El calor que asola el mundo cada vez es más destructor, así que los científicos están buscando maneras de conseguir enfriar el planeta. Para ello, se han valorado distintos planes, como un experimento terrible que causó gran polémica y que ha terminado siendo cancelado.
Científicos de la Universidad de Harvard planearon, en su momento, la idea de darle al planeta el enfriado que necesitaba para que la temperatura se redujera. Teniendo en cuenta que cada vez hace más calor y que el sol es más y más intenso a cada año que pasa, no era una mala idea. Pero la polémica se desató desde el momento en el que se planteó el plan, ya que no era precisamente uno convencional. Ahora se investiga en lo propuesto para entender mejor lo que podría haber supuesto.
¿Cuál era el experimento?
Lo que querían hacer los científicos era enviar una serie de partículas capaces de reflejar la luz del Sol y enviarla directamente hacia la atmósfera. Aunque sobre el papel podría haber supuesto un concepto interesante e incluso viable, la realidad es que tenía unas implicaciones extremadamente serias en las que es posible que no se hubiera pensado lo suficiente. Ahora un nuevo análisis se concentra en esas consecuencias y habla de cómo, un experimento como este, podría haber tenido consecuencias tan graves que habrían alterado nuestro planeta. O, dicho de otro modo, los efectos secundarios del experimento podrían habernos llevado a una situación todavía más negativa que la actual.
Desgraciadamente, este experimento, que trataba de probar la función de la geoingeniería solar, no fue un caso excepcional. En realidad, otros grupos de científicos también lo han querido probar e incluso hay equipos que siguen concentrados en hacer realidad este tipo de idea. En su contra se encuentran miles de expertos que creen que la geoingeniería solar nos podría acabar llevando a un estado que generase muchas más preocupaciones que las que nos da el sol en la actualidad.
¿Qué podría haber pasado?
Como te decimos, ya se han registrado varios intentos de poner el experimento en marcha. El primero de ellos incluía una pequeña cantidad de partículas que se liberarían para comprobar cuáles serían sus efectos. En el segundo, se prescindió de las partículas, pero manteniendo el resto de elementos de la prueba. En ambos casos, hubo tantas críticas y una oposición tan grande a los experimentos, que acabaron cancelados.
El mundo de la ciencia conoce bien las promesas que ofrece el uso de la geoingeniería solar, pero lo cierto es que este tipo de plan se ve como una solución falsa. Se cree que aportará un efecto muy beneficioso que nos ayudaría tal y como actúan los volcanes. Lo que esperan esos científicos que apoyan este tipo de idea es que el dióxido de azufre que se liberaría en el proceso, sería lo que ayudaría a reducir la temperatura.
Y lo cierto es que, probablemente, eso sí que ocurriría. El problema es que los expertos también piensan que ese dióxido de azufre nos expondría a muchos otros riesgos que no son para tomárselos a broma. Por ejemplo, nos expondríamos a que se produzca lluvia ácida o a que el agujero de la capa de Ozono se vea gravemente afectado. Y esas son solo las consecuencias más previsibles, puesto que habría otras que también se podrían registrar y que es difícil llegar a pronosticar.
Se teme que, entre otras cosas, se pueda producir un giro radical en las temperaturas globales del planeta. ¿Qué pasaría si todo el calor que sufrimos se convierte en frío? Los científicos saben que este es un tema complicado y, sobre el cual, debería haber leyes más claras. Porque, lo que se está viendo, es que distintos grupos de científicos tratan de poner a prueba la geoingeniería solar sin permiso ni ningún tipo de plan. Algunos, por ejemplo, han sido cazados intentando liberar dióxido de azufre en la atmósfera para comprobar los resultados. Tal y como algunos especialistas mencionan, estos experimentos son irresponsables y podrían llegar a ser muy negativos para el futuro del planeta.