San Pedro, conocida por su tradición agrícola y turística, hoy vive una transformación alarmante. Muchos sampedrinos parecen estar atrapados en una estafa Ponzi disfrazada de trading de criptomonedas, con activos inexistentes.
Lo que antes eran campos de cultivo y sitios turísticos, ahora es el escenario de una ilusión colectiva que promete rentabilidades en dólares de hasta un 2% diario. La metodología es simple: envían señales de compra de supuestas criptomonedas, que en muchos casos ni siquiera existen, a través de un grupo de Telegram. Todos compran a una hora específica y venden cuando la moneda alcanza un monto previamente indicado.
A pesar del entusiasmo general, la realidad es mucho más oscura. Lo que se presenta como una inversión segura, con promesas de ganancias constantes, no es más que una simulación. A través de una aplicación instalada por fuera de las tiendas oficiales como Google Play Store, los usuarios creen estar operando con criptomonedas. Sin embargo, estas «criptos» son ficticias y solo existen dentro de la simulación digital de su supuesto Exchange. Aun así, los participantes están convencidos de ser los nuevos «Lobos de Wall Street», ignorando el riesgo al que se enfrentan.
El impacto es tan grande que ha cambiado la rutina diaria de los habitantes. En San Pedro, cuando «la China» –una figura clave que es la que envía señales sobre cuándo comprar o vender– da la orden, toda actividad se detiene. En las fábricas, la producción se paraliza; en los salones de fiesta, los anuncios resuenan por los parlantes; e incluso en partidos de fútbol entre amigos se hacen pausas para seguir las señales.
Este fenómeno recuerda a las experiencias en Arabia Saudita, donde los rezos interrumpen varias veces al día las actividades. Pero en San Pedro, el «feriado» ocurre cuando llegan las señales cripto.
Lo más preocupante es que esto no es trading, ni siquiera una apuesta arriesgada. Es una estafa pura y dura, y como todas las estafas piramidales, cuando colapse –y siempre colapsan– las pérdidas serán totales. La caída será devastadora para quienes han depositado sus ahorros y esperanzas en esta ilusión.
