Por Ernesto Edwards/Filósofo y periodista @FILOROCKER
Los perros siempre fueron referencia en las letras de rock. Completemos esa idea
Hace pocas semanas, en ocasión del Día Mundial del Perro, reflexionamos en esta Columna que si bien los perros inspiraron a numerosos creadores a plasmar su imagen, su figura y su concepto en diversos objetos culturales, nos llamaron la atención sólo algunos, especialmente aquellos en los que se aplicó su metáfora a numerosas canciones de rock en español. Hoy hacemos lo propio con sus letras en inglés.
Quedó dicho, entonces, que normalmente hablamos de vida de perros, del perro como mejor amigo del hombre, de la mascota más antigua. Y muchas cosas más, simbolizando situaciones, circunstancias, valores, que se grafican con estos animales a los que a veces los humanizamos tanto, como si pudieran pensar y nos entendieran con nuestros cambiantes estados anímicos.
El rock ha sido prolífico a la hora de apelar a los perros en sus letras, con significados diferentes, muchas veces oscuros y marginales. Recorreremos algunas de las más conocidas, ahora en el idioma de Shakespeare.
Pero antes, repasemos la elaborada y vasta Mitología Griega, que hablaba de Cerbero, un monstruoso perro propiedad del dios Hades, que portaba tres cabezas: Veltesta, Tretesta y Drittesta. Aunque Hesíodo le asignaba un número de cincuenta y en vez de cola, una serpiente. Su función era la de custodiar el portal del Inframundo, impidiendo que los muertos salieran y que los vivos tuviesen libre acceso. Pero su momento de gloria y poderío finalizaría con la confrontación que mantendría con Heracles, comisionado para capturarlo y, de tal modo, conocer la manera para entrar y salir a voluntad del Hades. Sin embargo, y aquí viene lo que nos importa, Orfeo fue una vez el autor de una temporaria domesticación de Cerbero, usando su propia música para aplacarlo y sumirlo en el sueño.
Ahora sí vayamos al rock. “Hound Dog” fue aquella iniciática canción que a mediados de los 50´ popularizara Elvis Presley en los albores del rock and roll, y que más recientemente actualizara con su versión en vivo Miley Cyrus, y que es una de las más icónicas, narrando la breve historia de un perro cazador de canes callejeros.“No eres más que un perro de caza llorando todo el tiempo. Aunque nunca has atrapado un conejo. Y no eres amigo mío”.
“Martha My Dear”, de The Beatles, si bien no trata específicamente sobre un can, Paul McCartney la compuso especialmente pensando en su perra Martha, homenajeándola. “Aunque paso mis días conversando, por favor recuérdame. No me olvides, Martha querida. …Sírvete un poco de lo que hay alrededor”.
“Old King” de Neil Young, es una emotiva canción sobre un leal y viejo perro que fue un amigo cercano del cantante. “King salió corriendo tras los ciervos. No tenía miedo de saltar del camión a toda velocidad. …Entonces un día King se levantó y murió. Entonces pensé en los momentos que tuvimos”.
«Who Let the Dogs Out», de la banda de hip-hop Baha Men, es una festiva canción muy conocida y popular que pregunta quién dejó salir a los perros. “Veo que la gente del baile se divirtió. Porque ellos realmente quieren irse de la ciudad. Vuelve, Gruffy. Vuelve, Scruffy. Vuelve, mestizo infestado de pulgas. …Digamos que un perrito está loco si no tiene su hueso”.
