El hospital público está equipado con 80 camas, servicio de emergencias, guardia, shock room, unidad coronaria, área de electrofisiología, diálisis, tomografía, ecografía, rayos x y cirugía de guardia 24 horas, entre otros servicios
El intendente de Pilar, Federico Achaval, recorre junto al Secretario de Salud del municipio, Hernán Galimberti, el hospital Central de Pilar, inaugurado hace apenas unas semanas. Caminan los pasillos con la satisfacción de ver en funcionamiento la obra que en 2018 supo tener en vilo a todos los pilarenses. Se trata de un centro de salud de alta complejidad y emergencias que la comunidad esperaba desde hace mucho.
El establecimiento cuenta con tres quirófanos, sector de hemondinamia y un área de imágenes con un resonador, tomógrafo, radiología y ecografía. También cuenta con un sector de internación, terapia intensiva e intermedia, con 80 camas, una unidad de ACV, quince consultorios y un helipuerto. En total, el hospital cuenta con 640 empleados, de los cuales 250 son médicos que provienen de la zona e incluso, algunos de ellos vienen del Hospital de Clínicas y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
“Trabajamos mucho con los equipos médicos para trasmitirles que la mirada que nosotros tenemos es profundamente humana y que cada persona que se acerque al hospital, necesita, además de un buen asesoramiento médico, un asesoramiento personal que haga que se sienta contenida”, dice Achaval.
Mirada regional
El edificio tiene una ubicación estratégica. Está emplazado en la colectora de la Panamericana, a la altura del kilómetro 52,5, en una zona donde ocurren muchísimos accidentes. “Tener un hospital de trauma y de alta complejidad es absolutamente necesario. Entendemos que no solo tenemos que mirar a Pilar, sino a toda la región. En ese sentido trabajamos mucho con el ministro de salud de la Provincia, Nicolás Kreplak”, señala el intendente.
Otro de los motivos que hacían imprescindible la llegada del hospital es que la localidad creció mucho y muy rápido. Según el último censo, Pilar tiene 400 mil habitantes y los fines de semana se suman 200 mil personas más. “El desafío es enorme. Nosotros vinimos a la política a zanjar desigualdades. Entendemos que no puede ser que una persona que tiene la posibilidad de ir a un hospital privado, tenga atención y el que no puede, no. En Pilar contamos con el hospital Sanguinetti que funciona bien, pero es de 1962 y con esta institución estamos dando el salto de calidad que nuestra comunidad necesita”, señala Achaval.
El Hospital Central de Pilar está equipado con servicio de emergencias de guardia, shock room, unidad coronaria, área de electrofisiología, diálisis, tomografía, ecografía, rayos x y cirugía de guardia de 24 horas. Para enfermedades autoinmunes, tiene una máquina de plasmaféresis y una multifiltradora de sangre para patologías dentro del sistema de hemodinamia.
Promesa de campaña
El terreno donde hoy funciona el establecimiento estaba destinando desde hacía 30 años para el hospital y muchas administraciones habían prometido la obra, pero el mayor foco de conflicto tuvo lugar en 2018, cuando, durante la gestión anterior, circuló la versión de que el espacio se transformaría en un estacionamiento. “Notrosos como proyecto político, pero fundamentalmente la comunidad de Pilar tomó la decisión de cuidar el lugar, de manifestarse para que no se transforme. Cuando se dio esa situación, fuimos a volantear con los vecinos. Es decir que este hospital representa el sueño y la necesidad de la comunidad y eso converge con nuestra mirada de la política que tiene que ver con garantizar derechos, como lo son derecho a la vida o el acceso a la salud”, remarca Achaval y agrega “el día de la inauguración fue super emocionante, para mí y para todos, porque tiene que ver con cumplir con la palabra. Creo que hay que construir ciudadanía y construir política a través de asumir compromisos y hacerlos realidad. Esta fue una de esas causas que escuchaba en los barrios, de las madres, en los comedores”.
– Achaval, ¿qué le pasa cuando ve el hospital en funcionamiento?
– Siento un desafío y una responsabilidad enorme, porque una vez que empieza a funcionar, tiene que hacerlo bien todos los días. El vecino que viene tiene que irse con la sensación de que lo atenideron, lo comprendieron y además lo cuidaron. Un colaborador me contó del caso de una persona que vino al hospital porque necesitaba una intervención quirúrgica de corazón. Eso es algo que normalmente en el sistema público hace que la persona deambule mucho tiempo y esta persona vino acá y en un día se fue a su casa con el problema resuelto. Eso es la política real, eso es cuando los discursos se llenan de realidad y humanidad y cobra sentido la frase de que la politica es la herramienta para transformación de la sociedad. Para mí, el desafío es que eso pase todos los días.
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