Por Ernesto Edwards/Filósofo y periodista @FILOROCKER
Este estreno forma parte de lo mejor de su filmografía
No se debería analizar un filme dirigido por el cineasta español Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949) sin recordar algunos pocos detalles sobresalientes de su extensa, prestigiosa, prolífica y exitosa carrera profesional. Y señalar que su país, antes de su entrada a la consideración general, tuvo resonancia y reconocimiento internacional previamente sólo con Luis Buñuel (1900 – 1983) y Fernando Trueba (1955), ambos ganadores del Oscar con “El discreto encanto de la burguesía” (1973) y “Belle époque” (1992) respectivamente, y quizás también con Carlos Saura (1932 – 2023) y Alejandro Amenábar (1972), también ganador del Oscar con “Mar adentro” (2004).
Muchos recuerdan que en los inicios de Pedro Almodóvar se pretendió caracterizar su impronta con el rótulo de manierista, que en realidad es una referencia al Renacimiento, y que en la mayoría de los casos alude a un cierto virtuosismo y artificiosidad que se da en el marco de un estilo y tratamiento temático que se distinguen por su libertad a la hora de decidirse las formas para su concepción artística final. Almodóvar dio testimonio de ello a través de su filmografía, que iniciara en 1980 con “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”, y que continuara hasta nuestros días con recordadas producciones como “Laberinto de pasiones”, “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”, “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “La flor de mi secreto”, “Volver” y “Madres paralelas”, entre tantas otras de un admirable listado de veintitrés exitosos títulos.
Asimismo la mención de distinciones personales es profusa, pero alcanza con destacar apenas algunas, como el León de Oro del prestigioso Festival de Cine de Venecia por “La habitación de al lado”. Y diecisiete minutos de ovación mientras recibía el premio y declaraba: “El ser humano debe ser libre para vivir y para morir cuando la vida sea insufrible”. También obtuvo el Oscar a la mejor película en habla no inglesa por “Todo sobre mi madre” (1999). Y el Goya por “Volver” (2006).
No menos importantes fueron sus galardones académicos como Doctor Honoris Causa por las universidades de Harvard y de Oxford. Y el Premio Príncipe de Asturias a las Artes. Y su incomparable rol ejerciéndolo en la dirección de actrices del nivel de Carmen Maura, Cecilia Roth y Penélope Cruz. Y ahora de Julianne Moore.
La crítica más obtusa e intolerante le ha reprochado ser un presunto difusor de estereotipos con los que identificarían a España como “un país de trasvestidos, homosexuales, yonquis, histéricas…” Nada más injusto. El incomparable talento que exhibe Almodóvar a la hora de guionar, producir y dirigir lo ha transformado en uno de los mejores narradores costumbristas del cine contemporáneo mundial.
Ir al cine para ver la reconociblemente almodovoriana “The room next door” (en su título original en inglés) fue para el autor de esta nota nada más empezar el filme y hacer dos rápidas asociaciones. Una fue recordar la reciente producción “Euforia” (2017), protagonizada por Eva Green y Alicia Vikander, donde se trata el tema de la decisión de morir por propia voluntad y el acompañamiento que hará la hermana de quien eligió la eutanasia. Y otra el maestro Woody Allen y su consagrado pulso narrativo. De más está decir que Allen ya está dentro del círculo de mejores directores cinematográficos de la historia.
Precisemos también que este estreno es su primer largometraje en inglés, pero no lo primero filmado en dicho idioma, pues ya había dirigido un par de cortometrajes, uno en 2020 con Tilda Swinton y otro en 2023 con Pedro Pascal y Ethan Hawke.
“La habitación de al lado” es una profunda reflexión filosófica sobre la muerte, la amistad, la verdad y la eutanasia, y también una aguda crítica al sistema y a las ideologías de derechas, dado el posicionamiento ideológico de Almodóvar. Algo que desde ciertos sectores provoca ataques y desacreditaciones varias, cuando en realidad a los artistas de este calibre se los debería analizar sólo por la calidad y contenido de su obra y no condenarlos o cancelarlos por lo que piensan libremente. Y, en ese sentido, Almodóvar es incuestionable.
“La habitación de al lado”, ya disponible en las mejores salas cinematográficas del mundo, es un drama basado en el libro “Cuál es tu tormento” de la novelista neoyorquina Sigrid Núñez, y que tiene en los estelares a Julianne Moore y Tilda Swinton, acompañadas en el secundario masculino principal por el siempre convincente John Turturro y con una breve pero notable aparición del argentino Juan Diego Botto.
Ambientada en New York City y con vistazos de Madrid, el núcleo argumental presenta el reencuentro de dos viejas amigas, Ingrid (Moore) de presente literario exitoso, y otra, Martha (Swinton), de pasado reciente como corresponsal de guerra y testigo presencial de los peores horrores de la humanidad, quien está transitando los últimos momentos de su vida, ya condenada por un enfermedad terminal que no deja margen para ninguna esperanza. Decidida a finalizar sus días por voluntad propia antes de llegar a la etapa más destructiva, le pedirá a su amiga que la acompañe en ese último tramo existencial, yéndose ambas a una casa alejada donde compartirán rutinas y recuerdos, sin que la acompañante sepa cuándo será el momento exacto del final. Y preparando todo para que no tenga consecuencias legales, habida cuenta de ser el suicidio un delito en los Estados Unidos.
Almodóvar, que caracterizó la primera mitad de su carrera con voluptuosidades y desbordes desenfadados e irreverentes, hoy su cámara se posa en pequeños gestos manejados con maestría entre planos y contraplanos, y una escenografía y fotografía de gran riqueza visual que bordean el abismo al que se acercan las protagonistas, entre estoicismos y verdades inocultables.
Sobre el final, una escena de ribetes autoritarios mostrará un interrogatorio donde el encargado de hacerlo desborda fanatismo e irracionalidad disfrazados de piedad y religiosidad, y una vez más la mano de Almodóvar hace de ello un momento memorable del filme.
Joaquín Sabina, el poeta de Úbeda, expresaba toda su admiración por él en “Yo Quiero Ser Una Chica Almodóvar”, con una letra que recorría toda la filmografía del realizador hasta ese momento de la grabación de la canción: “Encontrar la salida de este gris laberinto, sin pasión ni pecado ni locura ni incesto. Tener en cada puerto un amante distinto. No gritar: «¿qué he hecho yo para merecer esto? …¿qué he hecho yo? ¿quién soy yo? ¿adónde voy?” Una admiración compartida y merecidamente ganada por más de cuatro décadas de talento y coherencia.
FICHA TÉCNICA
“La habitación de al lado” (EE. UU., 2024)
Guión y dirección: Pedro Almodóvar
Con T. Swinton, J. Moore y J. Turturro
Género: drama – duración: 106´
Calificación: excelente