La salud mental cada vez está adquiriendo más importancia. O mejor dicho, cada vez se habla más abiertamente de ella, dándole la atención que se merece. Y es que, por fin hemos entendido que salud física y mental deben ir de la mano para que todo funcione correctamente. Es por eso que encontramos en diferentes técnicas, como el yoga, la terapia o la meditación, el espacio que necesitamos para canalizar nuestr0s pensamientos y encontrar un equilibrio emocional.
«La meditación es mucho más que una simple técnica de relajación o una práctica espiritual», explica Tony Espigares, experto en meditación y transformación personal. De hecho, este ‘coach’ cuenta con una metodología transformadora que fusiona meditación y neurociencia para abordar la salud mental de una forma muy innovadora.
Además, Espigares va a desmentir algunas creencias que impiden a la gente experimentar los beneficios de la meditación. Pero, ¿qué diferencia hay entre la meditación tradicional y la que integra este experto?
«La diferencia principal entre la meditación tradicional y la que integro con los hallazgos de la neurociencia radica en el enfoque. La meditación tradicional suele estar vinculada a connotaciones místicas y espirituales, buscando la conexión con una conciencia superior, el cosmos, la unidad o el creador de todo. Sin embargo, los avances científicos, no solo en neurociencia, sino también en epigenética y en el estudio del campo electromagnético del corazón, nos permiten resignificar estos procesos con un lenguaje basado en evidencia», sostiene.
Meditación: ¿ciencia y espiritualidad?
Espigares explica que la meditación tradicional se fundamenta en alcanzar un estado de silencio y ecuanimidad, permitiendo una conexión más profunda con lo trascendental. Lo que la ciencia está demostrando es que este mismo estado puede explicarse desde un punto de vista biológico y cuántico: «El mayor desafío ha sido traducir esa sabiduría ancestral en términos que resuenen tanto con quienes buscan la conexión espiritual como con aquellos que necesitan una comprensión basada en la ciencia. La neurociencia, la epigenética y la física cuántica han permitido plasmar en datos medibles lo que los místicos han experimentado durante siglos».
Por ejemplo, Espigares explica que cuando una persona entra en un estado profundo de meditación o de conexión —lo que los chamanes describen como un trance y lo que en el ámbito religioso se llama la presencia del Espíritu Santo—, lo que realmente ocurre es que el cuerpo activa mecanismos específicos: «Las ondas cerebrales se ralentizan, el sistema nervioso parasimpático se activa, el cortisol disminuye y se elevan neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que generan estados de bienestar y expansión de conciencia».
Otro aspecto fascinante para este experto es el campo electromagnético del corazón, que en estados profundos entra en coherencia con el cerebro, generando lo que la ciencia llama ‘coherencia cardíaca‘: «Aunque hay conceptos que aún no comprendemos del todo, la clave ha sido encontrar un equilibrio entre la intuición y la evidencia, entre la experiencia subjetiva y los datos científicos».
Al fusionar estos dos mundos, podemos ofrecer un puente entre quienes buscan la trascendencia a través de la espiritualidad y quienes necesitan comprender los efectos concretos de la meditación en su cuerpo y mente. Así, como asegura Espigares, «más personas pueden acceder a estas prácticas, no desde la fe ciega, sino desde la comprensión profunda de un impacto real en sus vidas».
Ejercicio para practicar la coherencia cardíaca
«Tu corazón se sincroniza con tu cerebro. En este estado, el corazón envía señales de calma al cerebro, ayudándolo a salir del modo de alerta constante (el modo por defecto de la mente, que siempre está preocupada por el pasado o el futuro). Se reducen los niveles de cortisol (hormona del estrés) y aumentan la serotonina y la dopamina, lo que genera bienestar y claridad mental. Además, tu sistema nervioso se equilibra, se activa el sistema nervioso parasimpático, ayudándote a relajarte, mejorar la digestión, dormir mejor y sentirte más en paz», destaca.
- Encuentra un lugar tranquilo: siéntate o recuéstate en una posición cómoda.
- Lleva tu atención al corazón: cierra los ojos y coloca suavemente una mano sobre tu pecho. Imagina que tu respiración fluye directamente dentro y fuera de tu corazón.
- Respira conscientemente: inhala lenta y profundamente en 5 segundos, exhala en 5 segundos. Mantén este ritmo, sin forzar, dejando que tu respiración se vuelva cada vez más natural.
- Genera una emoción elevada: mientras respiras, trae a tu mente un recuerdo o una sensación de gratitud, amor, compasión o alegría. No importa qué elijas, lo importante es que sientas esa emoción en tu cuerpo.
- Sostén la sensación: mantente en este estado de 5 a 10 minutos, permitiendo que la sensación de calma y conexión se expanda en tu interior.
Algunas claves para empezar con la meditación
La meditación no es un concepto abstracto ni una práctica esotérica, es una herramienta con bases científicas que nos permite salir del piloto automático, reducir el ruido mental del ego y acceder a un estado de claridad y coherencia. No es cuestión de ‘creer’ en la meditación, sino de experimentarla.
- Crea un espacio sagrado: no medites en la cama, porque la mente lo asociará con el sueño. Busca un lugar que te haga sentir en calma, un rincón especial donde puedas cambiar tu energía.
- No busques silenciar la mente: lo primero que suele aparecer cuando alguien empieza a meditar es la frustración. «No puedo, esto es demasiado, mi mente no se calla», estos pensamientos son normales. No se trata de luchar contra los pensamientos, sino de observarlos sin engancharte, dejando que pasen como nubes en el cielo.
- Explora lo que funciona para ti: no hay una única forma de meditar. Prueba con guías de voz, música, respiración consciente o simplemente observando tu entorno. Lo importante es que conectes con algo que te haga sentir presente.
- Sé paciente y constante: no esperes resultados inmediatos. Así como nadie espera cambiar su cuerpo en una semana de gimnasio, la meditación es un entrenamiento para la mente y el sistema nervioso. Cuanto más practiques, más notarás la diferencia.
- Pregúntate, cuánto te permites vivir mejor: la meditación es como el ejercicio o la alimentación saludable: todos sabemos que nos hace bien, pero no todos lo hacemos.




