domingo, septiembre 28, 2025
7.7 C
San Pedro

Inolvidable Ozzy Osbourne

Tenés que leer..

Por Ernesto Edwars /Filósofo y periodista @FILOROCKER

Murió Ozzy Osbourne, pero seguirá vivo para muchos de nosotros

Este pasado martes por la noche, hora de España, cavilaba acerca de qué tema abordar en mi Columna semanal -que es de opinión-, oscilando entre la película que estaba por ver (“Yo sé lo que hicieron el verano pasado”) y el regreso televisivo de Mario Pergolini, luego de 15 años de voluntario retiro -como temas coyunturales y de actualidad-, o seguir reflexionando sobre alguna cuestión puntual de la filosofía y el rock.

Por la mitad del filme, mi smartwatch me mostró el avance de un whatsapp de mi hijo Garret y lo que parecía una foto en blanco y negro de Ozzy Osbourne. No me hizo falta ver más, pero preferí esperar al final de la proyección para recorrer la timeline de redes y portales que confirmarían la peor noticia para el rock mundial y la cultura toda: el máximo referente vivo del heavy metal, con el que él mismo había ayudado a su creación, había muerto.

Hace ya unos cuantos meses habíamos planeado con Garret viajar a Cardiff para presenciar el esperado regreso de Oasis, el mítico dúo de los hermanos Gallagher, que finalmente se realizó el pasado sábado 5 de julio. Un viaje que no se concretó por no haber podido adquirir los tickets para tal show. Todavía no se sabía que para la misma fecha se organizaría con sede en la ciudad fabril inglesa de Birmingham lo que se anunciaba como la despedida definitiva de Ozzy Osbourne de los escenarios, con el regreso de los músicos originales de Black Sabbath incluido.

Si hubiera sabido con tiempo lo de esta mega reunión, seguramente habría abandonado todo por verla. Otros compromisos lo impidieron. Pero tenía presente una reciente entrevista televisiva en la que Osbourne había anticipado que esperaba despedirse, alguna vez, desde su ciudad y junto a Black Sabbath. Estaba todo dicho. Sumado a lo que ya sabía: su accidente, hace unos años, que provocó una complicada operación que incluyó la colocación de numerosos clavos en su columna vertebral, su recaída tras un accidente doméstico -en 2019-, provocando el desplazamiento de esos mismos clavos que lo llevaría a una nueva intervención quirúrgica de la que dicen que habría quedado mucho peor, sumado a su Parkinson que cada vez lo inhabilitaba más y ya no le permitía caminar, eran un anticipo del fin.

Tampoco pasaba desapercibida su decisión, a partir de sus notorias discapacidades físicas, de que si todo empeoraba, ya había acordado con su esposa viajar y someterse a un suicidio asistido en Suiza, donde la eutanasia es de trámite legal. Por si faltaba otra señal, este pasado 5 de julio Ozzy volvió a interpretar “Mama, I´m Coming Home”. No se estaba guardando nada.

Desde hace algún tiempo decidí no conducir ni ser más columnista de programas radiales y televisivos. Sólo algunas apariciones en medios de personas de mi estima. La única excepción es mi Columna de los sábados en el programa de mi hijo por CNN Rosario. La música de presentación que elegí fue “Paranoid”, el glorioso himno que inmortalizara Black Sabbath en la incomparable voz de Ozzy. Sus primeros acordes me predisponen bien y me llenan de energía y lucidez. “Paranoid” te transporta a lo mejor del metal, y a su origen mismo.

No lo hablé con nadie. Apenas unos mensajes. A mi amigo Luis Sánchez le envié una foto de Osbourne y un escueto “Una mala noticia”. Y entendió todo. Ya en casa, fueron algunas horas de mirar incansablemente videos de presentaciones legendarias tanto con Black Sabbath como solista. Sabíamos, Ozzy y yo, que se iba a morir. Porque así lo había anunciado, porque se había despedido como él quiso, porque había elegido detalladamente cuál sería su última imagen, y porque dio lo mucho o poco que le quedaba. Y porque su último disco solista, de 2022, había sido un éxito de altísimo nivel. Y aún así costaba creerlo. Porque no es del todo cierto eso de que con los años nos vamos preparando para la última de todas las situaciones límites.