“Dogs”, conceptualmente formando parte de uno de los puntos más altos de Pink Floyd, en el mítico álbum “Animals”, decía: “Tienes que estar loco, tienes que tener una necesidad real. Tienes que dormir de puntillas, y cuando estás en la calle tienes que poder elegir la carne fácil con los ojos cerrados. Y luego avanzando silenciosamente, a favor del viento y fuera de la vista. Tienes que atacar cuando sea el momento adecuado sin pensar. …Una cierta mirada a los ojos y una sonrisa fácil. Las personas a las que les mientes deben confiar en ti. Para que cuando te den la espalda tengas la oportunidad de clavarles el cuchillo”. En 1987, ya sin Roger Waters, también grabaron “The Dogs of War” en el recordado disco “A Momentary Lapse of Reason”, para denunciar: “Por dinero en efectivo, mentiremos y engañaremos. Incluso nuestros maestros ignoran la red que tejemos. Un mundo es un campo de batalla”.
“Black Dog”, el clásico de Led Zeppelin popularizado en el filme musical “La Canción Sigue Siendo La Misma” e incluida en el disco “Led Zeppelin IV”, aunque el título puede resultar engañoso se refiere a un enorme perro negro que merodeaba a la banda, rodeando el estudio en el que grabaron el disco. Pero el contenido lírico alude a la típica cuestión de las relaciones entre hombres y mujeres: “No me digas mentiras. Hazme un hombre feliz”. Y aunque Robert Plant se lucía al cantarla, también Miley Cyrus hizo una incomparable reversión.
“Dog eat Dog”, de la potente e intensa AC/DC, lleva por título una expresión procedente de un proverbio latino que afirmaba que un perro no come la carne de otro perro. Llevado al contexto del inglés es una metáfora acerca de una competencia despiadada, cruel y extrema donde la gente haría cualquier cosa, incluso dañar a otras personas, con tal de ser exitoso en algo. La canción dice: “Todo lo que quiero lo voy a conseguir… Evita los traidores”. También con “Dogs of War” describen la condición humana: “Gana todo el dinero que puedas. No mezcles y siente tu marea. …Arriesgarse no está en el plan. Siente las botas en el suelo”.
“Dogs of War”, de Mötorhead, la recordada banda británica que tuviera una exitosa prolongada carrera de cuatro décadas, es una declaración de principios: “Pararse o caer, vivir o morir. Fuerte y fiel hasta el final. Enarbola la bandera. Déjales ver. Nunca doblaremos la rodilla. Somos los últimos de todos. Si cedemos, perderemos”.
“Dog Days Are Over”, de Florence and the Machine, la banda londinense de indie rock, es una canción de resiliencia y superación. “La felicidad la golpeó como un tren en una vía. …Lo mató a besos y de él huyó. Con cada burbuja se hundió con su bebida. Y lo lavó por el fregadero de su cocina. Los días de perros terminaron”.
“Rain Dogs”, del álbum conceptual homónimo de Tom Waits, se refiere metafóricamente al hábito que tienen los perros de salir de su hogar y perderse cuando llueve, cada vez que la lluvia ha borrado los rastros dejados para guiarse en el regreso. “Dentro de un reloj roto, salpicando el vino, con todos los perros de la lluvia. Taxi, preferimos caminar. …Porque yo también soy un perro de la lluvia”.
“Lost Dogs”, de la banda grunge de Seattle Pearl Jam. “Muy despierto como serpientes en pánico. Nunca antes me había despertado solo”. “Diamond Dogs”, del álbum del mismo nombre del genial David Bowie, alude a su percepción sobre los estandartes del punk rock Johnny Rottens y Sid Vicious. Finalmente, “I wanna be your dog”, de los Stooges, es casi una declaración de amor.
Nuevamente Diógenes de Sínope, o Diógenes el Perro (“Porque alabo a los que me dan, ladro a los que no me dan y a los malos los muerdo”), quien portaba habitualmente una linterna encendida con la que ironizaba estar buscando un hombre honesto, y claro, nunca lo encontraba, vuelve a interpelarnos, con eso de que “El arte de ser esclavo es gobernar al amo”, y que “Tenemos dos oídos y una lengua para escuchar más y hablar menos”. Pero la que mejor lo definía era “Algunos perros muerden sólo a sus enemigos, mientras que yo muerdo a mis amigos para salvarlos”.