sus heridas. Y que desborda referencias a inocultables ausencias.
“¿Quién está ahora en la puerta”, se pregunta en “The Teacher”. Y sigue describiendo ese tránsito, con una letra que lo dice todo: “El sol se pone, las ventanas se abren. Un paso más cerca del otro lado. Puedo sentir lo que otros hacen. Pero no puedo parar esto, si quisiera. Dime, muchacho: ¿cuál es el plan para mañana? ¿Dónde despertaré? Date prisa, el tiempo no esperará. El aquí y ahora se separarán. Hay algunas cosas que no puedes elegir. Alma y espíritu moviéndose a través. ¿Quién está en la puerta ahora? …Dos piedras frías en el cauce de un río rasgado y desgarrado, que no se puede reparar… Me mostraste cómo respirar. Nunca cómo decir adiós. Me mostraste cómo ser. Nunca cómo decir adiós. Cada página pasa. Es una lección aprendida en el tiempo. Intenta hacerlo bien con el aire que queda. Contando cada minuto, viviendo aliento a aliento”. ¿Y después? Cada uno va buscando sus propias respuestas a un misterio inefable y fatal.
El arte cura. El arte salva. Sí, los que todavía seguimos en pie, aquí estamos, Foo Fighters.
FICHA TÉCNICA
“But Here We Are” (EE. UU., 2022)
De Foo Fighters
Género: rock – 10 tracks
Duración: 48´
Calificación: muy bueno