La empresa está expandiendo el número de ciudades en las que opera pero tendrá más competencia a partir del próximo año.
Más de 250 compañías en todo el mundo están tratando de crear flotas de coches sin conductor pero la única que ofrece un servicio comercial en varias ciudades, de momento, es Waymo, una subsidiaria de Alphabet (Google) que opera en varias ciudades de EEUU, incluida San Francisco.
La compañía utilizaba hasta ahora para sus robotaxis versiones modificadas del Jaguar i-Pace, un vehículo eléctrico de lujo, pero esta semana ha anunciado la nueva generación de vehículos autónomos que comenzará a utilizar en breve.
Se trata de una mini furgoneta eléctrica creada en colaboración con el fabricante chino Zeekr que utilizará muchos menos sensores que los vehículos actualmente en circulación. Está equipada con 13 cámaras, 4 sensores LIDAR, 6 radar y varios micrófonos para orientarse en las calles de las diferentes ciudades.
La reducción es significativa, los Jaguar i-Pace que usa Waymo cuentan con más de 32 sensores repartidos por toda la carrocería del vehículo y se trata de un coche con un precio aproximado de 75.000 euros de fábrica. El coste añadido de los sensores hace que cada uno de ellos a supere los 100.000 euros. Aún así, los nuevos sensores ofrecen más resolución, más alcance, más capacidad de computación y no reduce el nivel de seguridad.
Con esta nueva generación de vehículos, de diseño más simple, Waymo podría rebajar también los costes, una necesidad ahora que está tratando de expandir su servicio en más ciudades y se enfrenta a nueva competencia.
Se espera, por ejemplo, que Tesla anuncie un nuevo servicio de transporte con vehículos autónomos en septiembre que utilizará vehículos de la compañía que ya están a la venta y que son más baratos de fabricar.
La estrategia de Tesla es algo diferente también en la cantidad y tipo de sensores que utiliza. Su sistema de conducción autónoma, disponible solo en fase de prueba en algunos países, se apoya únicamente en cámaras de vídeo y sensores más simples.
En China, varias compañías también han comenzado a ofrecer servicios e transporte en vehículos inteligentes sin conductor, con vehículos de precio mucho más bajo que los de Waymo.
El coste de un desplazamiento en este tipo de vehículos es similar al de un servicio en Uber u otras plataformas similares y está subvencionado. El alto coste de I+D de estos servicios de momento los condena a ser más experiencia piloto y prototipos que una alternativa viable de transporte (no pueden circular además por algunos tipos de vías). En el futuro, conforme descienda el precio de sensores y vehículos y aumente el número de desplazamientos, el objetivo es que los vehículos autónomos ofrezcan desplazamientos más económicos al no requerir de un conductor y muchos de los componentes de los vehículos tradicionales.