Por Ernesto Edwards /Filósofo y periodista @FILOROCKER
Cyrus acaba de presentar disco nuevo con canciones existencialistas
En poco tiempo la discografía de Miley Cyrus dio un salto cualitativo. No hace mucho “Attention: Miley Live” (2022), fue el primer registro en vivo de Miley Cyrus, grabado durante su extensa sexta gira, iniciada en el segundo semestre de 2021 en Chicago, a lo largo de numerosos e importantes festivales, luego de un pronunciado parate por la pandemia, que no impidió que se siguiera presentando en diferentes eventos que contaron con limitaciones de protocolos sanitarios hoy superados, para satisfacción de aquellos que esperaban la reanudación de los masivos espectáculos con la presencialidad necesaria para la retroalimentación entre artista y público, con una vibración comunicacional incomparable con ningún streaming. “Attention” fue un registro que recorría la carrera musical de quien ya es reconocible como parte del universo rockero.
Un año después, en 2023, sobrevendría “Endless Summer Vacation”, con ese mega hit de “Flowers”, una canción a pura resiliencia, perdón, empatía y superación, que por su especial factura la haría ser finalmente reconocida con los grandes premios de la industria musical.
Como ya se analizó en esta Columna, Miley Cyrus es una digna representante del universo rockero. En su momento, confusamente, se colocaba a Madonna, Elton John, Michael Jackson, George Michael y otros más, en el palo del rock. Con Miley no es tan difícil de establecer: su actitud rebelde y provocadora, y su permanente apelación a versionar clásicos del rock con arreglos propios del género la han colocado en dicho lugar. Para ello sólo bastó comprobarlo a partir del listado de canciones que interpreta en sus presentaciones, que ha venido elaborando a lo largo de su carrera de cantante, haciendo un recorrido por toda la historia del rock a través de sus versiones de los clásicos.
Miley también es compositora y actriz. Repasamos oportunamente su carrera. Ser protagonista adolescente de “Hanna Montana” (Disney), le dio temprano reconocimiento mundial. Lo propio haber seguido siendo elegida por directores como Woody Allen a la hora de realizar su primera serie televisiva. Su actitud desafiante, plenamente rockera, y sus presentaciones siempre al límite de la desnudez transformaron su perfil público, generándose incluso numerosos escándalos por ello. Lo mismo que con su vida privada, de amoríos, casamiento y separaciones. Pero también el hecho de estar siempre vinculada a instituciones benéficas le ha dado un plus favorable a su imagen. Aunque con cierto matiz especial por sus recientes y notorios problemas en su voz y su inclinación por el alcohol.
Su catálogo rockero personal muestra a Miley cubriendo casi toda la historia del rock and roll, desde sus orígenes, y pasando por gran parte de sus expresiones. “Hound Dog” es el gran éxito de Elvis Presley. También The Beatles. Recientemente grabó “Help”. Además, de las primeras épocas, “Lucy in the Sky with Diamonds”. Y la supuesta contracara británica de los ´60 con “Wild Horses” de The Rolling Stones.
“Baby, I´m in the Mood for you”, del Premio Nobel del Rock, Bob Dylan. Casi contemporáneos en los Estados Unidos, The Doors y “Roadhouse Blues”. “Babe, I”m Gonna Leave You”, de Led Zeppelin. Y ya con John Lennon en su etapa solista, vendrá ese himno feminista que es “Woman”. Con “I’m your man”aparece la respetuosa versión, y a la vez transgresora, considerando el título, del Maestro Leonard Cohen: “Yo soy tu hombre”.
“Confortably Numb” de Pink Floyd, describe los padecimientos de una estrella de rock, obligado a presentarse frente a su público, aún casi en agonía física y existencial. El mismo origen tiene la aclamada y siempre emotiva “Wish you were here”, deseando una esperada presencia.
