Por Ernesto Edwards/Filósofo y periodista @FILOROCKER
Ridley Scott repite fórmula y logra un buen entretenimiento
En los lejanos tiempos de estudiante universitario, cuando para “Lengua y Cultura Latina” leíamos “Urbs” y “Nueva Historia de Roma”, con dicha lectura creíamos saberlo todo acerca de la vida, costumbres, arte, política y filosofía desarrollados en la capital del Imperio que llegó a dominar el mundo entero conocido en esos tiempos. Incluso detalles de la intimidad cotidiana de hombres y mujeres, cuya sexualidad parecía ser libre, curiosa e inquieta en las clases sociales más altas. Por tanto, pensar que “Gladiator II” puede ser una realización con rigor histórico, basada en fuentes bibliográficas serias y con un rigor académico inobjetable, sería un error gravísimo. Ridley Scott ni piensa en enseñar Historia. Sólo quiere hacer buenas películas.
El reciente estreno de “Gladiator II”, del ya citado exitoso Ridley Scott, lleva a hacer algunas reflexiones y advertencias. Es una muy buena película, ni más ni menos que eso. Y recomendable para verla ahora, en el cine. Dejarla pasar para esperar que la suban a alguna plataforma de streaming sería resignar disfrutar una experiencia sensitiva más intensa.
Vayamos a algunos apuntes preliminares: El primer gran esfuerzo del espectador será creer que actores que hablan en un pulido inglés, en realidad lo están haciendo en latín. “Gladiator II” presenta algunos anacronismos; algo que a su director, según ha declarado, no le importa en lo más mínimo. Esta segunda parte sucede a la primera -del año 2000-, aquella que ganara el Oscar a la mejor película, dándole la estatuilla de Mejor Actor a Russell Crowe, en cuanto a su guión.
De cal y de arena: la dirección general de las numerosas batallas no es lo más sólido del filme; tiene altibajos. El personaje de Pedro Pascal está desaprovechado. La madre de Lucius, Lucila, (Connie Nielsen), repitiendo su rol, parece que no envejecerá nunca. La contrapartida es que Denzel Washington sigue demostrando que es un actor enorme. Sí, enorme. Y Paul Mescal, el verdadero protagonista del filme, saldrá perjudicado si lo comparan con quien hizo de su padre, Crowe, en la primera parte de esta secuela. Pero en el balance final sale airoso.
Dos apuntes más. Uno, las historias de esclavitud y venganza siempre rinden beneficios en el cine. Si no, pensemos en las aclamadas “Ben-Hur” (1959, de William Wyler) y “Espartaco” (1961, de Stanley Kubrick). Y segundo, 2024 es el año de las segundas partes. Ya vimos la excelente “Duna 2” y la que ha dividido a la crítica y al público, “Joker 2”. Pero es pura casualidad.
“Gladiator II” es un muy buen entretenimiento. Aunque su duración es extensa, casi ni nos damos cuenta. Yes ficción pura. Si aceptamos ello, libres de prejuicios, la pasaremos bien. Por otra parte, es una nueva expresión más de la filmografía del veterano director Ridley Scott (1937). Recordemos algunos de sus títulos más conocidos: “Alien” (1979), “Blade Runner” (1982), “1492” (1992), “Robin Hood” (2010), “Éxodus” (2014), y “Napoleón” (2023).
Se advierte una especie de homenaje a las películas del género. ¿Pero cuál es el género propio de “Gladiator II”? Difícil establecerlo aunque nos hayan querido facilitar la tarea anticipándonos que es un drama histórico épico. Ya dijimos que de histórico, bien, gracias. Sí puede afirmarse que este filme cabe en la categoría de peplum. Que, en general, incluye a todas aquellas películas ambientadas en la Antigüedad clásica grecorromana, como “Cleopatra”, “Quo Vadis”, “El manto sagrado” y “Los diez mandamientos”. El péplum era la túnica femenina que se usaba en la Antigua Grecia.
Ridley Scott es tan transgresor que en un irreconocible Coliseo se veían cosas tales como un gladiador cabalgando un rinoceronte enojado. También, el estadio mostraba una acústica envidiable porque no hacía falta sistema de sonido para que alguien hablara y lo escucharan todos. Y además, simios gigantes modificados genéticamente atacaban a los pobres luchadores, que corrían el riesgo de ser devorados por improbables tiburones que merodeaban a la espera de que alguno se cayera al agua. Ni hablar de que los senadores parecían leer asiduamente el periódico en versión papel como si estuvieran en alguna cafetería en el Trastévere, y que el diseño de vestuario no coincidiría con lo que se usaba en el período en que se ubica la historia. En otro realizador serían errores imperdonables, pero Scott no busca este tipo de precisiones.
Durante años, casi un cuarto de siglo, nos fuimos enterando de los diversos proyectos que se iban gestando con la intención de filmar una secuela. Con ideas delirantes, incluso, que mostrarían al personaje de Máximus perdiéndose en el purgatorio y viajando en el tiempo, hasta nuestros días, para terminar con un puestito en el Pentágono estadounidense. Y, claro, con la intención de que Crowe repitiera el protagónico, aún con las notables diferencias que presenta su apariencia al día de hoy.
Afortunadamente ese proyecto quedó de lado y se avanzó con otra línea argumental. Se decidió que “Gladiator II” se ambientaría dos décadas después del enfrentamiento final entre Máximus (Crowe) y el Emperador Cómodo (interpretado entonces por el ya consagrado Joaquín Phoenix).
Ahora “Gladiator II” está ambientada primero en Numidia, al norte de África, donde Lucius tiene un buen trabajo en el rubro seguridad y formó una familia con una compañera de labor. El arribo de la armada romana, a cargo del general Acacio (Pascal), provocará una cruenta batalla con severas consecuencias para los despóticos hermanos Geta y Caracalla, quienes comparten el cargo de emperador. Lucius verá morir a su esposa, será apresado y convertido en esclavo, destacándose rápidamente como un popular gladiador regenteado por Macrino (Washington), un traficante negro que tiene su propio proyecto de poder.
En el medio, Lucius, irá creciendo en importancia, quedará claro que es el hijo clandestino de Máximus, y por tanto su heredero. Se reencontrará con su madre y descubrirá que su destino le tiene preparadas varias sorpresas. Que no conviene contarlas porque es parte del secreto que hace que “Gladiator II” sea una película que no defrauda a la hora de entretener.
FICHA TÉCNICA
“Gladiator II” (EE. UU., 2024)
De Ridley Scott – con P. Mescal, P. Pascal,
C. Nielsen y D. Washington
Género: drama, ficción, peplum
Duración: 148´- calificación: Muy Buena