El FMI respalda a Milei en medio de la crisis y el Gobierno redobla el ajuste
En un escenario de fuerte turbulencia política y financiera tras la derrota electoral en Buenos Aires, el Fondo Monetario Internacional ratificó su apoyo al programa económico del gobierno libertario. Desde Washington, el organismo destacó la adhesión del Ejecutivo al ancla fiscal y a la desregulación. El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró el pronunciamiento replicando en redes sociales las palabras de la vocera Julie Kozack.
El respaldo del FMI llega en un momento clave: el Palacio de Hacienda enfrenta vencimientos por $7,2 billones y busca colocar bonos que vencerán el 31 de octubre, apenas tres días después de las elecciones nacionales. La medida coloca a los bancos ante un dilema: financiar al Gobierno con el riesgo de un resultado adverso en las urnas y, al mismo tiempo, definir la tasa de interés que exigirán. La eliminación de las LEFI ya había tensado la relación entre el equipo económico y el sistema financiero respecto al manejo de la liquidez.
Un punto sensible del acuerdo es que el Fondo autorizó al Gobierno a utilizar parte de los dólares prestados en intervenciones cambiarias. Esto permitirá sostener un tipo de cambio bajo al menos hasta los comicios de octubre, aunque contradice la prédica libertaria de dejar que el mercado determine su valor. En la práctica, Milei podrá recurrir a las reservas para contener la suba del dólar en plena campaña, algo que en el mercado fue leído como un movimiento electoralista.
Milei, a todo o nada
Lejos de moderar su postura tras la derrota en la provincia más populosa, el Presidente confirmó que vetará tres leyes aprobadas por el Congreso que implican mayores gastos: la emergencia pediátrica que incluía financiamiento para el Hospital Garrahan, el refuerzo del presupuesto universitario y la nueva distribución de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) impulsada por los gobernadores.
La medida también alcanzaría a la ley de emergencia en Discapacidad, lo que podría derivar en judicialización. Sin embargo, en el entorno presidencial repiten un mensaje sin matices: “Plata no hay”. El veto en cadena busca dejar en claro que el compromiso con el equilibrio fiscal es innegociable, incluso a costa de tensionar con las provincias y con los sectores más vulnerables.
El mensaje es inequívoco: pese al revés electoral, el Gobierno insiste en que no habrá cambios en la hoja de ruta económica. Milei apuesta a profundizar el ajuste y sostener su política de endeudamiento, con la expectativa de que el respaldo del FMI y la disciplina fiscal refuercen la confianza de los mercados de cara a las legislativas de octubre, donde se definirá el nuevo equilibrio de fuerzas en el Congreso.