Siguen “Take it to the Limit” (The Eagles), interpretada en el “BBC Live Lounge”. La sentida performance con “Sweet Jane” (Velvet Underground). Y “Rebel Yell”, la conocida canción de Billy Idol, rockeada precisamente junto a su díscolo autor, y con toda la iconografía del género. Tampoco faltarán “These Days”, de Nico. “Landslide”, de Fleetwood Max. Ni “Wildflowers” de Tom Petti.
Asimismo “I love rock and roll” (The Arrows, 1975). Miley la interpreta en un set que invoca a Joan Jett, incluyendo también “Cherry Bomb” y “Bad Reputation”.
Vendrán Miley y su abordaje de “Nothing Else Matters”. Metallica y el hard rock, presentes. Y todo el grunge de Seattle con “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, evocando a Kurt Cpbain, y la vigencia de Pearl Jam con “Just Breathe”. También deben incluirse “Zombie” (The Cranberries) y “I am the highway”(Chris Cornell). “Back yo black”, una de las dos más recordadas canciones de la malograda Amy Winehouse. Cierra este trayecto la muy actual “The Scientist”, de Coldplay. Pero con Miley Cyrus imposible saber cuál será la próxima del rock.
Ya teníamos en su repertorio a “Wreking Ball”, de su autoría, en la que mezcla aires de pop con rock. Y no nos olvidemos de “Plastic Hearts” (2020), el disco de rock, séptimo de estudio, que la mostraba con la voz quebrada, su timbre blusero y sus heridas, con presencias como las de Debbie Harris, Stevie Nicks, Joan Jett, Dua Lipa y Billy Idol, entre metáforas libertarias y oscuridades varias.
Miley Cyrus, desde el título de ese disco de 2022 pedía Atención. Y con su portada inquietante y casi explícita parecía apelar a ello como recurso para lograrlo. No le hacía falta. Miley y su ronca y potente voz rockera, su actitud sobre el escenario, sus escándalos personales, y sobre todo su enorme carisma, han conseguido que el mundo del espectáculo y el gran público internacional estén más que atentos, siempre esperando alguna nueva señal de esta incuestionable estrella del rock y el pop.
Ahora, ya tenemos a mano “Something Beautiful”, el álbum recién editado de trece canciones mezcla de pop progresivo y rock experimental desplegadas a lo largo de 52 minutos, que es el noveno de su carrera grabado en estudio. Y que permite un acercamiento visual a cuestiones propias abordadas por el Existencialismo, con una profundidad que bordea lo filosófico.
El reconocimiento de que este registro tiene influencias del “The Wall” (1979) de Pink Floyd lo aclara todo, entre propuestas de sanación emocional a través de la música, e imágenes psicodélicas de contenido onírico que redireccionan el foco hacia existenciarios como la belleza, el amor, la fugacidad y la muerte. Y de cómo los contrastes pueden facilitar que nos aproximemos a lo bello, aún en un inevitable camino hacia la destrucción. Y todo, con el marco de una introspección hacia lo más profundo del alma, mientras se transitan oscuridades opresivas.
La voz de Miley Cyrus nuevamente resurge con toda la fuerza y expresividad de no hace tanto. Y este nuevo disco es la demostración de una actitud de permanente audacia en el desarrollo de una carrera artística a veces impredecible.
Para destacar, “Easy Lover”, quizás la mejor canción del álbum, es una declaración de deseos que la consumen y que brillan por su intensidad, por su posibilidad de creciente frustración y por una necesidad de presencia constante de su amante prohibido. De allí describir “su incendio forestal”, con el riesgo que conlleva jugar con fuego mientras “baila entre las cenizas”, resignada al caos y el descontrol, entre tanta urgencia por una presencialidad personal muy complicada. Como suelen ser, generalmente, los vínculos que más recordamos en la vida.
Este mes de junio “Something Beautiful” tuvo su presentación como audiovisual en el Tribeca Festival de New York City. Un documental de 55 minutos que hará las veces de gira de presentación del disco. Que vuelve a erigir a Miley Cyrus en lo más alto del firmamento musical mundial.