Una nueva teoría sobre vehículos con masa gravitacional neta cero desafía todo lo que sabíamos sobre propulsión espacial. Sin necesidad de combustible, podrían acelerar sin esfuerzo… e incluso explicar algunos fenómenos anómalos no identificados observados cerca de la Tierra.
Imagina una nave espacial que no necesita combustible para vencer la gravedad. Una que flota como si no tuviera peso y acelera sin emitir gas, fuego ni ruido. Esta no es ciencia ficción, sino una posibilidad teórica basada en las leyes de la física conocidas. Y según algunos científicos, es posible que estos vehículos ya estén entre nosotros.
¿Qué es una nave con masa gravitacional neta cero?
La clave está en una propiedad aún no observada en la naturaleza: la masa negativa. En física, la masa determina cómo un objeto responde a fuerzas externas (masa inercial) y cómo interactúa con la gravedad (masa gravitatoria). El principio de equivalencia de Einstein sugiere que ambas son iguales. Por lo tanto, si existiera una masa negativa, debería comportarse de formas extremadamente inusuales, pero aún compatibles con las leyes físicas.
Un objeto con masa neta cero —es decir, que combina masa positiva con masa negativa en proporciones iguales— no tendría peso y flotaría en el campo gravitacional terrestre como si estuviera en el espacio. Esto permitiría construir una nave espacial que no necesita combustible para despegar ni moverse, ya que no hay fuerza que vencer: solo una cuerda que une ambos extremos del sistema.
Cómo funcionaría un vehículo sin combustible
Imagina un módulo con pasajeros, equilibrado perfectamente por una masa negativa atada a él mediante una cuerda. Si los pasajeros tiran de la cuerda, el sistema se pone en movimiento: la masa negativa se impulsa en una dirección, arrastrando al resto del vehículo en la otra. A pesar de su movimiento, la energía total del sistema permanece constante.
Este tipo de propulsión no consume energía, solo requiere cambiar la tensión en la cuerda. Para detenerse, los pasajeros simplemente empujan la masa negativa. El viaje, desde su perspectiva, sería como conducir un carruaje cuyo caballo no necesita comer… y que nunca se cansa.
¿Tecnología extraterrestre en nuestro patio trasero?
Aunque aún no se ha detectado masa negativa en la naturaleza, algunos físicos, como Robert Forward, Richard Price, Geoffrey Landis y Herman Bondi, han descrito escenarios en los que estos sistemas podrían existir teóricamente. Si una civilización avanzada lograra capturar o sintetizar masa negativa, podría fabricar naves con capacidades revolucionarias.
Esto abre una inquietante posibilidad: ¿y si algunos fenómenos aéreos no identificados (FANI) detectados cerca de la Tierra fueran vehículos de masa cero? Aunque el 97% de los reportes han sido explicados como objetos conocidos, incluso si uno entre un millón no lo fuera, estaríamos ante el descubrimiento más importante de la historia científica.
Estos objetos no emitirían gases, no necesitarían motores, ni dejarían señales térmicas visibles. Podrían acelerar en el aire sin reacción aparente, como si desobedecieran la física… cuando, en realidad, la estarían aprovechando al límite.
Un descubrimiento que cambiaría la ciencia para siempre
La comunidad astronómica ya invierte miles de millones de dólares en buscar vida en exoplanetas lejanos. El Habitable Worlds Observatory, planificado para lanzarse después de 2040, costará más de 10.000 millones y buscará señales de vida microbiana a años luz de distancia.
Pero, ¿qué ocurriría si antes de eso encontramos evidencia de tecnología no humana aquí mismo, en la órbita terrestre o la atmósfera? El impacto sería tan profundo que las prioridades científicas cambiarían de inmediato. Ya no se trataría de buscar microbios lejanos, sino de comprender y quizás interactuar con una inteligencia superior presente en nuestro entorno.
Así, el vehículo que flota sin peso y viaja sin propulsión no solo revoluciona la física: redefine nuestro lugar en el universo.