Entiendo haber dicho todo lo que pienso acerca de Ozzy Osbourne tanto en esta Columna en la última década, como así también en mi reciente libro sobre rock, educación y filosofía. Sin embargo, quizás sea conveniente recordar algunos datos.

La historia del rock registra muy pocos personajes en cuanto a nivel de exposición y de situaciones extremas vividas, en el escenario y en la vida privada, como Ozzy Osbourne (Birmingham, Reino Unido, 1948 – 2025). El conocimiento masivo del rocker rebelde, talentoso y transgresor sucedió hasta tal punto que muchos lo conocieron más por sus anécdotas que por su vasta y rica producción como el notable compositor e intérprete que fue. Desde su medianamente prolongado paso por la cárcel tras robarle a una vecina, pasando por el murciélago mordido y escupido en plena función, las palomas descabezadas a puras dentelladas en una reunión con su discográfica, orinar en público un monumento nacional, y la inhalación de líneas de hormigasmezcladas con cocaína, hasta el intento de asesinato a su esposa, estrangulándola. 

Capítulo aparte fueron sus demenciales excesos con drogas de todo tipo y calibre. Una estrella del rock and roll en estado puro, que varias temporadas atrás supo reinventarse mostrándose tal cual es en un reality, “The Osbournes”, junto a toda su familia, recuperando una popularidad de dimensiones imprevisibles, mientras dejaba al descubierto una inimaginable y disparatada vida doméstica.

Recordemos que Black Sabbath le disputa a Led Zeppelin haber sido el grupo iniciador de ese gran subgénero rockero que se conocería como Heavy Metal. Y que tenía características especiales en cuanto a su temática y tratamiento, con letras oscuras y siniestras de referencias ocultistas y una música de corte ominoso. No por nada “Black Sabath” alude a aquelarres y misas negras. 

No es menor que a comienzos de los ´70, antes de ser expulsado de la banda, en “Paranoid” cantara: “Terminé con mi mujer porque no pudo ayudarme con mi mente. La gente piensa que estoy loco porque frunzo el ceño todo el tiempo. Necesito que alguien me muestre las cosas de la vida que no puedo encontrar. No puedo ver las cosas que hacen la verdadera felicidad, debo estar ciego. …No puedo sentir felicidad, y el amor para mí es tan irreal”. 

De Ozzy conocimos su modesto, casi miserable, origen familiar de clase obrera, cuando, junto a sus padres y hermanos no tenían baño ni inodoro ni agua ni jabón, y el papel higiénico eran los sucios periódicos viejos. Y cómo la dislexia lo hacía parecer un niño con retraso cognitivo. También su incursión carcelaria, su originaria predilección por The Beatles, y la crisis separatoria con su primera mujer, mientras su amado y esforzado padre iba muriendo. Hasta llegar a su salvaje, laureada y comercialmente exitosa carrera solista, siempre en el medio de un viaje autodestructivo, que por el hecho de no morirse lo hacía creerse indestructible, como ese “Iron Man” de su popular canción.

No hace tanto declaró: “¿Saben en qué momento me retiraré? Cuando pueda escucharlos poniendo clavos en mi ataúd. Y aun así, luego haré un fucking bis. Porque soy ´El príncipe de las tinieblas´”. Su encore, antes de despedirse en Birmingham con la incomparable “Paranoid”, fue “Mama, I´m Coming Home”, en la que confesó de qué se trataba todo: “Los tiempos han cambiado. Y son extraños. Aquí regreso, pero no soy el mismo. Mamá, estoy volviendo a casa. El tiempo ha pasado. Me diste un hogar, y luego me soltaste. …Perdido, y encontrado, y luego sin rumbo. …Mamá, estoy volviendo a casa”.

Ozzy, como Tom Sawyer, cumplió la fantasía de presenciar su propio funeral, sentado en su negro trono de murciélago. Se fue rodeado de la admiración y adoración de sus seguidores y del amor de todos sus allegados. A su última gira, esa que para los grandes no tiene fin.

Últimas noticias

El derecho a desconectar: un nuevo equilibrio laboral en la era de la hiperconectividad

La vida laboral ha cambiado radicalmente con la digitalización. La vida laboral ha cambiado radicalmente con la digitalización. Hoy, muchas...

Más noticias como esta